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viernes, 18 de octubre de 2013

El extraño caso de la tarjeta de débito

Nada más regresar a casa del parque el móvil empezó a vibrar como loco. Cogí la llamada desconocida temiéndome lo peor descolgué casi por inercia.

"¿Es usted Dácil Mengana Fulana?" Ya está. Ahí lo tienes: Publicidad.

"Le llamo de Bankia" Diosss. Otro seguro nooooo.

"Ha perdido usted su tarjeta" ¿Cómo? Automáticamente me llevé la mano a uno de los bolsillos traseros de mi vaquero. Justo donde pensé que la había dejado tras sacar dinero del cajero antes de recoger a Iván de la guardería.

"Se la ha encontrado un amigo mío tirada en el suelo. Tiene suerte. Mi amigo trabaja en otro banco y le he convencido para que se la mande a su sucursal" Paralizada por el asombro logré balbucir un gracias.

"Ha debido de dejársela olvidada en el cajero de nuestra oficina. Seguro que es usted una de las mamás que tienen a su hijo en la guardería de al lado. Mi amigo también tiene al suyo ahí" ¿Este hombre es adivino o está mintiendo para sacarme información?

"La llamo también para que no se haga un suplicado porque le acaban de cobrar la comisión por tener la tarjeta y con el duplicado se la volverían a cobrar"

"¿Qué me han cobrado quéeeee?" Con infinita paciencia mi interlocutor me lo volvió a explicar mientras los gritos de mis hijos subían de volumen a mis espaldas.
"Sólo tiene que ir a recogerla a su sucursal. Seguro que se ha pegado un buen susto cuando pensaba que la había extraviado ¿no?"

"Hasta que usted no me ha llamado no me había enterado de que la había perdido" La risa del buen samaritano se debió oír hasta en Sebastopol
"Entonces me alegro de haberle ahorrado el susto. ¡Ah! Por cierto le informo de que, después de la cantidad que retiró usted del cajero de X euros no ha habido ninguna transacción. Es para dejarle tranquila al respecto" ¿Se puede ser más buena persona? Yo pensando que me quería vender un seguro y me estaba ahorrando un disgusto.

Huelga decir que a estas alturas los gritos de los niños se habían convertido en alaridos y tras una emocionado gracias por mi parte hubo que colgar de urgencia para atender a los dos bichillos.

Esto es tener suerte y lo demás son tonterías.

12 comentarios:

  1. Bufff, yo desde q perdí el billete de vuelta de un vuelo por meterlo en el bolsillo trasero del vaquero mientras cogíamos el equipaje, no he vuelto a guardar nada ahí q quiera conservar...porque eso sí, el resto de cosas q guardas q te dan igual, un ticket de la compra, un papelajo q se está comiendo la pequeña...eso no se pierde...sigue ahí por los siglos de los siglos..aunque laves el vaquero :-)

    Me alegro q no pasara nada!

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    1. Me dan los mil males con eso que cuentas ¿Pudiste volar? Espero que sí.

      Me he reído mucho con lo delos papeles no importantes. Es cierto, tengo miles de papeles sin importancia dando vueltas por la casa, pero el día que se te ocurre que necesitas unos desaparece sin dejar rastro jajaja

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  2. Pues a mí tanta información me hubiera dado un poco de mal rollito, la verdad. Será que yo soy muy desconfiada. Jajaja. Me alegro de que al final todo haya quedado en anécdota. Un besote!!!

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    1. A mi también!!! Hasta que no me dio información detallada de mis movimientos pensé que intentaba sacarme información. Supongo que tendemos a pensar mal porque hay demasiadas malas experiencias por ahí.

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  3. Una anécdota más de qué hay ciertas cosas que mejor hacer sin niños jajajajajaa
    Besinos

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    1. Jajaja que razón tienes, aunque en esta ocasión la culpa fue toda mía: de mis despiste y las prisas :S

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  4. Fuera del miedo que me hubiese dado que el que me llamaba supiese tantas cosas has tenido un órdago con ese chico tan amable.
    Besitos y buen finde¡

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    1. A mí al principio también me dio bastante miedo que supiera que llevaba al niño a esa guardería, pero cuando me dijo los movimientos de mi tarjeta me dio la seguridad de que tenía que ser el banco. Más majo el hombre...

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  5. pues que suerte!!
    Con este golpe de suerte, te puedes ahorrar la loteria...que ya te ha tocado!!

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    1. Y tanto!!! De hecho no me quedé tranquila hasta que llamé a mi sucursal y me dijeron que tenían allí la tarjeta. Qué desconfiada soy! Y vaya suerte tengo :D

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  6. Todavia queda gent buena en el mundo! Menos mal

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Me encanta saber lo que piensas.