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jueves, 20 de diciembre de 2018

La noche rol

Comienza la partida
El más pequeño de la casa es un entusiasta del rol. ¡Le encanta! Hasta se ha hecho un maletín de rol con sus dados, sus mapas, sus fichas de personajes... Incluso nos hizo una partida muy chula hace no mucho. El caso es que un día se plantó frente a su padre y le hizo una propuesta muy tentadora: ¿Y si cambiamos una noche cine del fin de semana por una noche rol? Yo creo que el progenitor hasta se debió emocionar, henchido de orgullo hacia su benjamín, pero lo disimulo porque es un chico duro.

Comer y jugar, todo es empezar :D
Eso sí, no pudo evitar plantarse en la cara una gran sonrisa y apoyar al churumbel hasta las últimas consecuencias. A mí también me pareció una buena idea, pero la infraestructura que quiso montar el padre me pareció un poco demasiado. ¡Hasta dejó elegir a los peques cada mínimo detalle de la cena! A saber: Nachos con guacamole, pizzas, patatas fritas, su bebida azul preferida y todo tipo de porquerías.

True
Cuando llegó la noche N todo estaba preparado: la pantalla del máster, una aventura de Herokids y guarrerías a mogollón sobre la mesa. Estábamos un poco nerviosos por si se derramaba alguna bebida sobre la mesa, pero al menos sabíamos que los mapas, fichas y personajes de Herokids los podemos volver a imprimir en caso de catástrofe total.

Se masca la tragedia con tanto vaso XS
Y empezó la aventura mientras los protagonistas masticábamos a mandíbula batiente... Nos encontramos en un festival del pueblo dando una vuelta entre las atracciones cuando de repente vemos que unos abusones se están metiendo con un pequeño elfo y nos hierve la sangre. "Vamos a darle unos cuanto placas a esos", propone el mayor, "A machacarlos", conviene el pequeño, "Eso, eso, que no quede de ellos ni los huesos mondos y lirondos", me animo yo. El padre me lanza una mirada llena de significado. "Bueeeno, estooo... Quiero decir que no hace falta pasarse... porque tampoco vamos a ser abusones nosotros, y eso...", rectifico vacilante.

defendamos al dragón!
"¡Pero mamá! se están metiendo con él porque no tiene fuerza para darle con el martillo al medidor de fuerza. Merecen la muerte", siguió el mayor que tenía ganas de pelea.

"El que parece el jefe os ve acercaros y se gira a vosotros muy chulito. Os reta a una competición de fuerza", lo arregla el padre rápidamente, "¿Qué hacéis?". Los peques se pelean por ser los primeros en hacer la prueba. ¡A tirar dados! El único que lo consigue es Daniel que casi rompe el cacharro del porrazo que le dio. Del susto salieron todos los abusones corriendo y el elfito nos dio las gracias muy feliz. Yo casi me doy en el pie con el mazo de lo baja que me salió la tirada, pero me sentí igual de orgullosa que el resto de defender al peque de orejas puntiagudas.

Tenemos que ir aquí
Justo en ese momento una enorme sombra se cernió sobre nuestras cabezas. Un terrorífico dragón aterrizó en la plaza dando tumbos en y provocando el pánico. En un primer momento echamos mano a nuestras armas y hechizos, pero Iván tiró perspicacia y se dio cuenta de que el dragón estaba muy malherido y nos paró.

¡¡¡Toma, toma, tomaaaaaa!!!
Justo en ese momento irrumpieron unos encapuchados a caballo con muy malas intenciones acerca del dragón. Ahí sí que echaron mano a sus armas los niños. "Esperad chicos", les pedí, "¿Y si no son malos?". Ambos me miraron incrédulos. "¡Pero si son encapuchados!" exclamó el más pequeño. "Todos los encapuchados son maaaaalos, mamá", me explicó con toda su paciencia el mayor. Y se lanzaron al ataque sin más dilación.

Cuidado con las bombas, que las carga el diablo XS
Nos costó, pero les ganamos y les hicimos huir. Entonces el dragón, con su voz de trueno, nos dijo su nombre, que era el protector de la comarca, y que si estábamos dispuestos a defenderle y obedecerle. En caso contrario destruiría la región con el fuego infernal de su boca. Los niños se sumaron a su causa entusiasmados a pesar de la amenaza de muerte implícita. Pues a mí no me obedecen con tanta alegría, tendré que hacerme con un poco de ese fuego del infierno a ver si logramos algo de obediencia en nuestras rutinas.

La fiera mitológica también nos contó que los malvados encapuchados le habían atacado en su cueva y habían raptado a su huevito. Ya teníamos misión (juro que Raúl no ha visto la serie del Príncipe Dragón de Netflix, pero lo parece. ¿A que sí?).

El caso es que las autoridades del pueblo repartieron los turnos de vigilancia para que el dragón pudiera descansar tranquilo y curarse de las heridas esa noche sin temer a los peligros que se cernían sobre su cabeza y nos tocó el primer turno, obvio. El enorme bicho se quedó roque al segundo y no tuvimos que esperar mucho hasta que aparecieron los encapuchados. Nos enzarzamos en otra cruenta lucha. ¡Jolín cómo nos dieron para el pelo! Casi se llevan al dragón arrastrándolo con cuerdas y él como un tronco sin pisparse de nada, roncando humo y fuego.

Finalmente logramos ahuyentar a los malos, aunque a mí y a Daniel nos dejaron desmayados un turno. Fue duro.

Al día siguiente, el Dragón se despertó, nos volvió a recordar la suerte que teníamos de ser sus siervos, nos dio instrucciones para ir al rescate de su huevito y se reafirmó en su intención de destruirlo todo si no teníamos éxito. Realmente no parecía estar pidiéndonos ayuda. A mí es que me da una mala espinaaaa... Lo bueno es que nos dio una bomba para cada uno para situaciones desesperadas.

Como es obvio no tardamos mucho en utilizar la primera, en cuanto encontramos un campamento de malos, con tan mala suerte en la tirada que nos hicimos daño a nosotros mismos, así que tendremos más cuidado en el futuro, que nos quedan dos todavía.

Y hasta aquí la primera noche rol llena de bebida azul, nachos, dados, pizza y mucha emoción.

Se suponía que en la siguiente seguiríamos la aventura, pero el padre tuvo cena de Navidad, así que los dos peques se prepararon sendas partidas y las hicimos sin él. Yo diría que fueron bastante surrealistas, pero nunca les había visto disfrutar tanto del rol. Si es que entre ellos se entienden muy bien. Cualquier día os las cuento.


4 comentarios:

  1. Jajaja me encanta !! Cómo lo viven, son lo más. Esa sí que es una buena cantera 😉
    Me has dado envidia y creo que voy a proponer la noche de rol también en casa 😁

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    1. Pues vuestras noches de rol serían la caña.

      Nosotros no estamos arrepintiendo un poco de haber dicho que sí, porque ahora nos exigen la noche rol y hay fines de semana que no ha habido tiempo de preparar la partida ainsss Tiranos!!!

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    2. Jajaja, es que cuando ven algo bueno no quieren perdérselo. Míralo por el lado bueno, no os piden tele ni consola, sino estar con vosotros alrededor de una mesa utilizando su imaginación, ampliando su vocabulario, su soltura al hablar, practicando con los números... Y lo mejor: que lo piden ellos!! ;)

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    3. En eso tienes toda la razón :D
      Aunque también piden tele, consola, youtube, cartas coleccionables, juguetes... Todo lo que se les ocurre , por pedir... XS

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