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lunes, 30 de mayo de 2016

El Mercadillo Cirquense de Torrejón de Ardoz

Gracias a un tuit de Divertydoo nos enteramos de que este finde pasado se iba a celebrar el Mercadillo cirquense de Torrejón de Ardoz. Me sonaba tan bien que no me costó mucho convencer al pater de familia para saltarnos horarios a la torera para ir a ver el espectáculo nocturno.

Tras una mañana bastante tranquila y una lucha de titanes para convencer a los peques de la necesidad de una siesta, nos plantamos allí poco después de las seis y media de la tarde. Justo a tiempo para ver la actuación de los payasos equilibristas.

Entre piruetas, contorsiones, equilibrios y malabares nos hicieron reír muchísimo, aunque mi carcajada se convirtió en mueca de espanto cuando comprobé que Iván ya no estaba sentado donde debiera estar. Con el espectáculo había estado demasiado tiempo sin echarle el ojo. Menos mal que un minuto después le localicé junto a su padre.

La historia es que los niños avanzan filas y se sientan los primeros y los adultos nos quedamos detrás, como debe de ser, pero sin opción a supervisarlos de cerca. A partir de entonces tuvo un ojo en los artistas y otro en los niños, como los camaleones. Y no tuve más sustos.

Tras los payasos equilibristas visitamos las pequeñas atracciones que habían montado en la plaza. Eran monísimas. Y funcionaban a fuerza de músculo.

Eran tres: un barco pirata, una noria y unas sillas voladoras. Ambos peques estuvieron de acuerdo en subir al barco, porque es una atracción que les flipa. Encima el chico que los mecía les daba mucho juego y estaba todo el rato muertos de la risa o gritando a voz en vivo. Que si movieran los brazos como pajaritos si querían que les diera fuerte, que si a ver quien gritaba más, que quien tenía chaleco salvavidas por si salían volando... Todos los niños disfrutaron de lo lindo.

Después cada uno de mis churumbeles eligió una atracción distinta porque sólo les dimos opción a montarse en dos, las que ellos quisieran. Daniel eligió la Noria y parece que se lo pasó pipa conversando con su compañera de asiento. Iván eligió las sillas y lo que más le gustaba era chocarnos las manos a papá o mamá cada vez que pasaba a nuestro lado.

Nada más descender, Raúl vio que la actuación del fakir estaba a punto de comenzar y nos llevó a todos hacia él. "?Qué es un fakir?", me preguntaron las fieras mientras ocupaban puestos en la primera fila, "Es un señor que juega con cuchillos y otras cosas que cortan". "Halaaaaaa", chillaron los dos a la vez los dos con ojillos brillantes. ya sabía yo que les iba a gustar. Nuestro fakir hizo un número de lo más emocionante con cuchillas, un alambre que se metía por la nariz y sacaba por la boca (yo quedé muy impresionada con eso), una cama de pinchos y una miniguillotina para cortar manos.

Raúl hizo de notario para asegurar de forma muy convincente que los pinchos pinchaban y allí que se sentó y tumbó el señor, incluso llamó a un espectador para que se le subiera encima y la cosa fuera más emocionante. La parte más tronchante fue cuando cortó un pepino con la guillotina y pidió un voluntario entre el público infantil. Salieron dos, pero terminaron volviendo a su sitio pálidos y sin ninguna gana de meter la mano en la guillotina, así que finalmente fue el fakir el que la metió y tras bajar la cuchilla (falsa, presupongo) sacó la mano de una pieza. Lo que sudaron los chiquillos con este número.

Entre los cuchillos y el mago del diábolo, lo peques se tomaron un descanso para entrar en la zona de juegos, en la que un payaso explicaba las reglas de un montón de juegos de destreza, musicales, de agudeza mental... Allí estuvieron un buen rato haciendo puzles, probando puntería, construyendo torres... hasta que el payaso anunció que se había terminado el tiempo y nos dispusimos a buscar una lugar para cenar.

