martes, 31 de julio de 2018

El faro de Brutux

Mis niños son muy fan de los Mutant Busters. Y no me extraña. A mí también me fascinan las trampas, trucos, recovecos, mecanismos de todos los juguetes de esta marca. A pesar de ser extremadamente escatológicos no puedo negar que me hace gracia esta resistencia que pretende hacer frente a los mutantes a base de verduras (Sí, nos hemos visto la serie enterita).

Tenemos casi todo lo que han sacado: que si la fortaleza, que si la isla del pánico, vehículos, mutantes a caballos en monstruos terroríficos, el barco, el robot... La de historias que se montan con tantos escenarios y personajes chulos. Y ahora, gracias al Palacio del Juguete, ha llegado a nuestra casa el Faro de Brutux. ¡Y vaya éxito ha tenido!

Había que ver las caras de ilusión de los peques cuando abrieron el paquete y se encontraron con un juguete tan interesante. Enseguida se empeñaron en abrirlo y jugar. No me dejaron ni pegar las pegatinas.

Nos llamó la atención que los muñecos que incluye son más pequeños que los que ya tenemos, pero pronto descubrimos por qué.

Resulta que el mutante, que por cierto se llama Toxic Eyes, trepa por el muro del faro, gracias a un mecanismo de imanes, para tirar al pobre Brutux que lo mira espantado desde arriba. Los esforzados niños tendrán que hacer puntería con un cañón para evitar el desastre. Si los muñecos fueran más grandes el faro ocuparía demasiado en la habitación infantil.

Que risas y que alborozo cuando el mutante tira al integrante de la Resistencia. Porque está claro que estos de puntería poco, como su madre.

Lo mejor de todo es que el invento no necesita pilas, así que ahí los tuve desde el primer momento jugando a intentar tirar al bicho rojo de la fachada. Otro puntazo es que en lo alto del faro hay un compartimento para guardar los muñecos cuando no se juegue con ellos. Así es imposible que se extravíen.

A pesar de la diferencia de tamaños, estos chiquillos han incorporado a Brutux y a Toxic Eyes a su hordas de Mutant Busters sin problemas de integración.

Anda que no mola montar todo el pifostio de estos juguetes y darle rienda suelta a la imaginación en una realidad alternativa en la que el mundo se tira un tremendo pedo y se divide en dos: el área contaminada y el área menos contaminada.

Muchas gracias a Palacio de los Juguetes por este juguete tan chulo. Le estamos dando muchísimos trote. Me pregunto qué será lo siguiente con los que nos sorprenderán los Mutant Busters.


lunes, 30 de julio de 2018

Museo Geominero de Madrid

A Daniel le impresionó mucho el Museo Geominero cuando fuimos a visitarlo el año pasado, así que este verano no paraba de pedirme que repitiéramos. No me parecía mucho pedir, así que le di el gusto. Nos presentamos allí un día de diario esperando encontrar poca gente, pero mira por donde que en la entrada nos encontramos con un montón de niños vistiendo camisetas rosas y gorras todas iguales.

"¡¡Un campamento!!", chilló el primogénito con horror. "Bueno, ¿Y qué?", le pregunté yo. "Pues que van a petar el museo", se quejó, "Pero tranquilos. No pasa nada. Yo he ido a visitas de campamentos y no duran mucho más de dos horas", nos explicó con voz experta. ¿Pero cuanto pensaba este chiquillo que nos íbamos a quedar nosotros!

Pues por lo visto todo el día, porque nada más entrar comenzó a maravillarse con cada pequeña pieza expuesta. "Mira mamá un trilobite, mira mamá ¡cuantos bichos hay en este ámbar!, mira ¡¡un cuerno de unicornio!", sí que se parecía, sí. Hasta en el museo geominero encontramos hueco para la imaginación. Y vaya hueco, porque eso sólo fue el principio de una sucesión de piedras marcianas, tesoros y maravillas, como la piedra jamón serrano o la piedra nave espacial.

El cuerno de unicornio
Mención especial a todas las piedras que brillaban. Se enamoró de la pirita. Mucho más bonita que el oro allí expuesto, dónde va a parar. Y con formas geométricas más molonas. Y las formas de cristales me lo dejaban embobecido. Si es que había tanto que mirar... tanto... que casi no cambiamos de piso. Afortunadamente, entraron los niños del campamento, que se tomaron su tiempo para acceder, y el mayor decidió que era el momento para cambiar de planta para ver huesos y más cosas chulas.

El pequeño no seguía en su entusiasmo al primogènito. Sí que le llamaban la atención muchas cosas, pero, enseguida se aburría de urnas y más urnas. Así que se dedicó casi todo el tiempo a jugar con las pantallas del museo. En ellas había un juego de preguntas muy chungo, pero le seguía con la nariz pegada a la pantalla eligiendo las respuestas a boleo.

