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sábado, 28 de mayo de 2016

Las hormiguitas, las nuevas amiguitas de Iván

"Mamá, tengo un amigo mayor", me contó un día el pequeño, "Se viene en el recreo conmigo y peleamos contra las hormigas". Me quedé un poco a cuadros. "Quieres decir que las espachurrais alegremente. ¿No?", puntualicé. "Siiiiiiii. Pero no es fácil porque ellas muerden". Pero qué clase de hormigas hay en el coleeeee.

Dejando de lado la imagen de una hormiga gigante con las fauces abiertas y llenas de dientes puntiagudos, expliqué a mi benjamín que las pobres hormiguitas sólo se defendían de los crueles gigantes (su amigo y él), que querían aplastarlas. Pero no parecía que le convencieran mucho mis argumentos y días después todavía contaba cruentas batallas contra las hormigas. El amiguito del que hablaba debía ser un curso mayor que él, porque los de infantil están en una zona del patio y los de primaria en otra.

De repente, todo cambió. Iván me aseguró con una gran sonrisa que se había hecho amigo de las hormigas, que ya no le mordían, y nunca más me volvió a hablar de su amigo. Cuando veía una se para a observarla emocionado. "Miraaaa, mamiiii. Una de mis amigas las hormigas" me dice señalándola encantado. "Ya somos superamigos. Hasta se suben en mi mano y todo", me va contando.

Yo estaba encantada de que dejara de exterminarlas, pero una mañana que lo llevé al cole y vi como un amiguito venía corriendo hacia mi hijo con una hormiga medio chafada entre los dedos empecé a dudar si no era mejor lo que pasaba antes. "Ivaaaaaan, te he cogido una hormiga que sé que te gustaaaaan", le dijo el amigo poniéndole al pobre bicho en la mano. El insecto se movió renqueante por la piel de mi hijo, hasta que sonó el timbre y el peque salió disparado hacia la puerta sin comprobar si la hormiga seguía en su brazo o había salido volando a paradero desconocido.

Y si pensaba que mi niño había sido tocado por el espíritu del respeto a la vida y a la naturaleza andaba yo muy equivocada. La lógica infantil durante estos años es un poco, un poco... No sé como decirlo. Voy a poner un ejemplo. En el parque, Iván me enseñó muy feliz a una hormiga que le recorría el brazo. "Mira mamá. Hazle una foto a mi amiga antes de que la aplaste", no daba crédito a mis oídos, "Peero cariño, si es tu amiga. ¡Cómo la vas a aplastar! Pedazo de brutoooooo", le increpe. "No te preocupes, mami. Hay otra y a esa ya no la aplasto". ¡Ay madre! Hormigas de todo el mundo si avistáis a un niño a los lejos enterraros rápidamente y haceros las muertas. Ainsss


5 comentarios:

  1. Estos niños.... por cierto yo tengo muuuuchaaasss hormigas en el "pueblo" en la terraza, en la macetas,... creo q son las dueñas y yo su inquilina. Llevo años intentando que no pasen la primavera-verano conmigo pero es... ¡imposible! igual me tienes q dejara a Iván a ver si con él.... jejejeje

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    1. Es que las hormigas son una plaga muuuuy difícil de quitar.
      Le enseñaré a tocar la flauta a Iván a ver si conseguimos hacer algo a los Hamelin jajajaja

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  2. puaj!! con el yuyu que me dan las hormigas amí, de pequeña me picó una y las tengo una aversión que te mueres....pero mira puestos a elegir mejor que sean amigos de ellas antes que las maten, yo tampoco so de matar hormigas, ni ningún tipo de bicho viviente.

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    1. Eso es verdad, pero ahora se quiere hacer amigo de las preciosas cucharachas aaaarg. Por ahí no paso ainss

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