Tutoría con Naikari y los bizcohuevos

Hace poco disfruté de una tutoría personalizada con Naikari de Manualidades con mis hijas, una experta en manualidades y actividades divertidas con niños. La gané en un sorteo que hacía en su blog y no puedo estar más encantada. Lo que aprendí con ella y la de ideas que me dio. Encima en primicia, porque muchas de las cosas que me explicó aún no ha tenido tiempo de publicarlas en su blog. Espero que pueda hacerlo pronto porque son cosas fantásticas.

Me pregunté las edades de los peques y me aconsejó muchas manualidades de material reciclado, sobre todo con tubos de papel higiénico, como estos toboganes para canicas o éstos pulpos, monstruos o cohetes espaciales tan simpáticos, y collages estilo libre con variedad de materiales para el pequeño. Para el mayor me propuso ideas más elaboradas y relacionadas, sobre todo con cocina creativa y experimentos. Para los dos me aconsejó usar el colorante alimentario. Flipan con la pasta, los huevos, el hielo o el arroz de colores.

En cuanto a recetas me recomendó dos que los iba a volver locos: las trufas de colores y los bizcohuevos.

También hablamos de pegamentos y me aconsejó la silicona líquida, ideal para gomaeva y plasticos como en esta manualidad de animalitos. Hablamos de muchísimas cosas.

Lo primero que hemos hecho de todo lo que me sugirió fueron los bizcohuevos. En realidad los hice yo y se los comieron ellos porque no es muy fácil para que lo hagan los peques. Eso sí, ¡les flipan una vez hechos!

Cogí los huevos y los golpeé con cuidado con un cuchillo con punta hasta que les hice un agujerito que fui agrandando un poco para sacar el contenido (directo a la thermomix). Luego los lavé muy bien debajo del grifo de la cocina. En la Thermo añadí a los tres huevos un yogurt de vainilli, uno de aceite, dos de azucar, tres de harina y uno de colacao. Y batí todo.

Para poder pasar la masa al huevo usé una jarrita de la cocinita de juguete, la lavé muy bien porque a saber lo que habrán metido dentro estos peques. Estaba rellenando el primer huevo cuando me di cuenta de que se me había olvidado la levadura. Le metí un poco en el huevo medio relleno y el resto a la mezcla que aún seguía en el vaso de la Thermo y que fuera lo que dios quisiera. Con mucho cuidado rellené los tres huevos. Me sobraba muchísima masa, así que me hice con todos los moldes pequeños que tenía para gastarla entera. Al final me acabé comiendo bastante, con lo que engorda. En fin... No la iba a tirar. ¿No?

Puse los huevos sobre hueveras de cartón para que se mantuvieran en pie, metía todo en una bandeja de horno y a cocerse. Cuando los saqué habían subido sin problemas y tenían una pinta estupenda. Nos los comimos para desayunar al día siguiente y no quedó ni uno aún a riesgo de empacho familiar. Estaban buenísimos. Los huevos se los comieron los niños con una ilusión tremenda. "Mamiiiii ¿por qué has hecho tan pocooooos?". A ver que iba a hacer con el contenido del resto de los huevos. Usé tres e hice tres. Pero eso son explicaciones bobas mías que para ellos no tienen la menor consistencia. "Tienes que hacer más, mamiiiii. La próxima vez más, muchos más". Aaaay que niños.

Gracias Naikari. Les ha encantado. Y ya os contaré lo del experimento con colorante alimentario que también les flipó.