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lunes, 12 de agosto de 2013

Único fin de semana en Elda

Cómo sigo trabajando sólo hemos podido pasar los días de este fin de semana en mi pueblo de Alicante. En cuanto llegué a casa recogimos los detalles de última hora y nos subimos al coche. Yo me acoplé como pude entre las sillas de los niños, y mi marido y mi madre se pusieron en la parte delantera rodeados de bolsas, maletas y trastos.

Los niños no pararon de liarla en todo el trayecto porque iban descansaditos y con pocas ganas de estar atados en un asiento. Llevábamos buen ritmo. Ni rastro de atasco. Sin los peques hubiéramos hecho el viaje del tirón, pero tuvimos que parar para que merendaran y estiraran las piernas. La hora escasa que nos quedaba para llegar a nuestro destino fue horrorosa por parte de Iván, que no entendía por qué le volvían a atar de nuevo.

Pero todo tiene su fin y llegamos a casa de mi abuela armando un buen follón. Los chiquitines se portaron como los pequeños salvajes que son, pero mi abuela encantada, porque estaba deseando vernos. Esa noche nos costó muchísimo que se acostaran y se nos hizo tardísimo.

Al día siguiente pensábamos ir temprano a la playa. Antes de que el sol calentara mucho, pero Iván se quedó torrado hasta más allá de las nueve y salimos tarde. Menos mal que la playa está muy cerquita y a eso de las once menos cuarto ya estábamos con el campamento instalado y disfrutando del mar y la arena.

Nos hizo un día buenísimo. El viento era fresco con lo que se estaba a gusto. Los niños lo pasaron bomba en la extensísima orilla (porque para que te cubriera algo el agua había que recorrer kilómetros), jugando con la arena, corriendo y dando brincos de gigante, haciendo castillos... Una pena que vaya a ser su único día de playa en todo el verano. Les pusimos crema hasta las orejas, pero aún así Iván se quemó un poquito y luego le picaba la piel a pesar de la crema hidratante que le apliqué para que le aliviara.

Cuando se cansaron de rebozarse recogimos todo y nos pusimos rumbo a casa de mi abuela para comer. Fue imposible que llegaran al coche limpitos. En cuanto te despistabas ya se habían puesto perdidos de arena otra vez. Al final me conformé con quitarles lo que pude con la toalla y acabar la faena en casa debajo de la ducha.

Encargamos unas paellas buenísimas para comer y así no hubo que molestarse en cocinar.

Después de una merecida y larga siesta del bebé y su mami, no quedó más remedio que hacer una parada en el parque infantil, porque Daniel estaba deseando ir desde que llegó. La verdad es que es un niño muy sociable y enseguida se buscó amiguitos. Cuando llegó el momento de volver protestó muchísimo y sólo accedió a venir a casa con la promesa de que volveríamos al día siguiente.

Pero cuando llegó el momento de volver el calor era tan sofocante que hasta él mismo desistió de seguir jugando en los columpios. Como compensación les compramos un helado de cucurucho. Craso error. La próxima vez les encasquetamos sendas tarrinas porque fue milagroso que no pringaran todo con su manera alocada de manejar el cucurucho.

Desgraciadamente, llegó la hora de partir y las abuelitas se quedaron muy tristes porque sus dos terremotos se iban de nuevo para Madrid.

7 comentarios:

  1. Que finde más genial, bueno al menos os habeis podido "remojar" el culete en la playita aunque sea por un dia, QUE ENVIDA!!!!piensa en todos los que no podemos ir ni siquiera eso, buuuaaa.........en fin, que me alegro MUCHISIMO, que disfrutarais el finde en la playa y con la familia, ay esa abuela, seguro que disfrutó también mucho de su nieta y bisnietos.....esos planes repentinos de irse un finde, son los mejores, los que más disfrutas....asi que a seguir disfrutandolos....Yo me marcho también (aunque no a la playita buaaaa) a la vuelta en septiembre seguiré contigo de nuevo (ya sabes que aunque no comento a diario, te leo tooooodoooos lo dias), hasta entonces un besito muy muy grande consuegra!!!!!

    Juliette

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    1. Lo único que siento de quedarme sin vacaciones es tener a los niños lejos y no poder ver más a mi familia, pero por lo demás no me quejo nada. Ya habrá más veranos!

      Me alegro de que puedas romper con la rutina unos días. Descansa. Muchas gracias por leerme y un millón de besos.

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  2. Si es que se lo pasan chachi!!! No me extraña que no quisieran volver. Y tomar un helado de cucurucho tiene su técnica, no te creas. Jajaja. Un besote!!!

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    1. Al final tuve que espachurrarles el helado dentro del cucurucho para evitar la pérdida total de la bola :D

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  3. Anímate mujer, yo aún no he olido la playa y como va el verano...
    Pero como imagino que sí iréis a la piscina o para el verano que viene, que seguro que lo aprovechais mejor te voy a recomendar una crema que es la que usamos en mi casa para las quemaduras del sol, se llama CALADRYL LOCION también la hay en crema, pero se unta fatal y no veas como duele cuando estás quemado, eso es quemarte, ducharte y echártela y al día siguiente no tienes nada, ni duele, ni pica y si no es muy grave la quemadura solo lo tendrás un poco rosa por el color de la crema. Eso es lo que usa mi prima desde pequeña que es albina y nada mas salir a la calle ya se quema..
    Besotes.

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    1. Ah, que se me olvidaba, si no lo encuentras.... clara de huevo!!! jajajaja.

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    2. Muchas gracias. La voy a comprar ahora lo mismo. El consejo de la clara de huevo es único y maravilloso, pero pensaba que sólo servía con las quemaduras directas y no las solares. A partir de ahora usaré la crema que me dices y si no le untaré con la clara :D

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