Los postres que preparan mis niños

A mis peques les encanta trastear en la cocina. Normalmente, nos metemos los tres y a empotingar y pringar cuanto más mejor. Luego la que lo limpia soy yo ejem ejem, pero eso es otro tema. Estoy segura que ellos piensan que hay un duende en casa o es cosa de magia.

El caso es que últimamente reclaman más autonomía en el tema de ponerse manos a la masa y yo me echo a temblar. Por ahora sólo les ha dado por la repostería. "Hoy hago yo el postre", exclama uno muy emocionado cuando estamos tomando ya la fruta, "Y yo mañana", le secunda el otro igual de ilusionado.

En realidad, no soy partidaria de que haya postre y mucho menos todos los días. Ya ingieren demasiada azúcar entre unas cosas u otras. Pero son astutos y saben que me resulta difícil negarme a ciertas iniciativas propias. Así que tuvimos unos días muy gordos hasta que dije basta.

Me llamaron de todo, pero es que ¡Vaya postres hacen los amigos!: Nata, chocolate, galletas palomitas de maiz dulces, barquillos... Muy muy muy de vez en cuando Daniel accede a meter algo de plátano en sus creaciones, pero normalmente son la bomba.

No es que yo se mucho de la operación bikini, pero sí muy defensora de mantener un equilibro alimenticio razonable. Así que hemos limitado muchísimo estas explosiones creativas culinarias. Eso sí, cuando toda ya sabemos que son dos días seguidos, uno se mete en la cocina el mayor y al siguiente el pequeño o viceversa.

Ese día me toca doble trabajo para limpiar la cocina, pero les ves tan orgullosos de sus platos... En fin, que soy una blanda.