martes, 31 de mayo de 2022

La gatoteca

Hay un lugar en Madrid que es purrrfecto para que los amantes de los gatos se sienten a tomar algo y charlen rodeados de preciosos mininos. Se llama La Gatoteca y es un proyecto precioso que busca acoger y dar hogar a sus inquilinos basándose en la idea de los famosos Neko cafés Japoneses.

La idea es pagar por estar con los gatos, con los que los voluntarios los llamen gatos con café y no al revés. Con ese dinero se pagan las facturas de la comida, arena, veterinario, etc. A la primera consumición invitan los gatos y por la segunda se paga la voluntad en una hucha monísima en la que sale un gatito a recoger las monedas. Tanto le gustó a Iván que me salió cara la segunda bebida, pero no me importa, porque sé que un gatito va a tener mejor atención gracias a nuestra visita.

El procedimiento es muy sencillo. Primero hay que reservar hora en la página web. Hay que pagar dos euros y medio en la reserva que luego descuentan del precio final. Ese es el precios de estancia mínimo, que equivale a 15 minutos. Media hora son cuatro euros y medio y una hora siete euros. A los niños hasta doces años se les hace un 25% de descuento. Se paga al salir.

Cuando accedes al recinto, te ponen una pulserita con la hora de entrada y accedes a una pasillo en el que se encuentra un aseo a tu izquierda y la puerta del salón de gatos a tu derecha. Al fondo hay un rincón con dos neveras llenas de bebidas de todo tipo, una máquina de cafés y varios tipos de té. Es la primer sitio al que se va normalmente, después, con la bebida que hayas elegido, se entra rápidamente al salón del gato, teniendo mucho cuidado de que no se escape un minino. ¡Ah! Y nada más acceder hay una tienda con cositas para gatos y para humanos.

En la sala, los gatitos están a su bola haciendo lo que les apetece. Algunos roncan a pata suelta, otros juegan con los visitantes y algunos de los juguetes que encontramos dispersos por todos lados, otros comen, otros se acomodan en el regazo o alguna pierna de alguien más que dispuestos a recibir mimitos y alguno se esconde harto de ser el centro de atención. Normalmente, a esos últimos no tardan en trasladarles a la sala tranquila, lejos de la gente, para que puedan relajarse a gusto.

Si encuentras al gatito de tu vida puedes adoptarle, porque esa es otra función de La Gatoteca: buscarles hogar a sus inquilinos.

Iván estaba encantado con tanto felino alrededor. Acariciaba uno, jugaba con otro, buscaba gatitos dormidos en lugares inverosímiles... Para él fue una experiencia extraordinaria. Y, sobre todo, seguía las reglas del lugar, como yo misma: no hacer ruidos fuertes o movimientos bruscos; no coger en brazos a los gatos, ni retenerlos contra su voluntad; no darles comida, ni jugar con ellos con las manos (son gatos y tienden a arañar o morder).

La verdad es que nos quedamos la hora entera y se nos pasó volando. Tenemos que volver, porque nos gustó mucho y porque Daniel está muy enfadado con nosotros porque fuimos cuando él estaba de campamento, por hacer algo especial con el más pequeño. Por supuesto que él también quería ir y ahora hay que volver sí o sí. 







4 comentarios:

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