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viernes, 23 de julio de 2021
Un paseo por el Real Jardín Botánico de Madrid
Tras la visita teatralizada sobre Sabatini, decidimos quedarnos a dar un paseo por el Real Jardín Botánico. Hacía años que no lo pisaba y la verdad es que es una pasada recorrer sus sendas.Aunque, huyendo un poco del calor, empezamos nuestro recorrido por el pabellón Villanueva que recoge dos exposiciones la mar de interesantes. Una de ellas nos presenta las fotografías finalistas y premiadas del certamen Fundación ENAIRE 2021. Muy curiosas y expresivas. Es alucinante como una fotografía puede transmitir tanto y de una forma tan diferente a cada uno. Lo mejor es interpretar primero las piezas expuestas de forma personal y luego leer la explicación. La diferencia entre lo que quería expresar el autor y lo que nos llega a cada uno de los espectadores según nuestras experiencias, conocimientos y forma de ser.En el otro extremo han montado otra exposición que me pareció muy original e impactante, Doom city. Del ser nómada al ser sin lugar de Monserrat Soto. Con una amalgama de diferentes plataformas y artes plásticas nos adentramos en el mundo personal de la autora y su percepción de las sociedades y los individuos que las conforman. El camino a recorrer en esta visión personal está señalizado y los nombres de las sendas que recorremos son altamente descriptivos de lo que cada tramo quiere simbolizar. En nuestro deambular pasaremos por seis tramos a los que llama Reserva tiempo Roto, Avenida de la legalidad de lo ilegal, Carretera al Imperio, Limbo Bulevar, Avenida de la ilegalidad de lo legal y Camino Infierno Ciego. Me pareció una experiencia bastante inmersiva.De ahí nos fuimos directamente a Jardín de bonsais que es impresionante, aunque no conseguí sacar muy buenas fotos por mucho que me esforcé. Las curiosas plantas tenían un frondoso seto de fondo que impedía que destacaran. Aunque en directo, con fondo verde o sin fondo verde, eran impresionantes. Todos y cada uno de los mini árboles expuestos.Hay muchísimos y estuvimos un buen rato admirando cada detalle de esta colección que Felipe González donó el jardín botánico. Me alegro mucho de que esté abierta al público general y la podamos disfrutar todos.También nos pasamos por el fantástico huerto que han montado, más acorde con aventuras de fantasía que con lo que tengo en mente de lo que es uno tradicional. Y más aún cuando lees que nada de lo que ahí se recoge es apto para el consumo. Casi te viene a la mente más una maldición o ponzoñosos venenos que los efectos de la polución o el tipo de tratamiento de pesticidas que les den, que es lo más realista, claro. Pero también más aburrido.Lechugas rojas, flores de alcachofas, enredaderas de calabazas... y todo presidido por un espeluznante espantapájaros. Escenario ideal para muchas aventuras épicas en...mmm... ejem... huertos.Tras el huerto deambulamos por los caminos que cruzan este maravilloso jardín lleno de plantas extraordinarias. Y muchos insectos también, como es lógico. Algunos realmente espeluznantes. Realmente, este lugar es genial para despertar en niños y adultos el interés por la botánica y su historia.Espero que no pase mucho tiempo hasta que volvamos a visitarlo. Lo disfrutamos muchísimo.
Nosotros fuimos antes y no había flores. Un beso
ResponderEliminarPues cuando fuimos nosotros estaba precioso. Con el calor que ha caído estos días no sé si quedará alguna ainsss
Eliminarq chulo. nosotros lo tenemos pendiente para cuando podamos volver a Madrid.... las ultimas veces era invierno y claro, el jardin no iba a estar tan frondoso. A ver... si pasa todo y podemos ir, visitarlo y disfrutarlo
ResponderEliminarSi es que lo mejor es verlo en primavera o en otoño que es cuando los jardines, parques y espacios naturales están más bonitos. Nosotros tuvimos suerte porque en verano no es normal. Supongo que había flores porque el tiempo está muy loco... A ver si pasa todo, sí
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