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jueves, 12 de enero de 2012

A planta con mil sonrisas

Cuando llegamos a Reanimacion esta mañana nos esperaba una maravillosa sorpresa. Ivan subía a planta. Nos tuvieron esperando un buen rato mientras quedaba libre un celador para que nos llevara al chiquillo a su nueva habitación. Iván durmió todo ese rato. Le habían pegado el chupete con esparadrapo. No sabía si reirme o llorar con este detalle. Cuando le dejaron en su nueva cama las celadoras se lo quitaron y criticaron el procedimiento, pero cuando el chiquillo se puso a berrear empezaron a comprender a su cuidador.
No estuvo mucho tiempo llorando. Muy pronto nuestras sonrisas se mezclaron con las suyas. Estaba muy risueño, gordito y con buen color. No le podían poner en cuna porque todavía tenía los drenajes, así que estaba escarranchado en una cama enorme. Estuvo toda la tarde y toda la noche muy contento.
Al poco rato mandé a mi marido a casa. No quería, pero tenemos que repartirnos. Es una tontería que estemos los dos aquí. Tenemos que hacer turnos para decansar.

Mi madre me trajo la mochila con las cosas para pasar la noche y me mandó a casa a cenar. Antes de que me diera tiempo a irme llegó Chari. Dejé al niño en buenas manos y me fui a casa. Allí me esperaban mi marido y mi hijo mayor. Pasé un rato muy agradable con los dos, cené y subí escopetada al hospital. No quería que Matilde y Chari se fueran muy tarde a casa. Las abuelas estaban tan encantadas como yo con su nieto. Al poquito llegó el tío Luis para llenar a su sobrino de carantoñas. Fue providencial porque así las bajo en coche y me dejaron ya acomodada para pasar la noceh con mi pequeñín. Por fin juntos.

3 comentarios:

  1. Supongo que estarás agotada pero esto es de esas cosas que no importa el cansancio.

    Cuidaos.

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  2. Como quisiera poder aduyarte de algún modo... :S

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  3. Mayte, No sentí el cansancio hasta que llegué a casa con el bebé. Supongo que la tensión ayuda mucho. Me pude leer tu libro por fin. Me ha encantado, Lloré muchísimo con la parte final. Una enfermera pensó que estaba así por Iván y se extrañó muchísimo porque todo va genial con él. Le tuve que explicar un poco avergonzada que me había emocionado el libro que estaba leyendo.

    OR2, ya me ayudas teniéndome en tus pensamientos. Me siento querida. Puede parecer una tontería, pero me anima mucho.

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