Este año el carnaval ha sido un poco raruno. Mis hijos no expresaban su deseo de disfrazarse de nada en concreto y a mí no se me ocurría ninguna idea feliz. Poco antes de la fiesta del cole vi unas máscaras antigás de plástico muy baratas en un hipermercado y me las llevé a casa pensando que con un poco de ropa vieja, de esa que producen mis niños constantemente, quedaría un disfraz postapocalíptico muy apañado.
Pero con lo que no contaba era con la reunión que me pusieron justo la tarde la fiesta. Porque en el cole de mis peques no celebran el jolgorio en horas de clase sino después para que vayan las familias que así lo deseen. Me parece una idea genial.
Un poco triste dejé el asunto en manos de mi marido que me aseguró que sólo iría si los niños se empeñaban y que de disfrazarlos nada monada. Normalmente le perdonaría la piscina al pequeño en pro de ir a maquillarnos y caracterizarlos para la ocasión, pero visto lo visto decidí llevarle, que encima era día de juegos y es la única clase que les entusiasma.
Cuando llegué a por los chiquillos me encontré a Iván maravillosamente caracterizado de pirata. Se lo habían currado, la verdad. Le hice una foto y me lancé a todo correr para llegar a la extraescolar mientras pensaba cómo demonios iba a quitarle toda aquella pintura de la cara. Menos mal que camino del vestuario me encontré con su monitora que me dije muy divertida que le podía dejar el maquillaje. Le venía de perlas porque iban a jugar a ir en barcos. Sin preocuparme más por el asunto dejé a los niños en manos de mi marido y salí disparada a la reunión. Daniel había expresado su deseo de ir al parque en vez de a la fiesta, así que supuse que no irían, pero me equivoqué.
El mayor cambió de idea y acabaron los tres atiborrándose de chocolate con bizcochos y pasándoselo pipa con sus amigos. No tardó mucho el mayor en reprocharme que no le hubiera preparado ningún disfraz. Le expliqué mi idea del apocalipsis atómico y le enseñé la máscara. Como no podía ser de otro modo le entusiasmó la idea y quiso disfrazarse en ese mismo momento, pero tuvo que conformarse sólo con la máscara y con la promesa de que en Halloween volveríamos a pensar en ese disfraz.
Al día siguiente, Iván apareció vestido de doctor. Me alegro de que la final viva el carnaval en el cole y que se haga sus propios disfraces como hacía yo de pequeña. Daniel por su parte salió con una banda japonesa en la frente. Pensé que sería también por esta celebración, pero andaba muy equivocada. Había tenido unas interesantísimas jornadas de cultura japones y en la banda ponía en japonés "aprobar el examen". Como motivación me encanta. Y a él también. No para de hablarnos de todo lo que ha aprendido en sus jornadas. Y a sido muchísimo. Hacen unas actividades increíbles en su clase.
Y para poner el punto final, Iván salió con una sardina preciosa y muy colorida en la frente. Por supuesto, no quiso no oír hablar de quemarla o enterrarla, así que la tenemos de adorno. Si no es por el colegio no catan el carnaval este año.
jajaja, el carnaval es otra manera como otra cualquiera de volvernos locos a los padres. Al final siempre te das cuenta de que vale cualquier cosa y que nunca es demasiado tarde para hacer el ganso...
ResponderEliminarBesos.
Cierto jajaja
EliminarY nosotros no necesitamos muchas excusas para hacer el ganso, pero cuando no se puede no se puede ;)
Besos
Por aquí fueron de star wars :)
ResponderEliminarEstarían guapísimos!! <3
EliminarBueno, pues un carnaval un poco raro pero al final lo disfrutaron, que es lo que importa. Un besote!!!
ResponderEliminarMuy raro jajaja
EliminarPero es que me ha pillado hasta arriba de trabajo y no he podido implicarme. El próximo año seguro que las cosas vienen mejor
En mi caso el Carnaval tb lo viven en el cole, luego no hacemos nada especial, la verdad, yo no lo he vivido nunca mucho y es algo que tpc he transmitido, jajajajaj. En el cole han trabajado los musicales, así que genial. Los de infantil se lo hicieron ellos en unos talleres que tuvieron durante la semana y les quedó genial (les tocaba El Rey León) y el mayor fue disfrazado de Aladdín, claro que como soy nula para coser se lo compré, jajajajaja. La verdad es que quedó luego genial la fiesta, los más mayores bailaron Grease y Mamma mía... Nos encantó:). Lo mejor es cuando se lo hacen ellos y con muy poquito se apañan y se divierten, nosotros nos complicamos mucho, como buenos adultos, jajajajaaja. Un beso
ResponderEliminarNosotros en Gran Canaria lo vivíamos a tope con el día de las murgas, el de la sábana, el de la fiesta de disfraces... Un fiestón. Y nuestros disfraces eran siempre comprados jajaja
EliminarCreo que antes no se estilaba mucho de los disfraces DiY, por lo menos no recuerdo haber visto ninguno...
A todo no llegamosssss!!!!
ResponderEliminarPero sí decirte que Ivan, por una y por otra Carnaval 100x100 y variado ¡seguro q lo disfrutó a tope! y q guay ir a la pisci y q toque juegos y correspondiendo con su disfraz `pirata ¡eso sí, qué es tener suerte! y Daniel con sus charlas contento no? ahora puede empezar a pensar y confeccionar el de halloween `para q compense el de carnaval ;)
Esoooo. Las máscaras antigás las dejamos para Halloween, que es otro carnaval jajaja
EliminarEs verdad que no llegamos a todo. Qué se le va a hacer. Te confieso que a mí estos niños no me dan ninguna pena...
Lo importante es que se lo pasaron bien ;-)
ResponderEliminarEso pienso yo también :D
EliminarMuacs