El jueves me llamaron de la guardería porque Iván tenía más de 38 de fiebre. Me pillaron en la caja del supermercado, así que me tocó volar hasta casa para dejar el carrito de la compra e ir a por mi niño como alma que lleva el diablo. Llamé a mi suegra para que se quedara con el bebé mientras yo iba a buscar la mayor al cole. Chari no tuvo ningún problemas porque el chiquitín pasó todo el rato durmiendo. Cuando regresé con Daniel, se fue con su nieto sano al parque mientras yo velaba el sueño del que estaba malito.
Abuela y nieto se lo pasaron muy bien juntos. Mientras, en casa Iván se despertaba con cara de pocos amigos y con ganas de llorar por todo. Se notaba que algo le molestaba, aunque no tanto como para estarse quieto un segundo. Él solito me indicó que quería que le bañara ya. Así que cenó prontito y antes de su hora estaba descansando en su cama. Al menos un ratito, porque no pasaba media hora y ya se le oía protestar al pobre. Pasamos una noche criminal.
El viernes tenía la vacuna de los resfriados, pero la tuve que anular porque no se le puede poner si tiene fiebre. La hemos dejado para el próximo viernes. Se ha librado por unos días.
Papá se quedó a trabaja un ratito en casa para que yo pudiera llevar al mayor al cole sin sacar al bebé. En cuanto volví de mi misión mi marido partió al trabajo raudo y veloz. Iván y yo lo pasamos muy bien juntos, porque ya se encontraba un poco mejor. Jugamos un rato con la pelota, pintamos juntos, jugamos a perseguirnos por la casa... Aunque la mayoría del tiempo la pasó viendo los cantajuegos. Se acercaba a la tele dedo en ristre y gorjeando para que le pusiera a su grupo musical preferido. Supongo que así se relaja un ratito, aunque no me haga mucha gracia verle con la nariz pegada a la pantalla.
La siesta la durmió muy inquieto y acabe tumbándome con él. Se despertó llorando inconsolable y pasó un buen rato hasta que dejó que me despegara de él unos segundos sin ponerse a berrear. Estuvimos jugando al cucu tras y leyendo cuentos para que estuviera relajado hasta que llegó la hora de ir a por el hermano que venía de la piscina a las seis. Lo abrigue muchísimo y le saqué la calle. Estoy segura de que tomar un poco de aire la vino bien después de este encierro involuntario.
Un abracito calentito al peque para que mejore! Y un beso para ti, que pase rápido esa fiebre!
ResponderEliminarMuchas gracias. Me temo que después le tocó a Daniel y después a mí :(
EliminarEspero que ya hoy se sienta mejor!. La vacuna está bastante bien, nosotros nos la hemos puesto los 4 y debo decirte que hasta ahora (tocando hierro) no hemos tenido mas que leves resfriados. Un abrao
ResponderEliminarIván parece que ya está bien. Ahora estoy de enfermera con el pobre Daniel. Me temo que de este viernes no pasa y le dan los dos pinchazos al más pequeño. Estas son las últimas, creo... Hasta el próximo invierno.
EliminarBueno, más que librarse, está aplazado para otro día :(
ResponderEliminar¡Pero qué bonito está! ¿De quién serán esos ojazos que tiene?
Pues sí, porque le tocan este viernes
EliminarMuchas gracias!!! Babas, babas...
En mi casa nos hemos repartido bien para que cada uno tengamos nuestra pequeña fotocopia :D
Ay, pobrecito... Espero que se mejore prontito (y que no se vuelva a librar de la vacuna... jajaja). Besotes!!!
ResponderEliminarGracias!!! Seguro que de este viernes no pasa. Pobrecito!!!
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