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martes, 16 de julio de 2024
Sweet Space Museum Madrid
Me está costando encontrar planes al gusto de mis cada vez más difíciles adolescentes, pero hay algo que no suele fallar con ellos: los museos de experiencias como el Sweet Space Museum, que encima entra dentro de las opciones de ocio que cubre el abono teatro (Cada vez me alegro más de habérmelo sacado).Se han puesto de moda unos museos basados en experiencias que despierten los sentidos, aunque más que museos, yo lo catalogaría como centros culturales. Al que fuimos nosotros, dan un paso más e incluyen el sentido del gusto a base de chuches. No sólo cuidan el este sentido con dulce, también nos dieron una chuche ácida y otra ¡picante! De ésta última compramos en la tienda. Nos pareció muy novedosa y, encima, estaba buena. Además, es genial para bromitas :)Nuestra guía nos explicó que estábamos en un centro de arte moderno dedicado a las chuches y el espacio. Me encanta la elección de temas.Cómo todos en los que hemos estado, se trata de un recorrido en el que puedes quedarte todo el tiempo que quieras en la sala, pero si avanzas ya no puedes volver atrás, con lo que es mejor tomárselo con calma.Las dos primeras salas son un excepción porque son más bien de paso, son lo que te dejan estar unos minutos para hacerte las fotos de rigor y luego te piden que continúes. Es lógico, porque no cuentan con mucho espacio. Ambas son muy bonitas.En el resto ya puedes explayarte lo que quieras y todas tienen rincones muy divertidos. Hasta hay una piscina de bolas en la que tumbarte a hacer el tonto un rato.Pero el lugar preferido por todos fue el de las colchonetas para tumbarse a relajarse. Iván incluso sugirió echarnos una pequeña siestecita, pero luego recordó lo difícil que es despertarme si caigo en sueño profundo y se arrepintió de la propuesta. ¡Nada de siestitas! Continuamos nuestro camino e, incluso, me atreví a tirarme por el tobogán que conecta con otra sala. Si no lo ves claro, puedes bajar por unas escaleras, pero ¡quién dijo miedo!Mil millones de fotos divertidas después salimos del museo muertos de la risa. Dentro estuvimos cosa de una hora alargando nuestros juegos en las instalaciones bastante. Si vas deprisa y corriendo te lo haces en media hora o menos, pero si esa es tu intención, éste no es tu museo.Tras la visita, paramos en la tienda para hacernos con nuestras gominolas picantes. ¡Imprescindibles! Y luego fuimos directos a la cafetería a por unos waffles con dos bolas de helado que estaban increíbles.Fue una tarde muy divetida y a las fieras les encantó el plan que les había preparado. ¡Chiquipunto para mí!
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