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domingo, 1 de marzo de 2020

Postre: Oceanix con natillas

La semana pasada Iván fue a visitar la fábrica de Cuétara con el cole. Es una excursión que todos los niños esperan con mucha ilusión. Se ve que en esta marca son muy accesibles a las visitas escolares porque año tras años, al menos un curso se desplaza a sus instalaciones para aprender cómo funciona una fábrica de galletas. Y yo me alegro por ello, a pesar de que algún padre comentó en la reunión de padres que con estas actividades sólo remarcábamos la educación consumista y capitalista blablablablabla... Pues es la realidad que viven. ¿No? Para mí que es buscarle los tres pies al gato a una salida que a los peques les fascina y que Cuétara hace posible independientemente de todo lo demás.

Y no me extraña que vayan tan contentos, porque tienen de todo ese día: una explicación interesante sobre algo que les gusta y les llama la atención, un taller de repostería ameno y fácil, una bolsa llena de tesoros y un picnic en un parque cercano al cole, justo antes de volver al centro y que lo recojamos enarbolando sus regalos con una gran sonrisa y con mucho que contar.


Cuando fue Daniel, me contó todos los pormenores de la cadena industrial que dan lugar a las deliciosas galletas y alguna anécdota graciosa, como cuando les enseñaron una cinta por la que iban grandes trozos de chocolate y se les hizo la boca agua.

Y esta vez, que fue Iván, lo que se había quedado impreso en su mente era la receta del postre que habían hecho en el taller de repostería. Aunque, realmente, venía impreso en el túper en el que venían sus creaciones, que compartió como buen hermano con el primogénito.

Se pegó todo el día intentando convencerme para repetir la experiencia, así que monté todo el tinglado y les senté frente a las masas de bombas de azúcar ya prehechas para que dieran rienda suelta a su imaginación. ¿Por qué no les dejé hacer a ellos la masa? Porque ese día no me apetecía sacar natillas y galletas machacadas hasta del techo. ¡Qué le vamos a hacer!

Lo cierto es que pasé de las medidas que me daban y lo hice a ojo de buen cubero, que yo soy mucho de ir improvisando y que sea lo que dios quiera. Allá va la receta:

Ingredientes

- Galletas Oceanix machacadas o ralladas... hechas polvo, vamos.
- Natillas sabor vainilla. A mí con una me dio más que suficiente.
- Adornos reposteros al gusto tipo fideos de colores o, como yo, lo que tengas por ahí.

Proceso

Cogemos las galletas de chocolate machacadas y les vamos añadiendo natillas hasta que consigamos una masa moldeable.

Le damos dicha masa a los churumbeles para que les den la forma a su gusto. Yo les facilité corta galletas para hacerles la vida más fácil, pero luego no veas como quedaron. Hasta en agua caliente con fairy los tuve que dejar un día. y eso después de pasar por el lavavajillas a nosecuantos grados.

Cuando tengan listas su creaciones les damos los fideos de colores, perlas, chocolate rallado... o lo que queramos para que las adornen.

¡Y ya está! postres listos para degustar. Advertencia: llenan más que el pienso para perros cuando se moja. Hay que consumirlo en pequeñas porciones, por mucho que tus hijos aseguren que pueden con ración doble o triple. No hablan ellos sino su gula.

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