Ya llevamos una semana abriendo ventanitas en el calendario de Halloween. Os cuento como nos va :)
Día1: Dale un sustito a alguien
Daniel: Vamos a abrir la primera ventana. Yo la abro.
Yo: Vale. Y mañana Iván.
Iván: Eso
Daniel: Pone: "Dale un sustito a alguién"... vaaale... ¡Buh!
Yo: ¡Ah!
Daniel: Hecho. ¿Qué me das?
Yo: Nada.
Daniel: Pero, entonces, cuál es la motivación.
Yo: ¿Hacer algo divertido?
Caras escépticas.
Poco después....
Iván: Buh
Yo: ¡Ah! ¡¿Por qué me asustáis los dos a mí?!
Día 2: Jugando en al oscuridad
Daniel e Iván: Mooola.
Yo: Hoy, imposible. Mañana, ni de broma... Pasado, lo veo difícil. Mejor lo dejamos para el finde.
Niños: Joooooo
Y llegó el finde, y con él la partida a tinieblas. Acotamos el área de juego a nuestra habitación y al baño que tenemos al lado que tiene el nivel adecuado de oscuridad si cerramos la persiana de la ventana. Qué risas nos echamos, aunque el lugar era bastante escaso en escondites. A pesar de todo, Raúl encontró el escondite definitivo. Lo malo es que no pudimos dar con él y no nos quiere decir nada al respecto por si volvemos a jugar. ¡Qué rabia!
Otro lugar bueno es el armario porque si te metes muy profundamente entre la ropa es muy difícil detectarte, aunque dejas todo hecho una asco y en revoltijo para que tu madre lo arregle ainsss
Día 3: Chuche
Niños: ¡Bieeeeeen!
Daniel: Iván, coge cuatro.
Yo: ¿Cómo que cuatro? ¡¡Unaaaa!!!
Niños: Jooooooo
Iván: Una es ridículo.
Yo: Bueno, pues dos.
Daniel: Rata
Yo: A lo mejor ninguna...
Día 4: Cuenta una anécdota terrorífica
Daniel: Un porro gigante se presentó en mi casa para vengarse de todos los porros que me había fumado haciéndome lo mismo que le hice yo a ellos. Quemándome la cabeza.
Todos: ...
Yo: Espero que no haya ni la más mínima base de realidad en esa "anécdota".
Daniel: Es pura invención. ¡Lo juro! Mira mi cara. Sin una quemadura. ¡Impoluta!
Yo: Ya...
Iván: Ahora yo. Ahora Yo. Un gato chiquitito llegó a un horrible castillo en medio de la nada y, como empezaba a llover y no quería mojarse, decidió entrar. Pero había un peligroso foso alrededor por el que sólo se podía cruzar por un estrechísimo puente por el que casi se cae. Menos mal que logró llegar. La puerta estaba abierta y al gato entró. A pesar de que vio un montón de gatos, curiosamente verdes, durmiendo en sitios muy extraños, persistió en su decisión de quedarse a pasar la noche, así que procedió a probar todas las camitas para encontrar la más gustosa. Cuando la encontró se hizo una bolita y se quedó dormidito... hasta que escuchó un estruendo tremendo. Bajó corriendo a la planta de abajo y vio que los gatos verdes se habían despertado y lo miraban con ojos golositos. "Maaaaaaaauaaaaaaaauiaaaaaaauuuu" aullaban guturalmente mientras se encaminaban hacia él con pasos vacilantes y torpes. El gato no se quedó a averiguar qué querían. Aprovechando que había dejado de llover se fue corriendo del castillo dejando allí a los extraños y babeantes gatos verdes.
Yo: Vamos a ver. No habéis entendido nada. Tenéis que contar una anécdota. Es decir, algo que os haya pasado a vosotros o a alguien que conozcáis. Y que haya pasado DE VERDAD.
Daniel: Buf, qué pereza.
Iván: Bueno, mamá, cuenta la tuya.
