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lunes, 6 de marzo de 2023

Sociedad lovecraft

Cuando tu vida no cuadra con el molde social que te imponen, te ves incapaz de llegar a las espectactivas de los que te rodean o, simplemente, no te gusta como se está desarrollando tu vida, no es raro que acabes volcándote en un mundo interior que te construyes a medida. En Sociedad Lovecraft, cuatro chicos intentan olvidar miedos y frustraciones en el peor momento de la pandemia volcándose en la obra del afamado Lovecraft, cada uno con una visión idealizada del mismo que le ayuda a aguantar con lo que le ha tocado vivir. 

La historia se centra sobre todo en la chica que comparte iniciales con el maestro del terror cósmico. Con ella vives una situación desgarradora, que la está destrozando. A medio camino descubre el universo creativo del escritor, a la Sociedad Lovecraft con sus extraños integrantes y una vía de escape muy creativa.

Seguí la historia con gran interés y muchas ganas de descubrir qué estaba pasando. Porque desde el principio te van lanzando flashforwards que alimentan tu intriga y hace que te enganches queriendo leerlo todo de un tirón.

Mientras avanzas por la trama, la fachada de los protagonistas se va cayendo para dejarte ver, o entrever en alguno de los casos, un poco de su verdadera personalidad, inseguridades y miedos. Mientras, se adentran en un misterio que, en sus portentosas imaginaciones y ganas de dar emoción a sus vidas, se va convirtiendo en una aventura con tintes oníricos y espeluznantes.

Los acontecimientos están organizados en tres partes que sitúan los giros argumentales que te mantienen en vilo: misterios, peligros, persecuciones, malentendidos, sorpresas, enigmas escondidos entre palabras... Y unos personajes bien construidos a los que te apetece conocer mejor.

También presenta situaciones actuales y morales con mensajes que fomentan la amistad, la familia y la importancia de los recuerdos y memorias, que son parte de lo que nos hace ser como somos.

Me parece una lectura ideal para jóvenes y adolescentes. Por aquí ya se lo ha empezado Iván, que es la fiera con más inquietudes lectoras de los dos. Daniel le ha echado un vistazo con curiosidad. Seguro que se lo acaba leyendo porque yo me he negado a contarle nada ;P

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