Páginas

sábado, 19 de octubre de 2013

Castañitas de otoño

Con la llegada del otoño a mi niño mayor le entró un ataque inusitado de antojo de castañas asadas. No había día que no me preguntara si ya las había comprado. A pesar de que el precio de el fruto de otoño por excelencia no me convencía lo más mínimo me hice con una redecilla de un kilo y me entregué a la difícil tarea de asarlas sin que se queden crudas por un lado, pero que se quemen por el otro. Fracasé estrepitosamente, pero alguna no quedó tan mal y fue las que les servía a mis chiquitines.

Las duras me las quedé yo aún a riesgo de romperme algún diente. Daniel se las comía a dos carrillos, pero a Iván no le hicieron ninguna gracia. No sé si porque estaba aún con los síntomas de la Laringitis y había perdido bastante el apetito, o porque, realmente, no le gustaron nada de nada.

A su hermano mayor tuve que frenarle para evitarle un empacho de los gordos. Tras este atracón a castañas queda inaugurado el otoño en mi casa.

6 comentarios:

  1. A mí, sinceramente, no me gustan demasiado. Crudas me gustan más pero asadas me empachan enseguida. Besotes!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tengo que pedirle a la abuela de Raúl su receta de castañas en agua de anís. Están buenísimas!!! Seguro que esas sí te gustarían :D

      Eliminar
  2. Hummmm que ricas las castañas!!! Como las hecho de menos por aqui jaja Bienvenido sea el otoño

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bienvenido. ¡Todas las estaciones son emocionantes cuando se viven al lado de los niños! :D

      Eliminar
  3. Mi tierra es de castañas y chimenea por excelencia y los tostaores están a la orden del día, mi padre es un experto ¿cómo las hiciste? en la vitro es diferente pero no deben de quemarse tanto, a mí es que me gustan carbonizadas.
    Pero estoy deseando que llegue la hora de la cena para comer unas tanitas que me trajo mi primo o una tortilla de tentullos que me trajo mi madre... ainsss en otoño echo mucho de menos mi tierra, esas tanas asadas en la candelita de mi madre, o los tostaores de mi padre, por lo demás adoro vivir en Huelva jejeje.
    Besotes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En la vitro ¡Que remedio! Recuerdo que en nuestro cole hacían hogueritas en el patio (estábamos en pleno campo) y las asábamos en cazuelas viejísimas que traían los padres. Hacen eso ahora y se le cae el pelo al cole jajaja

      Qué bonitos son los recuerdos. Yo también tengo morriña de los olores y sabores del pasado...

      Eliminar

Me encanta saber lo que piensas.