Mejor que la luna de sangre jajaja
La zona de los fósiles, huesos y dioramas le gustó mucho más. Sobre todo la cabra de Madrid, que era de Madrid, ¿eeeeeh?, que lo pone en el cartelito. ¡Ah! y el oso de las cavernas, que, por cierto, era predominantemente vegetariano. Hasta allí llegaron también los chicos del campamento y Daniel salió pitando el tercer piso casi sin esperarnos. Con lo majos y formales que eran los chiquillos de rosa.

A ver quien consigue ver a los niños jajaja
En fin, en la última también había piedras de todos los estilos y colores. Allí Iván ya empezó a protestar porque quería acabar la visita, mientras que su hermano votaba por volver al piso de abajo que seguro que nos habíamos dejado algo por ver.

La tablet que entretuvo al más peque
Estuvimos un ratito más por agradar a Daniel, pero al poco le convencí para dar fin a la excursión por ese día y volver otro. ¡Que pasión por el museo! Y a los niños del campamento también se les veía entusiasmados. Por cierto, que la entrada es gratuita, así que no hay excusa para no ir otro día con Danielillo.



La piedra nave espacial


Esa piedra de en medio parece una chuche ñam ñam





El oso de las cavernas vegetariano


La cabra de Madrid


La alucinante pirita

La piedra jamón serrano

El desilusionante oro

jueves, 26 de julio de 2018

Vive con Elvive, su mascarilla Total Repair 5 y su aceite Extraordinario

Que alegría cuando me enteré que me habían seleccionado para la campaña de Elvive de Youzz. El verano pasado también participé para probar su mascarilla Total Repair que me deja el pelo con mucho volumen, muy suelto y brillante. Ahora incluían también el aceite Extraordinario.

Extraordinario porque tiene tres formas de uso para que el pelo te quede genial.  Podemos usarlo antes del lavado para nutrirlo, antes de peinarnos para que se nos quede suave y sedoso, y como toque final del peinado para darle más brillo. En su composición han mezclado aceites de seis flores diferentes para lograr esos resultados tan visibles desde el primer uso.

La mascarilla reparadora tiene caléndula y ceramida que, por lo visto, van de lujo para aumentar la resistencia, brillo y volumen del pelo. A mí me ha funcionado y estoy contentísima con lo bien que me veo.

La verdad es que ya sabía que me iba a gustar el resultado de estos productos cuando me apunté a la campaña porque Elvive es una marca que uso con frecuencia y siempre cumple mis expectativas.

Y aquí estoy luciendo melena bonita a pesar de maltratarlo con las inclemencias del cloro de la piscina, el sol, el sudor del cuero cabelludo... Es que el verano es una época muy mala para él. Normalmente se me queda muy pajizo y seco. ¡Parece un nido de pájaros! Pero ahora nada que ver con otros veranos. Lo de la mascarilla reparadora ha sido un descubrimiento que uso con frecuencia desde el año pasado y el aceite me lo ha dejado incluso mejor.

Suelo ser un desastre con el cuidado estético, pero una vez una peluquera me dijo que podía prescindir de todos los tratamientos accesorios menos de una mascarilla hidratante si no quería parecer un espantapájaros y está visto que tenía razón, así que le estoy haciendo caso.

miércoles, 25 de julio de 2018

Spieldesjahrestag 2018

Papá Cavernícola organizando la zona infantil
El domingo tuvimos un planazo de los que nos encanta para toda la familia: el evento Spieldesjahrestag 2018, organizado por Despertalia, La mazmorra de Pacheco y Generación X Alcalá. En él se harían demostraciones de los juegos ganadores de este prestigioso premio desde al 79 hasta los nominados para este año.

Ruth y Miren son amor del bueno
Nosotros nos apuntamos a la Gymkhana de juegos para adultos y a los peques les apuntamos a la de niños. Pensamos que con estar jugando cerca de la zona infantil estaba controlado. Y encima estaban en buenísimas manos: Papá Cavérnícola, Aprender Paso a paso y Ludiversia (un auténtico placer conocer a Gema), se encargaban de esa zona con una paciencia y cariño infinitos.

Éxito  total de la zona infantil
Allí también nos encontramos con Miren y sus tres retoños, siempre dispuesta a echar una mano y pasarlo en grande delante de un tablero. Y al rato pudimos coincidir también con Refuerzo Divertido, bastante tocada con su lumbago la pobre, y Rolero de Hamelín, persiguiendo a sus peques de un lado a otro. Yo suelo ser así, pero ese día es que me apetecía jugar y que mis hijos se buscaran un poco la vida. Ráfagas de egoísmo que me dan a veces.

¡Este juego me vuelve loco!
Pero los críos se cansaron enseguida de los juegos porque ya habían jugado mucho a los que tenían montados o eran para demasiado peques. Menos mal que Papá Cavernícola sacó Geister, Geister, Schatzsuchmeister!, uno que les flipó en alguna de las jornadas que hemos ido anteriormente. Iván se enganchó enseguida y estuvo toda la mañana jugando con sus amigos, pero Daniel prefirió venir con sus padres a ver is le iba más algún juego de la zona de adultos.

