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sábado, 3 de enero de 2015

Cortes de pelo: risas y lloros

De nuevo a tocado recortar un poco el pelito de los nenes. Un día se levantaron con un pelo totalmente ingobernable que los hacía parecer a uno un demoniejo y a otro un torbellino, así que el papá se tiró a las tijeras y a la maquinilla para disgusto de los peques.

Al mayor no le gusta, pero se lo acaba tomando a risa. Y hasta disfruta de volver a verse la cara bonita que tiene sin greñas. Pero para el peque sigue siendo un dramón de los buenos: lloros, gritos, luchas encarnizadas, ataques de rabia... Y así quedó el pobre que parece una oveja trasquilada. Mucho mérito tiene el padre que no acabó cortándole una oreja.

A mí me tocó de nuevo sujetarle e intentar calmarlo entre besos, caricias y cuentos. Todo en vano, pero, al menos, ya no me entra esa angustia horrible en la que acababa llorando yo también.

En cuanto el padre anunció que se rendía que que así quedaba el chiquillo, se le fueron todos los males al muy cuentista.

4 comentarios:

  1. Hola. menuda experiencia lo de cortarle el pelo a los peques-... La verdad es que están ahora... espero que ya se hayan pasado los llantos iniciales del nuevo look. Seguimos en contacto

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    1. A los cinco minutos estaba como si no hubiera pasado nada jajaja

      Gracias!!

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  2. jajajja, que guapos!! y se lo corta tu marido?? que mérito la verdad yo antes prefiero cortarme las venas jajajja

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