Daniel: Ya sé cual vas a contar: ¡La de la tele! *1
Iván: No, la del fantasma de Misi. *2
Yo: Nooooo. Que esas ya os las sabéis.
Iván: ¿Entonces cual?
Yo: Dejad que piense. A ver, que os iba a contar una de esas, pero si las recordáis... ¡Ah! Ya sé. Había quedado una noche con vuestro tío Fernando en un bar bastante pijo de la Plaza de Santa Ana de Madrid, cuando aún tenía algo de verde naturaleza y no el frío cemento que ahora la caracteriza. De repente noto un cambio sutil en la cara de vuestro tío. Sin mediar palabra (porque ya hablaba yo por los dos) se levanta, busca un camarero y le susurra algo al oído. El camarero se pone blanco y va en busca del que supongo que es un encargado, que también se pone lívido al escuchar lo que le está contando al oído. Salen de mi campo de visión y de repente oigo un golpe seco y contundente a mis espaladas. "Que bien. Ya han matado a la rata", me comenta tan tranquilo Fernando, "Por el tamaño, al principio pensé que eran gato, pero no...". (Aaaarg).
Los niños: Aaaarg
No les diré nada de la pestaña en la que les pido que me hagan un relato de terror. A lo mejor consigo que me cuenten la anécdota del día
*1. Por si queréis conocer la historia de la tele. Cuidado porque no es para almas sensibles y, además, me la contó un amigo, así que tiene pinta de leyenda urbana. Un día les llegó al taller de reparaciones de electrodomésticos una tele de última generación que de repente había dejado de funcionar. El operario procedió a desatornillar la parte trasera para buscar el problema. y el problema le saltó a la cara, literalmente. Una horda de cucarachas que habían hecho de la tele su húmedo y calentito hogar salieron disparadas sobresaltando al técnico. Huelga decir que la tele acabó estrellada en el suelo.
*2 La historia del Fantasma de Misi la podéis leer en este post: El gato fantasma.
*Y de regalo un cuento de terror. Que también tiene parte de anécdota.
Día 5: Chuche
Los niños: Yupiiii
Yo: No corráis a por la bolsa de gominolas que tengo algo especial.
Voy a la cocina y les traigo unas chuches enormes de chocolate relleno de nube. Cara de emoción máxima.
Yo: Las encontré de oferta en la sección de Pascua, que suerte, ¿eh?
Ñam, ñuam, gronf, ñiam crack crack
Daniel: Está durilla, pero está buena.
Iván: Está deliciosa. ¿Cuándo fue Pascua?
Yo: Puessss... Mmmmm... No sé. Qué más da.
Ahora entiendo el precio chollo de las chuches. En fin. Las nubes y el chocolate duran mucho, ¿no?
Día 6: leyendas urbanas
Nos hicimos con una linterna y se la pasábamos al que le tocaba relatar su leyenda urbana, que, por cierto, fueron bastante monotemáticas. Daniel no quiso participar porque estaba con sus cosas muy entretenido.
Raúl: Un niño pasaba por el salón y vio que de la play asomaba un cable extraño. Empezó a tirar de él, y tirar, y tirar... Y salir cable, y más cable, y más cable. El niño cada vez se enredaba más, y más, y más... Unas cuantas horas después, sus padres se lo encontraron totalmente enredado, con los ojos extremadamente rojos y con espuma en la boca jugando al Fortnite. Nadie pudo determinar cuantas horas había pasado allí...
