El primero que cogió el flamante paquete de las manos de mi portera fue Daniel. "¿Qué es esto mamá?", me preguntó emocionado. El pequeño agarró por otro lado y se puso a dar saltos como un loco. "Abrir, abrir, abriiiiir" chillaba Iván. Les tranquilicé como pude y les pedí que esperaran a llegar a casa para ver lo que había dentro. Corrieron sin soltar el paquete y se pusieron a tirar del papel a lo loco en cuanto llegaron al salón. En cuestión de segundo estaban ojeando un ejemplar de "Las suculentas aventuras de Chicote".
Tenía que ponerme a preparar baños y cenas, pero no me dejaron ponerme a la tarea hasta que no les leí el libro del tirón. Aunque para ser sinceros, he de confesar que dejamos la última parte para la hora del cuento porque se nos hacía muy tarde. Daniel se lo quedó para poder ojearlo a gusto y me chivó que al final del libro venían ¡recetas! Ahora me va a tocar buscar ingredientes como salsa teriyaki, miso, caldo dashi, vainas de vainilla y jengibre fresco para hacerles felices. "¿Sabes mamá? Yo de mayor quiero ser cocinero" me soltó mi hijo tan sonriente. Hasta hace dos días iba a ser churrero y heladero, pero se ve que con este libro ha ampliado horizontes.
La historia es muy bonita y llena de momentos muy tiernos. Nos habla de vocaciones fuertes, culturas lejanas, emociones y lazos de amistad. Chicote tiene muy claro desde bien pequeño que lo que él quiere es ser cocinero, tanto que de mascota, en vez de un perro, un gato o un hamster, tiene una gallina muy salada que le da unos huevos deliciosos, Pepitoria, Pepi para los amigos. Los dos se van a embarcar en una aventura en el lejano oriente en busca de nuevos sabores que fusionar con las recetas ya conocidas. Aprenderán muchas cosas de Japón, no sólo de su gastronomía, y conocerán a dos entrañables personajes que les van a acompañar en su periplo.
Nos ha encantado este libro. Tiene todos los ingredientes para hacer más dulce la hora del cuento.
P.D.: Ahora Iván también quiere ser cocinero y me va a hacer deliciosas natillas de chocolate. Ya lo estoy viendo: Restaurante Hermanos García Muñoz...
el libro tiene buena pinta, y si encima consigue que tus hijos quieran preparar la comida, aprovéchate, que cocinen ellos y tú descansas JAJAJA
ResponderEliminarUuuuy si cocinan ellos me queman la cocina glups. Por ahora creo que seguiré supervisando sus pinitos como cocineros jajaja
EliminarDaniel ya apuntaba maneras de cocinero. Hay que ver lo que gusta trastear en la cocina... Un besote!!!
ResponderEliminarEs un poco veleta. Últimamente asegura que quiere ser cocinero, churrero o diseñador de videojuegos según le dé ;)
EliminarUfff jengribe... Un poquito para los zumos que tienen mucho sabor.
ResponderEliminarOtra opción es que te los lleves un día a degustar algo a un japonés, aquí en mi ciudad si vas al menú del día sale barato y rico.
Besitos
Les hemos llevado a restaurantes chinos y les encanta!!! :D
EliminarTendremos que llevarles también a un japonés
Qué libro más chulo!! me ha encantado, por aquí triunfaría seguro. De qué editorial es? cómo se puede conseguir?
ResponderEliminarEs de Alfaguara. Si pinchas en el enlace del título vas directamente a la página de Boolino para comprarlo, aunque estoy segura de que lo puedes encontrar también en muchas librerías, sobre todo en las grandes :D
EliminarGracias, lo voy a buscar ;-)
EliminarQue chulo el libro no, creo que estas navidades puede ser uno de los elegidos.
ResponderEliminarA mi me sorprendió muy gratamente. Tiene mucho mérito mezclar tantos temas y salir airoso. Vaya receta se monta Chicote con la cocina, Japón y las emociones...
EliminarLe vi en la librería la semana pasada ,cuesta 14,95 y es muy bonito,lo estuve ojeando,pero sabes en que terminé ¿no? Llevándome uno de ilusiones ópticas que nos gustan mucho,jaja. ¡La cabra tira al monte!
ResponderEliminarPues tiene que molar mucho el de las ilusiones ópticas!! Anda que no da juego. Yo tengo uno de Escher que les saco de vez en cuando para que alucinen como yo :D
Eliminar¡Qué bien que os haya gustado! La verdad es que la historia está genial y me gustó mucho también. Ahora lo tenemos algo aparcado, pero a los oeques les encantó descubrir cosas de Japón. Un besazo
ResponderEliminarPues aquí Daniel sigue fascinado con Chicote, Pepitoria y undostrescinco jajaja
Eliminar