miércoles, 26 de enero de 2022

Juegos a los que jugamos en Navidad

Estas navidades han sido muy jugonas. Nuestro pequeño sobrinito canarión ha salido tan ludofanatico como sus tíos y ha sido un gustazo seguirle el rollo. Admito que me lo he pasado bomba hasta con los juegos más sencillos.

Las únicas veces que no le hacía gracia vernos jugar era cuando sacábamos Unmatched: Battle of legends, que no es apto para niños tan pequeños (recomendado a partir de 9 años). Para su disgusto nos tenía enganchados a todos los demás.  Empezaré por ese juego porque es una pasada.



Les cayó a los niños de regalo de Navidad y los disfrutamos todos. Pueden jugar de 2 a 4 jugadores, pero para 3 funciona regular, porque uno de los jugadores tiene que controlar dos personajes y no es nada fácil. Ya tienes que estar muy atento sólo con uno.

El caso es que puedes elegir entre el Rey Arturo, Alicia (la del país de la maravillas), Simbad el marino o Medusa para participar en una batalla épica. Cada personaje tiene sus ventajas, sus inconvenientes, habilidades propias, características y ayudantes, que hay que saber jugar pensando muy bien las estrategias para ganar a base de echar cartas y avanzar por el tablero.

Si juegan cuatro se juega por equipos de dos contra dos. Y mola muchísimo pensar las estrategias entre dos, controlando cada uno sus cartas y teniendo cuidado de que el equipo contrario no se pispe de vuestras acciones futuras y os las revienten. En serio que mola un montón y engancha. 

Visión Imposible se lo regalaron a Iván por Navidad porque se encaprichó de él desde que lo vio anunciado en televisión (la magia de la publicidad) y la verdad es que pensé que sería una chorrada y ha triunfado. El caso es que se le puede sacar mucho jugo incluso fuera de lo que es el juego de mesa, que es una tontería, pero una tontería muy divertida. 

Te echas unas buenas risas intentando resolver las pruebas sin cerrar los ojos y viendo todo al revés. ¡Es imposible que el trazo te obedezca! En las pruebas de dibujar o escribir quieres hacer una línea hacia abajo y te sale hacia vete tú a saber dónde. 

Pero si cierras los ojos el cerebro manda las señales correctas a la mano. Es muy difícil no hacer trampas porque, aún con los ojos abiertos, a veces mi cerebro desconectaba de la vista para poder hacer algo coherente. Es muy curioso.

A Iván le gustaba mucho ponerse las gafas para pasear por la casa. Un deporte de riesgo. Pero mejor aún fue cuando llevamos las gafas a un parque de columpios. ¡Que estrés! Mucho peor que ir a ciegas.






Los vampiros es un sencillo juego en el que nos convertimos en cazadores de vampiros. Tenemos que matar a los monstruos que nos salgan a base de casar colores, pero cuidado ¡que muerden! Muy entretenido, aunque a veces es frustrante cuando no te sale ni una carta buena. o estás a punto de cazar a uno y tu contrincante te fastidia la jugada.



Otro juego sencillo, ideal para niños de todas las edades, es Mansión misterio. Se apagan las luces, se pone en marcha el farol, aparece el guardián y comienza la aventura. 

Vamos a tener que recorrer toda la casa a oscuras huyendo del monstruo y pasando divertidas pruebas, algunas imposibles para mi sobri, que tiene 5 años y no sabe leer, pero con ayuda adulta (o de sus primos mayores) lo acaba sacando, metemos al solución en el farol y si acertamos corriendo a otra habitación para pasar la siguiente prueba. 

Si logras sacar todos los retos y acertijos, damos con el monstruo (hay varios y te sale uno aleatoriamente). Toca resolver el enigma final, acabar con él y salir de la mansión con una gran victoria. Sólo el tema de la ambientación ya emociona a los peques.



Azul, pabellón de verano es otro juego que nos enganchó mucho durante las vacaciones. Sigue las mecánicas del Azul original metiendo novedades muy chulas. tenemos que conseguir las piezas que nos interesan para  construir nuestros rosetones, intentando obtener el menor número de penalizaciones y sin descuidar los comodines que cambian cada turno. También engancha. es de esos juegos en los que hay varias estrategias para ganar, nada está decidido hasta el final y, aunque tienes que estar muy concentrado en tu tablero personal, no puedes quitar ojo de lo que hacen tus contrincantes.



El siguiente no es un juego de mesa, pero nos ha molado mucho el juguete. Raúl y yo fuimos a una feria de artesanía acompañados por Iván y éste se enamoró de los juguetes de uno de los puestos. Eran de madera y estaban hechos con mecanismos que hacían que se movieran de una u otra forma. Tras estudiar todo lo que el artesano nos ofrecía, el peque se acabó decantando por un canguro que bajaba una rampa. Decidí comprar tres porque, si no, sé que iba a haber tortas por el canguro. Y fue una decisión acertada porque los tres niños se lo han. pasado bomba montando carreras e ingeniando nuevos circuitos más o menos efectivos. Ha dado mucho de sí la carrera de canguros.

El último juguete, que también triunfó durante las vacaciones, sobre todo con el más pequeño de los niños, fue uno de Experimentos con Peppa Pig. El kit trae experiencias muy sencillas, ideales para que puedan manipular los más pequeños. Eso sí, el adulto que los acompañe debe armarse de paciencia porque los chiquillos de esas edades no suelen tener el mejor pulso del mundo.

Sólo hicimos uno del juego, porque ya nos veníamos para Madrid y no daba tiempo de más, pero mis churumbeles me han hecho prometer que retomaríamos los experimentos caseros. Es que molan un montón y los hay muy sencillos y resultones. Al primito le hicimos el de la pimienta y el del vinagre y el bicarbonato. Éste último salió regulín porque había poco vinagre y aún así, lo flipó. No hay nada más bonito que la capacidad de sorprenderse de los niños pequeños <3.


2 comentarios:

  1. La verdad es que no sabría cuál elegir... Cada juego tiene lo suyo y todos enganchan... Xo lo mejor: la compañía!!!!😘😘

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    1. Esooooo!! Nos debimos pillar con muchas ganas porque fueron las Navidades más pacíficas que recuerdo jajajaja
      Que bien lo pasamos <3 <3 <3

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