Happy and delicious Halloween

Este año nos ha dado por hacer comidas terroríficas, horrendas y extremadamente terroríficas. Como los dedos de bruja que le copiamos a Pilar, de postres originales. Son ideales para hacer con niños. A ella le quedaron de concurso. A nosotros de dibujo animado, pero nos lo pasamos pipas haciéndolos y, encima, están de muerte (perdonad el chiste fácil)

También hicimos unas cuantas recetas aprovechando la pulpa de la calabaza. Los deliciosos bizcochitos de los que hablé en otro post, una riquísima tarta de calabaza y leche condensada, perfecta para monstruitos ultragolosos como los míos y tostamos las pipas, que son un vicio.

Por otro, lado se me ocurrieron una par de opciones extrafáciles para hacer felices a mis peques y que no necesitan una receta especial. La primeras con las ¡¡pizzas!! Eso siempre triunfa así que les hice una salada muy cadavérica y otra dulce, llena de fantasmas de leche condensada y murciélagos de dulce de leche en un fondo de nocilla. Todo muy ligerito, vamos. Cómo las engulleron. Ellos encantados.

La mísmisima noche en la que los espíritus salen a pasear nos zampamos una ensalada monstruosas, las clásicas salchimomias y un postre espectacular: fantasmitas de plátanos. La verdad es que con estos platos tan fáciles no hay excusa para hacerles una divertidísima cena Halloween.