Pero antes de abandonar la plaza, nos topamos con un señor que hacía virguerías con el diábolo. Mis hijos no podían apartar la vista de sus evoluciones. La verdad es que tenía un manejo increíble y se metió enseguida al público en el bolsillo. Finalizó su número tirándolo altísimo y volviéndolo a coger ante el aplaudo general. "Menos mal que no le ha dado a ningún avión. ¿Verdad mami?", aseguró el más pequeño de la familia.

Y ahí sí que nos fuimos corriendo a una hamburguesería de la que le había hablado a Raúl una amiga que vive por allí. Comimos un pelín demasiado rápido porque no nos queríamos perder el espectáculo de los malabares con fuego. Pero al salir nos dimos cuenta de que, ¡oh que mala suerte! ¡¡Estaba lloviendo!! Para mí que caían cuatro gotas, pero fue suficiente para anular el espectáculo nocturno que tantas ganas teníamos de ver.

Supongo que la lluvia y la poca afluencia de público a causa de un partido de fútbol importante fue determinante para cancelarlo. Yo estaba desolada. Raúl sugirió que nos diéramos una vuelta por los puestos. Y la verdad es que habían cosas muy chulas, pero con los peques tan revolucionados era imposible pararse a mirar nada. Ellos tuvieron claro su puesto favorito, pero no consiguieron sus calaveras ansiadas porque últimamente están diciendo cosas muy desagradables y no quiero alentar ese comportamiento. protestaron un poco, pero enseguida se distrajeron montando sus propios espectáculos basados en el del fakir. Se ve que les había impresionado.

Tuvimos que cortarles el rollo porque cada vez hacía más frío y no queríamos acabar resfriados. Los subimos en el coche muy moscas por tener que irse y para casa.

A pesar de perdernos el fin de fiesta por la lluvia, nos lo pasamos genial y, si lo repiten el próximo año, volvemos seguro.

10 comentarios:

  1. Muy divertido!! Una siesta dice jajaja cangrejito ni con sobornos jajaja Esas atracciones me han recordado a las que vimos el día del desembarco pirata.

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    1. Con Daniel fue misión imposible. Se pasó una hora entera haciendo el culebra en la cama, pero Iván cayó como un tronco. ¡Se había levantado antes de las siete de la mañana! Lo llevo en esas condiciones y la liamos parda jajaja
      Las atracciones son muy parecidas en este tipo de mercadillos y a mí me encantan. Sobre todo que no necesiten electricidad. me parecen un invento :D

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  2. que buena pinta tiene!! además, por las fotos parece que no estaba demasiado masificado ¿tal vez por coincidir en fecha con "EL PARTIDO"? una pena que suspendiesen el plato fuerte de la jornada :(

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    1. No estaba nada masificado. Se podían ver los espectáculos con comodidad. Si hubiera habido más gente ya hubiera habido peleas para ver los espectáculos.
      Si llego a saber que lo suspendían voy antes. En fin, lo bueno si breve... O eso dicen (aunque estuvimos allí más de tres horas jajaja)

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  3. Que pena que lo cancelasen. Me da mucho coraje cuando cancelan las cosas porque el p* fútbol. ¿Se nota que ni pizca de aprecio le tengo verdad? Que mueve masas y luego para las cosas importantes... En fin, que me sulfuro jejeje
    Los padres deberíais operaros para tener estrabismo, pero con ambos ojos para fuera y poder tener más visión jajaja
    Besos

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    1. Que buena idea lo de la operación. Y ya que nos ponemos quiero dos brazos extras jajaja
      No veas lo bien que me vendrían.
      La verdad que lo de que el futbol sea el deporte rey a veces puede ser un rollo :_(

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  4. q pena lo de la noche :( bueno la tarde genial! así q a quedarse con lo bueno. ¡otra vez será el fuego y la actuación nocturna!

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    1. Eso hicimos. Quedarnos con lo bueno que fue muchísimo, pero no puedes evitar pensar que de saber lo de los fuegos hubiéramos ido antes y hubieramos disfrutado mucho más oooh

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  5. QUe chulo, en Torrehón de Ardoz hacen actividades geniales para niños, este inviernos fuimos a lo de la ciudad de los niños y estuvo fantástico.

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    1. Yo me quedé con las ganas de ir a la ciudad de los niños. A ver si este año...

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