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viernes, 26 de febrero de 2021

El Pardo verde y destrozado por las inclemencias de Filomena

El domingo pasado Raúl se cruzó de brazos y nos metió a todos en el coche rumbo a algún lugar de El Pardo. 

Estaba harto de pasar los fines de semana metido en casa. Y es que con esta pandemia, Iván y yo nos hemos vuelto muy hogareños y nos cuesta bastante arrancar. 

Siempre decíamos lo de "podríamos hacer una excursión a un lugar poco visitado y eso", pero al final todo se quedaba en el aire e Iván y yo arropaditos en el sofá (bueno, yo seguramente limpiando, recogiendo, escribiendo, currando, estudiando con algún peque, cocinando...).

Pero el buen tiempo que hizo el sábado hizo que algo en la cabeza de Raúl explotara y, de repente, todos en el pardo, casi sin comerlo ni beberlo. Bueno, comiendo sí, porque arramblé con unas empanadillas rellenas de morcilla que estaban de muerte. No hay nada como comer mientras se pasea por la naturaleza. 

Eso sí, cada uno tiene que responsabilizarse de su basura porque vimos algunas cosas que claman al cielo. Afortunadamente, pocas, pero es que la gente puede llegar a ser muy guarra. En fin. En general, estaba todo muy limpio y precioso.

Como se nota que ha llovido mucho porque el campo está rebosante, verde y precioso. Aunque también bastante destrozado, porque como se nota el paso de la Filomena. 

Nosotros por si acaso no pasábamos bajo los árboles no vaya a ser que se nos cayera en la cabeza una rama tardía. El espectáculo plantas, arbustos y ramas y troncos tronchados era impresionante.

Ya habíamos visto huellas parecidas en el parque de al lado de casa, pero esto iba a otro nivel. Hasta encontramos un árbol partido hasta su base.

Eso sí, bichos no encontramos ninguno. Supongo que es algo de ley de Murphy, o suerte para la madre, porque no tengo muchas ganas de tener un bichario en casa. ¡Lo que hacemos por amor a nuestros hijos! En fin, que no había ninguno, o nosotros no lo vimos.

Lo que sí encontramos fue un montón de agujeros misteriosos en el suelo, setas y hongos por doquier, hormigueros, huellas de animales... A los peques les llamaba todo la atención. Iván hasta sacó su cuaderno de campo para ir apuntando todo con de sus hallazgos, dibujo incluido.

Lo pasamos genial en nuestro recorrido campero. Y llegamos a casa con tiempo de sobra para hacer la comida tranquilamente. Nos hemos prometido salir más de excursión, a ver si lo cumplimos.










4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Muy cierto. Todo lo que sa campo es genial para dar una vuelta :)

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  2. Q bonito está todo! pena los destrozos del temporal, pero... así es la naturaleza. ¡pasarlo bien y salir a tomar el aire! que sienta de maravilla!!!

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    1. Por un lado había bastantes destrozos, pero por otro estaba todo de un verde y colorido precioso :D
      Saldremos más!!

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