miércoles, 25 de julio de 2012

Un aventura sorpresa

Después de convencer a Daniel para que saliera a la calle y de encajar al bebé en la sillita sin mucha colaboración de susodicho me dispuse a empujar el carrito como todas las mañanas para llevarles a la guardería. A pesar de que estoy en el paro tengo lío de papeles y quier actualizar mi currículum, así que necesito que me los cuiden unas horas.

Cual fue mi sorpresa cuando descubrí que el carrito se había aliado con mis hijos y se negaba a andar. Las ruedas traseras no rodaban así las mataran. Ante mis improperios apareció en mi puerta la portera. Al vivir en el primero no le fue muy difícil percatarse de mi situación y acudir en mi ayuda. "Está roto" dictaminó tras varias manipulaciones bienintencionadas. ¿Y ahora que hago yo? Tengo otro carrito para los viajes, pero está en el trastero de la abuela de Raúl. Nada más y nada menos que en Móstoles. Encima mi marido se ha ido de viaje de trabajo y no vuelve hasta el sábado por la noche.

Angustiada y en un acto de desesperación decidí acercarme a la guardería cargando el gordo de mi hijo menor y dándole la mano al trasto de mi hijo mayor para que no hiciera locuras mientras mi portera me guardaba el maltrecho carrito.

A los dos pasos cambié de dirección y me dirigí al Alcampo. En un cuarto de hora abriría sus puertas y esperaba encontrar un carrito barato que me sacar del apuro. Mientras esperábamos mis hijos se dedicaron a limpiar el suelo con su ropa, Muy atentos ellos.

Encontré una silita, pero cara, cutre y de exposición. Treinta euros rebajada, sin bolsita de ningún tipo, ni reposapies. Tuve que llevarme el de exposición porque el resto estaban desmontados y no era plan tirar al bebé para que se recorriera los lineales a gusto acompañado de su hermano mayor mientras yo me ensarzaba allí mismo a pelearme con las instrucciones. Una dependienta me bajó la silla y en medio segunda ya tenía sentado al peque. Tuve que levantarlo poco después porque había que quitarle las alarmas a la nueva compra, pero el caso es que el apaño me lo hizo. Daniel estaba muy contento porque, como pesa muy poco, este carrito lo puede llevar él sin dificultad, aunque con la supervisión atenta de su madre, por si las moscas.

Al final llegamos justo a tiempo al cole. Daniel no quería quedarse allí ni loco, pero no le quedó más remedio. Su madre tenía un día horrorosamente liado por delante. Hoy, mañana, pasado... Tengo que actualizar el currículum, las labores del hogar y prepararlo todo para cuando mis chiquitines estén de vacaciones.

14 comentarios:

  1. Pues mira como al final conseguiste salir del paso!!! Vales para un roto como para un descosido, nena. Un besote.

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  2. Oye pues la sillita no está mal, me gusta el rojo :) y a tu espalda le tuvo que venir de perlas. Ánimo con los papeles, son lo peor, lo se. Muak

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  3. Madre mia que odisea. ¿Por qué siempre pasa en el "mejor" momento?
    Menos mal que tienes salidas para todo. Suerte en tus papeleos!

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  4. venga vaaa ánimo que hay días que avanzamos a trancas y barrancas...besos!!

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  5. Que jaleo madre mía, menos mal que tenías Alcampo cerca. Además ahora ya tienes quien empuje el carro por ti jeje

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  6. Wow imagino por lo que habrás pasado, todas hemos pasado por esas cositas peculiares con niños pequeños! Espero que no te vuelva a pasar y que si te pasa algo diferente encuentres la solución como esta ves! Como siempre tus niños hermosos y tiernos! tus fotos lindas!

    FELIZ SEMANA!
    http://www.mamiholisticaygenial.com/

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  7. Ni en las mejores novelas de ficción les pasa todo lo que a ti ... Mucho ánimo y muchos besos! .. eres una valiente!

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  8. jejejejeje.

    si es q cuando un día sale malo.... mejor buscar opciones para mejorarlo antes q quedarte quieta y soltar palabrotas :D


    besos

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  9. Siempre pasa en el mejor momento posible,eh??jeje, pero al final todo vuelve a su cauce

    Besitos

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  10. Pues menos mal que decidiste comprar una sillita, que si no te veo llegando deslomada a la guarde...
    Un beso!

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  11. A la silla cada vez la veo con mejores ojos. no es la repanocha, pero es más ligera y manejable. Parece que Iván no va muy incómodo.

    Y en cuanto a salir del paso... Poderoso caballero es don dinero. Sin don dinero no sé qué hubiera hecho :S

    Por cierto Sofía, algún improperio solté jaja

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  12. Lo importante, como hiciste, es saber resolver el imprevisto. Y al peque, se le ve bien en su nueva sillita y Daniel más encantado aún.

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  13. aisss vaya tela,menos mal que al final salio bien

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  14. Menos mal que una madre siempre se las apaña para salir del paso!! Jejeje besitos

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