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martes, 22 de marzo de 2022

Boing Planet, Las aventuras de Billie Green

El domingo estuvimos en la inauguración de Las aventuras de Billie Green de Boing Planet en el cine Callao. El simpático personaje, defensor de la ecología, y sus amigos Mindie y los percuinvestigadotes (Ramsés, Rómulo y Ramón) vivieron un montón de aventuras para proteger al medio ambiente de la basura y la contaminación a la par que nos enseñaban la importancia y significado de las tres R. 

Y no, no son Ramsés, Rómulo y Ramón, sino Reducir, Reutilizar y Reciclar. Por cierto, ¿sabíais que el papel con restos de comida o grasa como los cartones de pizzas van al contenedor de la basura orgánica? Yo he estado tirándolo al de papeles demasiado tiempo. Menos mal que Billie nos lo contó durante un simpático concurso para comprobar cuánto sabíamos del tema.

El espectáculo está dividido como si fueran capítulos de una serie infantil, en la que los protagonistas se embarcan en emocionantes viajes para truncar los planes del profesor Trash, decidido a aumentar peligrosamente los niveles de contaminación del planeta tanto en el aire, como en el agua y en la tierra. 

Menos mal que nuestros intrépidos aventureros harán todo lo que este en su mano para cumplir con las tres R y recrearnos con sus maravillosas coreografías y ritmos sacados de los mismísimos residuos o materiales que irán encontrando en su camino.

Es un espectáculo lleno de color y música que hace que los niños coreen, bailen, aplaudan y salten de sus butacas. La historia es muy sencilla y visual, ideal para un público de todas las edades, y los actores interactúan de forma muy ágil y desenfadada con todos los elementos del escenario a la vez que se cargan estrepitosamente la cuarta pared abrazando al público como un elemento más de la función.

Es un plan muy divertido y educativo para pasar un rato en familia y que nos quede claro de una vez a qué contenedor van nuestros desperdicios o qué podemos hacer para ralentizar el cambio climático que tenemos encima o disfrutar de un ambiente más limpio y sano.

A mí, personalmente, me encantó la parte en la que Mindie, la incansable científica les regaña porque están contaminando alegremente sin darse apenas cuenta y les anima a pensar cómo pueden cambiar la situación. Eso hace a los protagonistas más humanos, aunque no menos buenos. Y nos recuerda a todos una madre preocupada por sus alocados retoños. 

Pero no os cuento más para que saquéis vuestras propias conclusiones si vais a verla.





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