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jueves, 10 de enero de 2013

Primer día de cole tras las Navidades

Cuando pensaba en el día que se acabarían las vacaciones de Navidad y tuviera que convencer a la prole de que tenían que volver al cole, me echaba a temblar. Estaba segura de que sería un día lleno de lágrimas y ataques de nervios, pero me equivoqué. Daniel estaba deseando enseñarle a Yoli, la portera y a  Mari Carmen, su amiga del estudio de arquitectura, la máscara de Spiderman y la pistola de rayos tan chuli que le había traído los Reyes.

Bajó los escalones de dos en dos sin esperarme a mí, que bajaba por el ascensor. menos mal que vivo en el primero y la sensación de peligro al tener a mi niño mayor fuera de mi alcance duró poco. Cuando llegué al portal y saqué a Iván con su carrito del ascensor, el peque estaba buscando a sus amigas ansiosamente. Por fin las vio en la calle y corrió a dispararles con su pistola y a impresionarlas con su risa malvada. La verdad es que consiguió el efecto que deseaba y casi llegamos tarde al cole por entretenernos demasiado.

Mi niño mayor estaba deseando llegar a su clase para enseñar a sus compañeros sus tesoros. En el patio se lo pasó bomba corriendo de un lado a otro disparando indicriminadamente. Sorprendentemente no le costó nada entregarme los juguetes cuando sonó el timbre que anunciaba el comienzo de las clases y fue a reunirse con su profesora sin dramas.

Desgraciadamente con Iván no ocurrió lo mismo. En cuanto entró en el aula se aferró a mí como una lapa y cuando le cogió la profesora en brazos se puso a aullar como un desesperado. me fui de allí con el corazón en la mano. Me temo que el bebé se ha desadaptado durante estos quince días. Espero que vuelva a adaptarse pronto. Cuando volví a por él, las profesoras me aseguraron que al minuto estaba como una rosa. Al menos se lo pasa bien, cuando yo ya no estoy.

1 comentario:

  1. Si es que con el cole siempre se tiene una relación de amor-odio. Jajaja. Besos.

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