viernes, 12 de junio de 2020

Los juegos del Club A de Átomo Games

Este verano nos apuntamos el Club A de Átomo Games para repasar los contenidos del curso de forma extremadamente divertida. Que pedazo de idea han tenido en esta editorial al lanzar una línea de juegos perfecta para mejorar nuestras aptitudes en resolución de problemas matemáticos, análisis morfológico y habilidades en inglés.

Por ahora, nos ofrecen tres juegos que se ocupan de cada una de estas áreas y que siguen la misma mecánica, aunque con objetivos e historia de fondo diferentes. 

Lo mejor de todo es que se trata de barajas de 50 cartas, muy asequibles y portables, con lo que las podemos llevar con nosotros a cualquier sitio y montar una partida en cuestión de minutos.

Las reglas también son muy fáciles de explicar y no se necesita mucho espacio para colocar las cartas y comenzar las aventuras. ¡Todo facilidades!

La sonrisa de mis hijos cuando les dije que este verano muchas de las tareas de repaso se iban a basar en estos juegos no tiene precio. Sobre todo ahora, que están hasta las narices de las fichas de evaluación del colegio y no quieren ni oír hablar de libros de repaso.

Las tres modalidades, que ofrecen en el catálogo del Club A, están indicadas para jugadores a partir de ocho años. En este punto, he de confesar que, en lo que llevamos jugado, mi hijo de ocho años nos ha ganado el 80% de las veces a su hermano de diez y a mí... ¡No es justo! Así que yo lo veo para todas las edades. En fin, mejor os cuento de qué va cada juego.

Jeff el grumete



Les di a elegir a los peques  y el primero que escogieron fue Jeff el grumete. Supongo que la temática pirata tira mucho. Leímos las reglas y nos aprestamos a vivir nuestra aventura surcando los mares del sur, en busca de un tesoro, con ayuda de nuestras capacidades lógicas matemáticas. 

Aquí he de confesar que las mías son bastante limitaditas. Soy muy de letras, lo confieso. Pero justo eso les motivó más, porque dar una paliza a su madre siempre es altamente satisfactorio para mis churumbeles.

Os explico de forma muy breve las reglas:

- Cada jugador coge una carta de mapa y de marcador de puntos. También se hace con cada una de los cuatro tipos de cartas de signos matemáticos (+, -, x y ÷). El mazo con los retos se pone en medio.

- El jugador al que le toca coge una carta del mazo de retos sin enseñar el reverso (tiene las soluciones) y lo lee en voz alta (esta parte les sirve para mejorar su lectura en voz alta, su atención, su comprensión lectora... Si es que es muy completo este juego).

- Atendiendo a la información que nos da la carta todos los jugadores (incluído el que ha leído) elegiremos una o varias cartas de signos matemáticos y las colocaremos frente a nosotros, según creamos que sea el camino correcto que tendríamos que seguir para conseguir los resultados que nos piden. Cuidadito que el orden de la información que nos da la carta es importante para colocar los signos en las posiciones correctas que indican en el reverso de la carta del reto. Más de una vez fallé por colocar las operaciones al revés.

- Cuando todos tengan las cartas elegidas ante sí, damos al vuelta a la carta de reto y comprobamos quien tiene bien el resultado. Estos serán los que avancen un puesto hacia el punto en el que descubriremos el tesoro, que es el objetivo para ganar la partida. Si llegan dos o más jugadores ganan todos, aunque en tu fuero interno sabes que nunca llegaste y te escuece, te escuece... Tanto que exiges la revancha, por supuesto.

En este juego podemos elegir la modalidad fácil o la difícil según la indicación de nivel cada carta. Nosotros jugamos con todas las cartas porque las del nivel I son muy motivadores y esperanzadoras, pero es que las del nivel II hacen que nos piquemos como ajos y elevemos el tema a un asunto de amor propio y honor herido. Mola más jugar incluyendo las cartas del nivel II, para que nos vamos a engañar.

Lo mejor de todo es que, paradójicamente y por ahora (cruzando los dedos para que la cosa siga así), los peques no se enfadan cuando erran. ¡Se parten de la risa! Y más si la que se equivoca es su madre (lógicamente). ¡Ah! Otra cosa: nos encanta buscar el por qué de nuestro fallo.

Bob el explorador



En esta ocasión nuestra misión consiste en acompañar a un explorador en sus aventuras alrededor del mundo y ayudarle a identificar las palabras correctas de los textos de las cartas, en las que nos cuentan curiosidades históricas. 

La mecánica es la misma que en el juego anterior, pero en vez de signos matemáticos vamos a utilizar cartas con cuatro tipos de palabras: determinantes, verbos, sustantivos y adjetivos.

Aquí no hay dos niveles de dificultad, pero cuidadito porque a pesar de que me las prometía muy felices, porque este tema lo controlo a la perfección, la confianza excesiva nos hace cometer errores, como poner las cartas que habías desechado en la mesa y quedarte con las correctas en la mano (juro que esto me pasó más de una vez. Hay que ser toli...). 

Como todos supondréis, en estos casos las risas y burlas de mis churumbeles se oían hasta en Sebastopol. Eso me pasa por alardear antes de tiempo. 

El que me sorprendió con su poco control del tema fue el mayor, ¡lo confunde todo! Así como las mates las controla que da gusto, la lengua se le resiste muchísimo. Ha tocado dar una exhaustivo repaso a estos temas del libro antes de la siguiente partida. Y lo ha hecho sin protestar por un motivo evidente: quiere ganar.

En los textos de las cartas aparecen subrayadas una o varias palabras y los jugadores tendremos que poner qué tipo de palabras son por el orden en el que se mencionan. 

Como en el otro, es muy importante leer bien el texto y dejar muy claro lo que se nos pide para que podamos entenderlo correctamente y actuar en consecuencia.

Jessie the tourist



La baraja de Jessie the tourist la dejaron para el final porque le tienen un miedo tremendo al inglés. Me cuesta muchísimo que se suelten (a día de hoy no le he conseguido). Lo más que logré cuando fuimos a China fue que pidieran un "Apple juice, please" en los vuelos. En fin, que miraban la baraja con desconfianza, pero en cuanto comenzaron a jugar se picaron enseguida.

En esta ocasión, los jugadores contamos con cartas de verdadero o falso, que usaremos cuando el que le toque leer nos exponga lo que dice la carta de reto.

Entre el pequeño texto y el dibujo no es difícil sacar el significado de las frases. Lo difícil es encontrar lo errores gramaticales, cuando los hay, o discernir si lo que dicen es falso o verdadero. 

Lo mejor es de este juego es que si la respuesta es falsa te dan la explicación de por qué es así. Y el que quiera ganar tiene que poner mucha atención para no volver a caer en el mismo error.

Aquí tampoco tenemos diferentes niveles como en el de Jeff el grumete.

En conclusión, nos lo estamos pasando bomba con los retos que nos plantean estos juegos y mis hijos son muy felices con la idea de cambiar fichas por horas de juego. Tenemos claro que estas tres barajas se vienen con nosotros cuando empecemos de nuevo a ir al pueblo.

2 comentarios:

  1. Que buena pinta tienen, los miraré. Comparto el post 😗

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    1. Muchas gracias por compartir. Están chulo. Por aquí nos lo estamos pasando muy bien con ellos :)

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