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martes, 25 de agosto de 2020
Ermita y Fuente Azul
¡No paramos de hacer excursiones! Pero es que es una manera divertida de que nos dé el sol y el aire. Además, miedo nos da lo que se viene encima en septiembre y se nos ha metido en el cuerpo la idea de que hay que aprovechar espacios abiertos (muy abiertos) con seguridad (con poca o ninguna gente). A mí, últimamente, hasta me da miedo pasear por el pueblo (En fin de semana no asomo un pie que se llena de visitantes).En esta ocasión hemos ido a dos parajes maravillosos, uno que no habíamos visitado nunca (impresionante y un pelín peligroso), una ermita; y otro ya muy conocido, pero que siempre triunfa, Fuente azul. Ambos enclaves están muy cerquita uno del otro y dan para hacer una pequeña ruta con chapuzón incluido para refrescarse.Primero nos encaminamos a la ermita, todo cuesta arriba. Pero valió la pena porque las vistas eran impresionantes... y los riscos también, que por eso decía lo de peligroso. Con niños saltacabras hay que andarse con mil ojos y ser resistente a las emociones fuertes. Acabé sacándolos de allí más pronto que tarde en beneficio de mi salud mental. Claro que protestaron, de otra manera no serían ellos, pero la promesa de un bañito en Fuente Azul les quitó todos los males.Pero antes de irnos tuvieron tiempo de desatar su imaginación ayudados por las ruinas de la ermita y unas formaciones rocosas que parecían una fortaleza de piedras y árboles.El paseo hasta fuente azul también fue muy bonito y lleno de aventuras. Sorteamos ramas que parecían garras y troncos caídos hasta que llegamos al vergel que es Fuente Azul.A los peques les faltó tiempo para meterse en el agua. A nosotros nos dejaron su ropa y el encargo de asentarnos en algún lugar solitario. Como era bastante temprano sólo estábamos dos familias y con muchísima distancia de seguridad. Pero poco a poco fue llegando más y más gente, así que nos fuimos temprano también, pero no sin antes un bañito bien largo y reparador. Es lo bueno de madrugar, que da tiempo a todo y sin agobios.Los peques y el padre se lo pasaron genial trepando a la roca enorme, que había plantada en medio del agua, y nadando y chapoteando de aquí para allá. Yo no soy tan de estar metida en el agua, pero disfruté de meter las piernas en el agua para estar fresquita (el agua estaba helada, pero fuera de ella hacía bastante calor). Así estuve, observando a los niños, hasta que a los peces les dio por regalarme un tratamiento de spa antipieles muertas en los pies y acabé por irme a la toalla para evitar sus mordisquitos. No dolían, pero tampoco eran muy agradables.Cuando ya vimos que el número de visitantes ponía en peligro la distancia de seguridad decidimos que era la hora de volver a la seguridad del hogar. Pensaréis que tuvimos que sacar a los peques a rastras de ahí... ¡Pues no! Raúl sacó una bolsa de patatas fritas y mano de santo. Mucho más efectivo que el flautista de Hamelín.
Qué sitio tan bonito. En qué provincia está?. Un beso
ResponderEliminarEstá en Burgos, cerca de Covarrubias. En la Sierra de la Demanda. Es una zona muy bonita.
EliminarPues si aprovechen xq pinta mal. Me encanta el sitio, me tienes q llevar cuando vaya😊
ResponderEliminarNi lo dudes!! Iremos a un montonazo de sitios!!!
Eliminarme maravilla
ResponderEliminartu flia
vos
y la naturaleza
te abrazo desde lo lejos
Muchos besos!!! El lugar es una maravilla <3
EliminarQué bien que podáis disfrutar del sol, el aire libre y la naturaleza...q al paso q vamos, nos vuelven a encerrar otra vez :-(
ResponderEliminarPues por eso mismo estamos saliendo todos los días aunque sólo sea a dar una vueltecita. Y por sitios poco concurridos!!!! Que la cosa da miedo. Mucho ánimo preciosa!
EliminarJolín qué maravilla! Esas excursiones molan .mil!
ResponderEliminarSabía que te iba a gustar porque tú haces muchísimas y espectaculares. Tenemos muchas ganas de ir algún día por tu zona :)
EliminarSabía que te iba a gustar porque tú haces muchísimas y espectaculares. Tenemos muchas ganas de ir algún día por tu zona :)
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