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miércoles, 14 de septiembre de 2022

Dragon Ball Super Superhero

El día del espectador nos liamos la manta a la cabeza y nos fuimos a ver la última película de Dragon Ball, Dragon Ball Super: Superhero. Mis fieras y yo le teníamos muchas ganas porque somos muy fan de la marca. 

Nos sentamos en nuestras butacas entusiasmados y con un vaso enorme de palomitas, que estas cosas hay que disfrutarlas a lo grande.

Y... comenzó la peli!!! Después de unos cuantos anuncios y trailers, of course. Por cierto, que trailer más aburrido el de Avatar 2, ¿no? Y como mola el de Dungeon and dragons.

En fin, que me disperso. El caso es que empezó la peli!!! Y la animación molaba un montón. Muy tridimensional. Eso da más emoción a las peleas.

El resumen inicial se agradece porque, vamos a ser francos, hace ya unos cuantos añitos que me leí el manga. Y la serie me la he visto de aquella manera, que cuando era niña vivía en Canarias y allí no llegaba. Me vi casi tres meses de serie (la echaban de lunes a viernes en Canal 9) en valenciano en la casa de campo de mis abuelos un verano allá por la prehistoria de mi vida. Enganche total. Después me escribía con mi primo para que me fuera contando como continuaba la cosa. ¡Hasta me mandó una cinta VHS con un montón de capítulos grabados! Quién me iba a decir que años más tarde retomaría la pasión por esta serie de la mano de mis hijos. 

Volviendo al presente... Estábamos en una sala de cine, ¿recordáis? 

Una vez puestos en situación continúan la historia con el resurgimiento de la organización Red Ribbons en base a la ingenuidad de un científico villano muy fan de los superhéroes. No os voy a mentir, si no habéis visto la serie o no sabéis de qué va se os van a escapar muuuchas cosas, pero muchas muchas. ¿Se puede ver aún así? Pues sí, porque la trama es super sencilla y sin ninguna sorpresa. Simpática, graciosa, emotiva y nostálgica, pero más plana que mi culo después de llevar horas delante del ordenador.

¿Sale Goku? Sí, pero para el papel que tiene por mí como si se hubieran ahorrado sus escenas. Aunque mi hijo mayor asegura que es imprescindible que aparezca en todas las pelis. De otra forma, y cito textualmente: "Quién va a ir a ver una película de Dragon Ball sin Goku". Ahí está el quid. Las verdades duelen, Gohan. Duelen.

Y eso que a mí el primer hijo de Goku me hace mucha gracia. ¡Es tan intelectual y majete! Y es gracias a los esfuerzos de Chichi por darle una buena educación y ponerse dura con eso de menos entrenamientos y más estudiar. ¡Ole por ella!

En cambio Goten y Trunks todo el día dándole a los músculos. Y la pobre Pan parece que va por el mismo camino.

Resaltar que dan ganas de achuchar a Piccolo en algunas escenas y que quiero una funda de móvil como la suya.

Llegados a este punto, y volviendo a la peli, hay una cosa que quiero aclarar y que me chocó mogollón, puede que por el puesto de trabajo que ocupo actualmente. Vamos a ver... queridos sayans y namekianos cómo se os ocurre preguntar si es un robot o un androide. A ver, un androide es un robot con forma humanoide, ainsss. Me dolió eso, ¿eh? Fin del inciso.

Por lo demás, es muy entretenida y mola ver a los personajes a pesar de que la mayoría tiene un papel decorativo o de secundario gracioso (a veces con poca gracia porque algunos chistes... madre mía).

Nos hizo ilusión volver a encontrarnos con Broly, aunque dio lugar a un porrón de comparaciones en las que la peli actual salió muy mal parada. La de Broly me gustó muchísimo. Es un personaje muy bien construido y te presentan genial las motivaciones y razones de los personajes principales y por qué pasa lo que pasa. Sobre todo, me encantó como presenta los dilemas morales de su compañeros en el ejército de freezer, Lemo y Chelye.

En esta ocasión también hay dilemas morales, pero los resuelven muy rápido y superficialmente. Aquí lo importante es hilar escenas graciosas y luchas espectaculares y eso, para mí, merma la calidad de la trama.

De todas formas, si eres fan de Dragon Ball te va a gustar. Si no lo eres, mejor no vayas a verla.

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