Descubriendo tesoros con Tikal
Se nos acercó mientras nosotros estábamos descubriendo pirámides y tesoros aztecas con Tikal. Un juego muy emocionante que nos gustó mucho. Como no pareció hacerle mucho tilín acoplarse a una partida tan avanzada y se piró a cotillear la tienda.


Casi imposible fallar
Craso error por nuestra parte porque últimamente, no sabemos por qué ni cómo se ha obsesionado con Ataque a los titanes, una marca de los más gore que no es para nada para niños y se enamoró a primera vista de nada más y nada menos que una novela de ese universo. Que peñazo nos dio. Y dale con que no salía sangre y que no salía sangre. "Mira mamá, sólo hay letras y nada de dibujos desagradables. ¿Me lo compraaaas? Prometo leermelo de pe a pa" ¡Ni de broma! No había manera de hacerle entender que en esas letras fijo que se describían escenas de lo más desagradables. Huelga decir que se quedó sin él, pero sí que se trajo a casa uno de los Teen Titans Go, igual que el hermano. Les encanta esa serie.

Gracias gracias gracias Mazmorra de Pacheco
Pero a lo que íbamos, tras Tikal, sacamos a Daniel de los estantes de cómics y nos lo llevamos a ver a qué podíamos jugar todos juntos. ¡Y encontramos The Mind, un juego que, según la Mazmorra de Pacheco, o te fascina o te decepciona, pero no hay término medio. A nosotros nos encantó. Es divertidísimo mirarnos a las caras, sin poder hablar, tratando de adivinar quien tiene la carta del número más bajo para no fallar al ponerlas sobre la mesa. Al niño le gustó tanto que quiso seguir jugando un buen rato más. Desde aquí mi más sincero agradecimiento a La mazmorra de Pacheco y al chico que se sentó con ellos por entretenernos de una manera tan fantástica al chiquillo, que acabó enamorado del juego de lo bien que se lo pasó.


Mooooola
Mientras los papis, jugamos a Azul, que estaba justo al lado y del que había oído multitud de bondades. El tema es que tenemos que conseguir baldosas para hacer un mosaico intentando nos romper ninguno y haciendo combos de filas y columnas con el fin de conseguir puntos. También nos gustó mucho.

Los tiros vuelan en el tren jajajaj
De ahí saltamos al Colt Express, al que ya hemos jugado, pero nos sentamos por Daniel, que, curiosamente pasó de nosotros y se fue a vivir su vida. El que sintió mucho no estar en nuestra mesa fue el más pequeño cuando se enteró porque le flipa ese juego de tablero en 3d y estrategia de acciones a base de cartas. Pero no se podía quejar porque se había pegado toda la mañana pasándoselo pipa en la zona infantil.


Diversión atope
En ese momento nos encontramos ante una difícil decisión: Irnos a comer con amigos o pasarnos por casa a por la tablet para intentar participar en la Exit party, dirigida por Meepletopia, en la que podíamos pintar, recortar, doblar... los Exits que Devir había donado para ocasión. ¡Es que teníamos unas ganas locas de probarlo! Habíamos jugado ya a dos versiones de Unlock! y nos había molado mucho. Así que pensamos que la solución iba a ser quedar con los amigos otro día e ir a por la tablet porque por la tarde no había zona infantil (lo siento amigos, entendedme. Yo os quiero mucho, pero es que era un Escape Room muy chulo ainss).

Meepletopia enseñándonos las reglas
Así que nos fuimos a casa a por la tablet y por la tarde nos fuimos a la zona Party Exit a darle a las neuronas. En la primera partida, El laboratorio secreto, invitamos a los niños a jugar y Daniel se prestó muy contento. El entusiasmo inicial, motivado por el hecho de que podía pintar, doblar o recortar componentes, se fue diluyendo con el tiempo y acabó pegado a su hermano con la tablet, mientras nosotros nos exprimíamos los sesos para lograr escapar. Y al final lo logramos de una forma decentita. Nos dieron cinco estrellas de diez.


¡Qué emoción!
Nos lo pasamos tan bien que nos animamos a otra partida, ahora a La cabaña abandonada, en la que se nos unieron Papá Cavernícola y dos chicos muy majos. Y otra vez a darle a las neuronas, aunque eso sí, delegaba la mayor parte del tiempo, que me rodeaban eminencias de resolver acertijos jejeje

Tienen que llegar todos
Cuando acabamos sólo nos dio tiempo a una partida corta a Um ReifenBreite antes de que se anunciara el fin de las jornadas y el inminente comienzo de los sorteos. El juego iba de una vuelta ciclista muy singular con unas técnicas de juego que me gustaron mucho. Lo pasamos muy bien atacando y saliendo disparados hacia la meta como cohetes.

A punto de cruzar la línea de meta :D
En definitiva, las jornadas fueron de diez. Se curraron mucho la organización. Lo único malo es que no daban las horas para jugar a tanto juego. Nos faltó pasarnos por los bares que habían participado en las jornadas a tomarnos algo y seguir jugando, pero aún lamentando no poder llegar a todo lo pasamos genial ese día y está claro que nos apuntaremos a las siguientes.