Dácil: Había un niño al que le encantaba jugar al Fortnite cada día, al llegar a cas del instituto. Se conectaba con sus amigos y pasaban toda la tarde disparando, campeando, construyendo... Un día, uno de sus amigos no apareció. Al día siguiente tampoco fue al instituto. A la tarde se dieron cuenta de que otro compañero no se había presentado y empezaron a preocuparse. Comentaron que se rumoreaba que existía una alcantarilla debajo de la isla y que les sonaba que los niños desaparecidos habían dicho que querían ir a investigarla. Al día siguiente desapareció otro de sus compañeros y el niño decidió caer en el mar y buscar la alcantarilla para encontrarles. Ese día se ahogó sin conseguir su objetivo, y al siguiente también. Pero justo el día que desapareció el último de sus amigos logró encontrarla, la abrió, el agua se coló por ahí, la isla se estrelló contra el suelo marino, rompió Fortnite y Epic games mandó a una grupo de sicarios a por él. Nunca más se supo del niño. En cambio, todos sus amigos aparecieron al día siguiente. Habían estado en cama con una gripe que se habían pasado de unos a otros.
Iván: Se dice que cuando llegas a tu partida 666 puedes entrar en un evento especial de Fortnite muy perturbador. pero no a todos les pasa. Un jugador, al ir a entrar al juego creyó ver unos ojos muy extraños que le observaban. No le dio mayor importancia, pero en la la lobby también se sintió observado. No tuvo tiempo de investigar porque entró en una partida. Cayó en la cantera cinética porque sabía que allí había una bóveda. Es un lugar en el que suelen caer muchos jugadores por la misma razón, pero resulta que se encontró con un espectáculo terrible. Un gato gigante que echaba rayos por la boca mataba de una a todos los jugadores. Él se escondió campeando a la espera de que el gato acabara con todos y él tuviera la oportunidad de hacerse con la kill felina y una victoria magistral. Se escondió en un lugar estratégico con su sniper preparada. Y cuando sólo quedó la bestia peluda apuntó muy decidido a conseguir su headshot. La dio entre las orejas puntiagudas, pero el felino estaba tan feliz. Como si nunca le hubieran disparado. Eso era rarísimo. Se volvió hacia su última presa de la partida y justo cuando abría su enorme boca para lanzar el rayo definitivo... una mariposa lo despistó. El gatazo intentó atraparla con sus garrotas lanzando maullidos amenazantes, pero la mariposa era muy hábil. El jugador aprovechó para desconectarse antes de que el enemigo volviera a por él. A partir de entonces, cada vez que se conectaba, sentía una mirada felina sobre él. Afortunadamente no se volvió a topar con el gato gigante, pero un día llegó una carta a su casa con remitente a nombre de Mr Gatón. Al jugador se le pusieron los pelos de punta...
Y ahí lo dejó. No nos quiso contar lo que ponía esa carta. ¡¡¡Aaaarg!!!
Día 7: Cine
El día 7 indicaba Cine y yo había elegido la peli de La mansión encantada, que ya se puede ver en Disney + y que tenía pinta de ser una buena opción familiar. La peli en sí no se puede decir que sea muy buena, porque es totalmente típica y llena de personajes ridículos extremos, pero te da lo que promete: un rato entretenido lleno de fantasmas, situaciones cómicas, dramas para dar más peso al argumento, buenos buenísimos, malos malísimos y final feliz. Ideal para una sesión Halloween festiva familiar. Yo me lo pasé bomba riéndome con Iván y tomándole el pelo a Raúl, que la estaba sufriendo y se notaba.
Daniel no nos acompañó porque se fue a uno de sus cine clubs en casa de una amigo. Ellos vieron Pesadilla en Elm Street, otro clásico de esta fiesta. ¡Y le pareció malísima! Esta juventud...
Por otro lado, Raúl y yo aprovechamos la Fiesta del cine para irnos a ver Misterio en Venecia a un precio muy económico. Yo la disfruté muchísimo porque tenía todos los ingredientes que me gustan: Misterios, sustitos y asesinatos... Además me encantan las novelas de Agatha Christie. Ya tengo descargada la novela en la que se basa la película, porque algo me dice que Kenneth Branagh la ha cambiado muchísimo para llevarla a la gran pantalla. Además, me intriga el cambio de título del ingles original (Halloween party) al español (Las manzanas). Esper que no me estén espoileando como suelen hacer los traductores con este tipo de cambios. Lo malo es que tengo muchas ganas de leerla y muy poco tiempo.