jueves, 7 de julio de 2016

Daniel se inventa el juego de los Mutant Busters

Iba a tirar la caja del Barco de los Mutant Busters que les regalé a los chiquillos por las buenas notas cuando el mayor me interceptó por el camino. "Nooooo. No lo tires. Dámelo que quiero hacer un juego. Porfíiiii", me pidió rápidamente.

Todo lo que sea jugar y crear libremente me parece genial, así que le di la caja , todos los materiales que me pidió y seguí con mis labores. Mucho después se presentó de nuevo dónde yo estaba para presentarme su creación. La verdad es que tenía una pinta estupenda: Tablero, fichas de malos, fichas de jugadores, peligros... ¡Guau! Me dejó muy impresionada. Estaba deseando jugar, pero tuvimos que esperar todos a que terminara con lo que tenía entre manos.

Cuando por fin acabé me encontré a los dos hermanos esperándome mientras el primogénito le enseñaba al pequeño las piezas lleno de orgullo. Nos sentamos en la mesa y comenzamos el juego. Admitía dos jugadores y el máster (demasiados juegos de rol en la corta vida de este niño). Por supuesto, el máster era Daniel. E Iván y yo éramos los jugadores. Teníamos que elegir una ficha de personaje y ponerla sobre el doble tablero. Cada uno recorría un camino igual en longitud, pero diferente en escenario, uno por mar y otro por carretera, lleno de mutantes y peligros.

Los mutantes eran fichas de personajes con su nivel de defensa y ataque. Para acabar con ellos tenías que escoger armas y útiles de defensa que tenían una valor sorpresa (que decidía el chiquillo, claro) y según fuese más o menos fuerte que el mutante lograbas ganarle o perdías. Si perdías no podías avanzar casilla y si ganabas avanzabas una. Si caías en un peligro te aparecían dos mutantes en vez de uno.

En un principio, Daniel elegía el mutante, pero los jugadores protestamos porque eso no era nada neutral. "Lo que quieres es que pierdaaaaa", chillaba Iván indignado. Así que le convencimos para que eligiéramos las fichas sin mirarlas y que corriera a cargo de la suerte.

De todas formas, demasiados elementos dependían del máster y eso fue lo que no me gustó. Le sugerí que metiera dados en la dinámica para que fuera más azarosa, pero eso de perder el control de la situación no le gustó ni un pelo.

Al final, perdió su hermano y ya la tuvimos montada para un rato: Que si me tienes manía, que si no es verdad, que si no sabes jugar, que si lo haces a posta, que si esto, que si lo otro... Total que guardé el juego para sacarlo en mejor ocasión.

La verdad es que las reglas, en su esencia me gustan, pero seguiré comiéndole la oreja a Daniel para que meta dados y más azar porque creo que mejoraría mucho.

11 comentarios:

  1. jo, menuda imaginación tiene tu chiquillo. Yo también creo que tendría que añadir un componente más aleatorio, porque si no huele a que va a favorecer al que le interese :)

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    1. Ahí le has dado.
      Un juego en el que sólo gana el que quiere el máster no es divertido :/

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  2. Me encanta la imaginación que tiene!!! Yo lo veo como desarrollador de juegos en un futuro (y churrero; los churros que no falten). Besotes!!!!

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  3. Es maravillosa la creatividad que tiene!!

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  4. Me parto con Daniel jaja. Yo también creo que en un futuro va a diseñar algo extraordinario ;-)
    También voto por los dados

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    1. Muchas gracias!!!
      Los dados es el elemento que le falta para convertirse en un proyecto de juego hasta viable jajaja

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  5. Jjaja, ya te dije que este chico es un emprendedor nato, imagina,proyecta,diseña y plasma su creación , es todo el proceso de emprendimiento en sí mismo, por ahí se empieza. Oye, él piensa en como beneficiarse y ganar que para eso se lo ha inventado él,jajaja.
    Los juegos con dados nos encantan, llevamos una larga temporada haciendo"jornadas de juegos de mesa" en las tardes-noches.
    ¡Les veo más grandes!

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    1. A nosotros también nos encantan los juegos con dados. Ahora mismo no tenemos mucho tiempo para jugar a juegos de mesa, pero se acercan tiempos muy muy frikies del tablero. Se acercan las jornadas Tierra de Nadie jajaja Cuatro días ludópatas las 24 horas ;)

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    2. Ah, y sí. no veas lo que han crecido. Lo que les compré hace tres meses les cabe en una pata ainsss

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