jueves, 16 de abril de 2020

Actividades alucinantes con servilletas

Estos días he visto unas ideas muy chulas para hacer en casa con los niños por diferentes redes sociales. Todas tenían por protagonista las servilletas y eran extremadamente visuales. Nosotros ya hemos hecho experimentos parecido con anterioridad, pero estaba segura que éste les iba a llamar muchísimo la atención a los peques.

Me puse a hacer en el menor tiempo posible los ejemplos, que luego tendrían que desarrollar ellos mismos.

El primero que hicimos es muy sencillo. Necesitamos:

- Servilletas.
- Rotulador negro indeleble.
- Rotuladores normales.
- Recipiente con agua en el que quepan las servilletas.

Doblamos una servilleta por la mitad y pintamos el contorno de un dibujo en uno de sus lados con el rotulador indeleble teniendo bien cuidado de que el dibujo traspase la servilleta y se plasme también en la otra parte del doblado que hemos hecho, pero que no llegue a la mesa. Mejor cogemos un folio o cartón viejo para usar como base.

Ya tenemos un dibujo en la parte de fuera de la servilleta doblada y el que se ha traspasado en la parte interna, que sólo se ve al desdoblar la servilleta.

El de la parte interna lo coloreamos con los rotus a groso modo. No hace falta ser muy detallista. Entonces convocamos a la chiquillería y le pedimos que introduzca con cuidado la servilleta con el dibujo sin colorear a la vista (e intentando que no vea el dibujo coloreado que hay por debajo.

Cuando la servilleta se empapa y aparecen los colores en el primer dibujo alucinan. Y, por supuesto, ellos también quieren hacer su propio dibujo.

El único problema es que por aquí tenemos los rotuladores un pelín resecos y nos ha costado la vida  colorear las figuras. Hemos tenido que mezclar diferentes tonos o incluso colores distintos para que se notara el efecto.








Para el segundo experimento necesitamos una tira de servilleta. Pintamos los colores del arcoiris a uno y otro extremo de la tira dejando en blanco la parte del medio. Y teniendo en cuenta que los colores que se oponen en ambos extremos tienen que coincidir. Es decir, la raya amarilla de un extremos tiene que estar frente a la raya amarilla del otro extremo, la azul frente a la azul, etc...

Cogemos dos vasos, los llenamos de agua e introducimos cada extremo coloreado en uno de ellos. Pronto verás como la servilleta empieza a absorber el agua y los colores van expandiéndose hasta juntarse por el centro. Es un efecto chulísimo. Al final tendremo un precioso arco iris.

Al principio, Daniel se empeñço en hacer el sólo y sin ninguna indicación el arco iris. En eso se parece a mí, le puede el ansia. En fin, no le salió porque pintó líneas muy cortas y al final no se juntaron, pero se pasó un rato divertido guarreando con el papel, el agua y la tinta. Al final consiguió un vaso lleno de agua roja y otro de agua azul. Y se prestó a escucharme para hacer su propio arco iris.

También se puso manos a la obra para hacer un helado que se coloreara al caer en el agua. La verdad es que puso mucho más entusiasmo que su hermano, al que le parecía una actividad muy chula, pero más para ver el resultado que para hacer sus propias creaciones. ¡Cada niño es un mundo! Y también depende de cómo tengan el día porque otras veces sí que ha querido desarrollar sus propios proyectos.






6 comentarios:

  1. Esto te lo copio, voy a hacerlo con los peques

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    1. Que bien!!! Ya verás que caras se les quedan. Es que mola un montón :D

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  2. Yo también me lo guardo para recomendarlo, vaya chulada!!!

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  3. Respuestas
    1. Que bien!!! Que ilusión que les gustara. Es que son experimentos que parecen magia :D

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Me encanta saber lo que piensas.