Un café rodeadas de chiquillos

Una madre de la guardería fue muy valiente y nos invitó a dos amigas a café con nuestros sendos dos hijos. ¡Y ella tiene otros dos y una casa de 50 metros cuadrados! Allí que nos reunimos todos con la banda. Esta chica ha estudiado para educadora infantil y se nota. Los tuvo muy entretenidos y puso orden hasta en los momentos más críticos. Para llevarlos a todos hacia la casa se le ocurrió la feliz idea de hacer un tren infantil. Y allá que fueron los cuatro revoltosos de dos años y medio agarrados de la falda de una de las madres o del compañero de delante.

Lo cierto es que tanto chiquillo, cualquiera hubiera dicho que habría lloros constantes, pero no fue así. Incluso me pude tomar el café tranquila. Cuando parecía que se nos iba a ir la cosa de las manos sentó a los cinco mayores con un polo en la mano y allí se quedaron degustando su golosina con toda tranquilidad hasta que se hizo la hora de marchar. ¡A mí que me cuente el truco!