El Monasterio de San Pedro de Arlanza

Tras la mini siesta y la macro perreta que nos regaló Iván, nos encaminamos al Monasterio de San Pedro de Arlanza.

Yo estaba dispuesta a sacrificarme y quedarme en la casa para que los peques tuvieran una tarde tranquila, pero los niños no estuvieron muy de acuerdo con mi plan y en medio segundo estábamos todos montados en el coche como si nunca hubiera pasado nada.

Rumbo al Monasterio de Arlanza, uno de los emplazamientos elegidos por Sergio Leone para grabar su western El bueno, el feo y el malo.

Allí se rodaron las escenas que acontecieron en la Misión de San Antonio en la película. Aunque a los ojos de mis hijos se convirtió en algo totalmente diferente: Gondor. Sí, sí. Otra vez el señor de los anillos. Tienen verdadera obsesión y todavía no ha visto ninguna peli del oeste, pero pronto les presentaremos los clásicos y seguro que también les gusta.

Llegamos a las ruinas y nos introducimos por la imponente puerta. Me da un poco de yuyu desde que fuimos con unos amigos un día de nieve y nubes bastante oscuro. Nos dio la impresión de que la zona visitable la habían retringido bastante desde nuestra última visita. La guía nos explicó que estaban de obras porque tenían una techo bastante deteriorado.

Una pena, pero con lo que había ya se montaron sus historias mis peques y yo me hice la fotito de rigor con la camiseta que gané en el sorteo de la camiseta de la peli del oeste de Facesonthebox y la tienda especializada The Cine.

Los chiquillos encontraron un pozo cegado en uno de los patios y con eso ya fue suficiente para inventar mil historias hasta que fue la hora de irnos para visitar otro curioso lugar de la Sierra de la Demanda. Y no, no fue el cementerio de Sad Hill que también aparece en la película. Nuestra siguiente parada tiene más relación con vikingos noruegos que con vaqueros del viejo oeste.