sábado, 30 de mayo de 2020

Cazando fantasmas

A raíz del experimento de los hielos que brillan en la oscuridad los niños descubrieron lo divertido que resulta recorrer la casa a oscuras con linternas ultravioleta en las manos. Ese mismo día hicimos una caza de fantasmas improvisada buscando todos los objetos blancos que pudiéramos apuntar con nuestras linternas... ¡Incluídos nuestros dientes! Que divertido.

De esta experiencia sensorial hemos sacado un juego muy chulo, fácil de preparar y emocionante de jugar.

Sólo tenemos que recortar fantasmitas con folios, ponerles terroríficas caras y esconderlos en sitios estratégicos de una habitación. Luego sumimos esta estancia en la oscuridad y ¡comienza la caza!

El otro día, les escondí cinco fantasmas a cada uno en sendas habitaciones (básicamente para evitarme conflictos fraternales) y estuvieron encerrados buscándolos muchísimo tiempo. Y mientras tanto paz mental para la mami jajajaja

Se esforzaron tanto porque había premio para el que encontrara los cinco: ¡una chuche! Que desde que empezó la cuarentena que no se comían nada gomoso y estaban deseando.

Mi intención es que se lo curraran ellos solitos buscando a los espectros, pero al final me dieron pena y les di alguna pista. llevaban ya un montón de tiempo mirando cada rincón y les faltaba sólo uno a cada uno. La verdad es que lo puse difícil para que se pegaran un buen rato entretenidos.

Con qué orgullo lucían sus presas para intercambiar por la chuche. Lo hicieron tan bien que al final les di tres chuches. Casi montan la fiesta del fantasma. Y otro buen rato que estuvieron entretenidos con sus tesoros y contándose sus aventuras.




2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Se me ocurrió de casualidad, pero está muy bien porque ellos se divierten y a mí me cunde ;)

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