sábado, 9 de enero de 2021

Con los primeros copos de nieve...

Las previsiones meteorológicas llenaron de ilusión a las fieras. ¡Anunciaban nieve! Mejor regalo de Navidad que cualquier supervideojuego, muñeco de acción o tablero. 

Así que los tenía mirando el cielo con ojitos brillantes todo el día. Y yo rogando porque cayera un mal copo para que no se llevaran la gran desilusión.

El día de reyes no hubo suerte. Estuvieron más pendiente de las ventana que de los regalos. Algo que me alegra sobre manera, la verdad. 

La mañana siguiente todavía ni rastro de los deseados copos. Empezaban a perder la esperanza y ponerse extremadamente insoportables y quejicosos.

Pero a media mañana sucedió el milagro y empezaron a caer despacio, pero sin pausa. Escasos minutos tardamos en vestirnos con veinte capas y bajar al parque más cercano a jugar. 

Al ratito al pobre Iván se le helaron los deditos y subimos a casa a por palas, un cubito y para aprovechar a poner las manos en los radiadores un poquito. Pero muy poquito porque las fieras ya bajaban de nuevo corriendo. 

Nos costó un poco encontrar las palas y el cubo porque ya hace mucho tiempo que no usan  en el parque y había retirado todo. Sólo nos queda uno que muy raramente usan en el baño, una pala que también es pistola de agua y la que usamos para aventuras roleras.

Menudos cubazos de nieve hacían. Y luego pretendían tirármelos. ¡Quitad locos! Que eso ya es hielo y dueleeeeee.

Se lo pasaron genial jugando con la nieve. Y la diversión siguió esa misma tarde porque aprovechamos para quedar con unos amigos para montar una épica batalla de bolas.

La idea era que jugaran los niños, pero los padres no tardamos ni medio segundo en involucrarnos. Todo comenzó cuando vimos el muñeco de nieve gigante que estaban haciendo unos chicos a lo lejos. 

Entonces comenzamos las obras de construcción de nuestro propio golem de hielo a tamaño real. Los niños, mientras se atacaban ferozmente con bolas de nieve y... ejem, avalanchas (no sé llamar esos ataques de otra manera).

De vez en cuando, hacían un alto y nos ayudaban con el muñeco de nieve. Uno de los padres hasta se acercó a una tienda a por una zanahoria para darle el toque final. Quedó impresionante.

Entonces llamamos a los niños para hacerles una foto con nuestro nuevo amigo... y ese fue justo el momento que eligieron para pillarnos desprevenidos y atacarnos a traición a bolazo limpio. 

Ataque que no tardamos en responder contundentemente. Las bolas volaban por doquier y se sucedieron escenas épicas, ataques sublimes, trabajo en equipo... incluso alguna traición (vaaaale, usé de escudo a otro padre pensando que su retoño se cortaría un pelo, peeeero...nop. Le coló la bola por el cuello jaaaajajajaja).

Hasta el golem cayó en combate bajo el avance del ejército infantil, que era muuuy cafre.

Acabé agotaba, pero admito que me lo pasé muy bien.

A ver si nieva más y podemos sacar nuestro cutre trineo a una ladera del parque :D

Por cierto, os comparto el post que he escrito para Ociofrik con Juegos frikis en la nieve para que disfrutéis al máximo en familia ;)







6 comentarios:

  1. Para otra vez compra guantes. Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Guantes, botas, ropa interior térmica... No tenemos de nada!!! Hemos ido a lo Kamikaze jajajaja

      Eliminar
  2. Q guay!!! q suerte!!!! disfrutar la nieve!!!! y más fotos, q hoy tenéis más, no???

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Las de hoy son más impresionantes!!! Hemos nadado en nieve, no te digo más. Tú también tendrás fotos con nieve. No?

      Eliminar
  3. Que gozada disfrutarla tanto, aunque acabarais mojados de tanta batalla . Ahora miro los juegos frikis, aunque aquí ni un copito

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues suerte tuvisteis porque fue bonito durante el fin de semana, pero ahora maldecimos el manto blanco y queremos que desaparezca ¡YA!
      Muchas gracias por leerme guapísima!!!

      Eliminar

Me encanta saber lo que piensas.