El sábado por la mañana nos dimos un salto a la biblioteca Rafael Alberti para disfrutar de una sesión de cuentacuentos. Se titulaba "El paraguas del Mago" y me pareció muy atrayente. Llegamos diez minutos antes de que empezara y casi nos quedamos sin entrada.
Menos mal que logramos pasar al salón de actos porque lo pasamos muy bien con las historias de la cuentacuentos y su mago, que abría una paraguas, decía "abre paraguas" y caían caramelos, lluvia, sandías y todo aquello que desearan los personajes del cuento.
La primera historia que nos contó proviene de un libro que se llama "El día que se comieron a Luis". Se lo había preparado muy bien con las figuras de los monstruos recortadas y logró fascinar tanto a su público, que varios niños, incluidos Iván, casi salen corriendo a la sala de lectura a coger el libro antes de que se terminara el espectáculo. Menos mal que le frené porque los siguientes cuentos fueron igual de divertidos y con mucha participación del público: Gesticulamos, cantamos, gritamos...
La cuentacuentos terminó la sesión con una mini historia que mis hijos no paran de repetir. Puso ambas manos en forma de bocas parlanchinas y comenzó un diálogo:
- Mami, ¿me das un susto?
- Naaaaah
- Mami, ¿me das un susto?
- Naaaaah
- Mami, ¿me das un susto?
- Vale. ¡Buuuuuu!
- ¡Aaaaaaaaah!
Las carcajadas de mis chicos están aseguradas cada vez que llega el final.
Cuando se acabó el espectáculo nos fuimos a la sala de lectura a intentar coger el famoso libro del Día que se comieron a Luis, pero ya se nos habían adelantado. No pasaba nada, porque encontramos muchos tesoros literarios más y nos fuimos bien cargaditos. En la puerta nos encontramos con la cuentacuentos, que se presentó como Estrella y fue muy cariñosa con mis peques. Antes de irse me chivó que tiene cuentos en youtube y que les pusiera el de Pipi Caca porque les iba a encantar a mis churumbeles.
No se equivocó. Lo habrán visto cien veces y aún se parten de la risa. Nos encanta esta cuentacuentos.
De allí fuimos a comer a casa de mi suegra y después pitando al parque porque se celebraba un cumpleaños. Iván se lo pasó genial con la pintacaras, engullendo tarta y metiéndose en primera fila cuando llegó la hora de entregar los regalos a los cumpleañeros, pero a Daniel le dio un ataque de timidez (debía estar cansado porque ya es raro en él) y se pasó toda la celebración apartado jugando con su imaginación, como dice él.
Llegamos a casa derrotados después de tantas emociones en un sólo día.
No os perdéis una. Tenéis una agenda social más apretada que la realeza. Besotes!!!
ResponderEliminarEs que últimamente nos enteramos de muchos planes chulos y es muy difícil ignorarlos snif snif
EliminarPero Raúl y yo ya estamos bastante cansados y cre que necesitamos un día de relax (los niños están llenos de energías y no quieren ni oir hablar de tranquilas tardes en casa buaaaaa).
Hol. un sábado muy intenso y enriquecedor. Se nota que disfrutaron. Seguimos en contacto
ResponderEliminarSe lo pasaron bomba, pero le domingo fue aún mejor. Eso sí. A medio día mi cuepro dijo basta y me tuve que meter en la cama. No podía más con tanta marcha buuuf
EliminarY los niños frescos como lechugas...
Si es que fueron muchas emociones y actividades en un dia, jajaja estarían reventados si o sí, pobrecitos. Seguro que lo pasarón bien y esta cuenta cuentos tiene una pinta estupenda.
ResponderEliminarSí, últimamente tiene demasiadas emociones. A ver si bajamos un poco el ritmo... Más por nosotros que por ellos que parecen estar encantados jajaja
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