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miércoles, 26 de octubre de 2022

Hooper, el polloliebre

Este viernes, 28 de octubre, se estrena una película animada de aventuras adorable: Hooper, el polloliebre. Homenaje indiscutible a una saga que marcó la infancia y juventud de muchos, Indiana Jones, la trama, que se desarrolla ante nuestros ojos, es la típica historia de cómo nuestras diferencias nos hacen únicos si logramos convertirlas en fortalezas y no en debilidades, pero contada de una forma agradable y simpática. 

Además, logra reflejar muy bien la soledad e incomprensión a la que se enfrentan los adolescentes, por muy atentos que estemos los padres a sus necesidades. Ni escuchándoles, ni estando ahí para ellos podemos atravesar los muros que ellos mismos van levantando a su alrededor para protegerse de las inclemencias de su entorno.

Y, como ocurre en esta película, tiene que venir alguien de fuera a sacarlos del hoyo casi sin esfuerzo, dejando a los padres frustradísimos a la par que felices porque haya superado esa... ¿fase?. Por que el "pero si eso es lo que te digo yo siempre, ¿por qué si te lo dice u amigo haces caso y si te lo digo yo como quien oye llover? Estoy contenta por ti, pero, pero..." ahí nos queda, ahí nos queda. Tanto tiempo invertido aconsejando y acompañando a nuestro imberbe angustiado para que luego venga una bella mofeta a hacerle ver lo maravilloso que es con unas piruetas, un poco de empatía y unas cuantas frases calcaditas a las nuestras.

Seguramente nosotros no llegaremos a ser nunca como el maravilloso padre adoptivo del protagonista, paciente y optimista a más no poder, pero la intención de querer llegar a nuestros adolescentes a toda costa y tener la sensación de que algo se nos escapa es la misma. Eso sí, seguramente no tomamos pero que él que nuestros retoños recobren la confianza en sí mismos gracias a sus amigos y a nosotros nos ignoren o, lo que es peor, nos imprequen que no les entendemos en absoluto.

Pero volviendo al estreno que nos ocupa, en 90 minutos acompañaremos a un singular héroe por su camino a los infiernos, reinvención y resurgimiento más fuerte que nunca, acompañados de enormes guiños a las pelis de nuestro arqueólogo favorito (que ganas de que estrenen la cuarta y que encima me guste y todo), música épica y unos amigos la mar de simpáticos y con sus propios traumas, que irán desvelando a medida que se desarrolle la trama, y que ayudará al protagonista a quitarse de complejos y a quererse a si mismo como es para empezar a potenciar sus puntos fuertes, que al principio esconde por vergüenza.

El propio villano vive acomplejado por una discapacidad de orejita que, en vez de reforzar su personalidad, le lleva al lado oscuro y lo convierte en la némesis de Polloliebre. Mientras uno quiere impresionar a todos con grandes hazañas, el otro quiere subyugarles a través del terror. La batalla entre ambos personajes es la mar de graciosa.

Entre los secundarios, toda la familia se quedó prendada con la tribu cerdo cubo y su estoico dios Fantoro. Un spin off de ellos sería más que bienvenido.

Lo cierto es que, dentro de que el argumento es muy típico, la manera en que se cuenta la historia no decae y te mantiene entretenido y atento toda la película. Toda la familia lo pasamos muy bien siguiendo la evolución del entrañable y confundido Polloliebre.

En este post os cuento principalmente nuestra experiencia viendo la película. Si queréis saber más, podéis leer la crítica que he escrito para Facesonthebox.

2 comentarios:

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