jueves, 22 de diciembre de 2022

El Caminito del Rey

Una de las excursiones que más nos llamaba la atención era la programada para ir al Caminito del Rey, un paso construido en las paredes del desfiladero de los Gaitanes. Nos pareció un sitio muy curioso y no dudamos en comprar las entradas online reservando entre los días y horas que les quedaban libres, que eran bastante pocos.

Sufrimos hasta el último momento porque en la web ponía que podían cerrar avisando pocas horas antes de la visita por mal tiempo, ya que, en realidad, el sitio tiene su peligro por desprendimientos.

En realidad, allí nos explicaron que los derrumbamientos eran más por las patitas de las cabras de montaña, que por el viento y la lluvia, pero si lo hacen es por una razón de seguridad de peso, seguro.

Tuvimos mucha suerte porque el parte meteorológico nos lo ponía muy crudo y aún así, el día D no cerraron. ¡Menos mal! Allí estábamos nosotros bajo una suave lluvia y mucha ilusión por recorrer el acantilado.

Nos tocó un guía muy majo y que nos contó de todo sobre el sitio: desde la vida del que comenzó el proyecto, como las características de las rocas, porqué el agua adquiere ese tono verdoso esmeralda, la durísima vida de los obreros, curiosidades de la historia del lugar, leyendas... Fue extremadamente interesante.

Y encima el entorno era flipante. Es una excursión altamente recomendable. 

A medio camino, el guía nos informó que le habían comunicado que por un desprendimiento íbamos a tener que desviarnos a un recorrido alternativo por dentro de la montaña. ¡Y suerte teníamos! Que hace unos años, cuando sucedía algo parecido había que darse la vuelta y fin del trayecto (por lo visto estos desprendimientos son muy frecuentes e impiden el paso totalmente).

Nosotros pudimos atravesar por unos túneles muy chulos y acceder al puente colgante final que mola un montón.

La historia de este lugar comienza con la necesidad de una empresa hidroeléctrica de unir dos de sus centrales atravesando un cañón impracticable. Por lo visto, el lugar resultó ser tan impresionante que no sólo los trabajadores de la hidroeléctrica lo visitaban. Hasta fue el rey Alfonso XIII, aunque, según nuestro guía se cansó pronto y no lo cruzó ni de lejos. A pesar de ello, a la obra se le empezó a llamar El Caminito del Rey. Que la realidad no te estropee un buen nombre.

En los 90 el caminito estaba extremadamente deteriorado por la falta de mantenimiento y resultaba muy peligroso. Aunque esto no desalentaba a algunos excursionistas que se ponían en alto riesgo sólo para disfrutar de una paisaje maravilloso. Varios accidentes suscitaron una leyenda negra sobre este lugar que no pasaba de crecer y, contrariamente a la lógica, lo que hacía era aumentar las visitas.

Esta situación obligó a la Junta de Andalucía a cerrar los accesos. Eso tampoco frenó a los excursionistas (somos una plaga). Finalmente, la junta decidió rehabilitarlo con un proyecto muy ambicioso y abrirlo al público con todas las medidas de seguridad en 2015.

Y gracias a eso, los excursionistas precavidos como nosotros podemos disfrutarlo sin ningún miedo. Que nos gusta la aventura, pero no la que puede resultar mortal.

El recorrido se puede hacer con y sin guía. Aunque yo recomiendo la guiada porque es más pausada y te enteras de muchísimas cosas sobre lo que estás viendo y recorriendo. Se vive más.






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