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jueves, 22 de octubre de 2020

Las Galletas de Spiderman

Haciendo limpieza en el comedor encontré un tesoro que yacía cogiendo polvo de manera injusta: El kit para hacer galletas de Spiderman. Lo saqué para mirarlo bien y una naricilla entrometida se asomó por encima de mi hombro.

"¿Qué es eso, mami? ¡Como mola! Vamos a usarlo, venga", me pidió el primogénito insistentemente.

Pues oye... ¿Por qué no? Cualquier excusa es buena para abandonar las obligaciones organizativas del hogar y pasar tiempo de calidad con tus churumbeles.

Busqué una receta de galletas por Google y encontré una que me pareció extremadamente fácil. ¡Pues esa! Todos los ingredientes a la Thermomix (O batidora americana o picadora...) y la tenemos la masa.

Se reparte, se aplana con el rodillo y ya tenemos la materia prima para nuestras obras de arte.

Yo les cortaba lo que iba a ser la página de cómic de cada uno y ellos le estampaban la cabecera y el dibujo que querían con sus bocadillos de onomatopeyas. Teníamos para elegir al Doctor Octopus, el duende verde y Spiderman en dos posturas diferentes. Les quedaron muy chulas.

Con la masa que sobró hice un montón de calaveras y un monstruo. Usé unos moldes que tenía por ahí (ya tenemos una buena colección).

Cuando tuvimos todas las pre galletas preparadas las metimos en el horno por tandas. ¡En sólo 15 minutos se hacían! esta receta me la guardo porque vale su peso en oro.

Cuando las sacamos, advertimos que ahí quedaba poco del modelo original, pero seguía molando y, además, olían muy bien.

Dejamos que se enfriaran y cogimos los lápices pasteleros para que quedaran más coloridas. Lo de que no incluyeran azul en el pack nos pareció catastrófico, pero nos apañamos como pudimos, ¡que se le va a hacer!

Daniel, que es fan de la ley del mínimo esfuerzo, decidió hacer una preciosas galletas abstractas de las que poco quedaba del dibujo original. Iván, por su parte, más metódico y ordenado, se pasó un buen rato intentando perfilar líneas lo mejor que pudo.

A mí, como madre orgullosa, me encantó el resultado. De todas maneras... acabaron todas en nuestros estómagos. Las que había hecho yo también las decoraron ellos. Se ve que le habían cogido el gusto a eso de pintamos un poco por aquí y nos comemos otro poco por allá- Para seguir con las buenas costumbres de comerse los ingredientes...

Total, que quedaron chulísimas y duraron un suspirito. ¡Entre los cuatro nos comimos todas para merendar! Esa noche tocó cena ligera.


P.D: Necesitamos lápiz pastelero azul para la próxima vez. Aquí os dejo el post de otra vez que hicimos las mismas galletas.

4 comentarios:

  1. Buenísimo plan para días invernales.

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  2. Nosotros hace un mundo que no preparamos galletas. Lo importante es que no quedaron, eso lo dice todo

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    1. jajajaja si que es verdad. El caso es que son superfáciles y estaban buenísimas. Ah! Y rapidísimo en hornearse. Esa receta me la guardo ad eternum ;)

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