Los molinos de El Quijote

El Castillo de Belmonte está en tierras de El Quijote. Huelga decir que pases por donde pases encontrarás molinos a mansalva que te harán recordar cierto capítulo de una de las principales obras de la literatura universal.

Antes de dejar el pueblo nos pasamos a ver sus molinos. Y como nos supo a poco nos dimos el salto a Mota del Cuervo a ver más. Estos están claramente reparados para recibir al turismo. Sus molinos están maravillosamente blanqueados y figuras de forja de los personajes principales de la novela salpican el paisaje. 

Alonso Quijano se muestra con sus rasgos más característicos al lado de un regordete Sancho Panza y frente a la pícara Maritornes.

Cada molino encierra un pequeño espacio a la cultura, desde un museo manchego, a una muestra de artesanía en barro, un molino en pleno funcionamiento y una oficina de turismo. Todo cerrado para cuando nosotros llegamos allí. En ese momento no nos importó mucho, porque, a esas alturas, ya estábamos agotados, pero sí que nos gustaría volver para verlo todo abierto y en funcionamiento.

Nos dimos una vuelta acompañados de un viento ululante y un frío que se te metía en los huesos y los niños y yo decidimos dar por terminada la excursión.

Si hubiera sido por Raúl, aún estaríamos por ahí parando en pueblos y puntos de interés.