martes, 30 de julio de 2013

En el Retiro con la prima Natalia y el Tío Fernando

Mi hermano se ha dado un salto a Madrid para vernos. Daniel se llevó una gran alegría al saberlo, aunque también una gran decepción cuando se enteró de que no dormían en casa. Fernando es de los de molestar lo menos posible, aunque no molesten en absoluto. Iván sonreía mucho cuando se lo contaba, pero creo que aún no tiene memoria suficiente para saber de quien le estaba hablando.

Lo mejor es que también venía la prima Natalia. El mayor no podía esperar a verla. Todos los días preguntaba si ya era el momento. Hasta que llegó el sábado por fin. Un sábado fresquito y pasado por agua. Aún así, nos plantamos en el Retiro, dónde habíamos quedado, con muchas ganas de disfrutar del encuentro.

Cómo no me esperaba el cambio de tiempo tan brusco no llevé jerseys. Daniel se apropió del de su prima, que también llevaba una chaqueta, e Iván no quiso ni que le arropara con la toalla que había llevado para que nos sirviera de mantel de camping. Parecía que ni sentía ni padecía. Se pasó todo el rato pegando brincos y corriendo de un lado a otro presa de la excitación. Menos mal que luego templó un poco.

Los canariones le habían traído un regalo muy original a los pequeños: Un piojo y una pulga de peluche ¡monísimos! Aunque pueda resultar imposible. Nosotros agradecimos el gesto con otro menos espectacular: una pulseras y un collar que cambia de color según los sentimientos de su dueña. Tuve que asesorarme bién a través de la abuela Matilde para acertar con el presente.

Estuvimos jugando en los columpios un rato y después nos dispusimos a comernos nuestra tortilla de patatas y filetes empanados como manda la tradición. Encontramos una mesa estupenda y no hizo falta la toalla. Buena comida, estupenda conversación y los chiquillos enredando todo el rato. ¡Qué más se puede pedir! Hay que ver cómo cuidaba Natalia de sus primos. Les trataba con todo el mimo del mundo.

Tras otro rato dedicado a los columpios, mi hermano propuso que montáramos en las barcas. Mi hijo mayor no pudo pensar en otra cosa desde entonces. No paró de preguntar por las barcas hasta que estuvo subido en una. Cómo no podíamos embarcar el carrito y llevar a Iván era algo muy arriesgado decidí quedarme en tierra e intentar que el bebé cerrara sus hermosos ojos un ratito, pero el peque tenía otros planes que pasaban por subir y bajar de un castillito ene veces. Cuando vi que se acercaba la hora de que volvieran los marineros de agua dulce metí al chiquillo en el carrito con mucho esfuerzo y me dirigí al embarcadero. Ese es el momento que eligió para quedarse torrado. Parece que se olía que las aventuras tocaban a su fin.

La familia canaria nos siguió hasta nuestra casa para seguir la charla sentados cómodamente en el salón mientras los niños jugaban. O esa era la idea, porque no se despegaron de nosotros ni un momento.

Pero todo lo bueno se acaba y, para tristeza infinita del mayor, el tío y la prima se tuvieron que ir. El chiquillo me pedía que les llamara para quedar también al día siguiente. Tuve que explicarle que, cuando se vive tan lejos, no es tan fácil quedar. Torció el gesto, pero terminó conformándose.

12 comentarios:

  1. A veces se disfrutan tanto las visitas que se pasa muy rápido el tiempo y no queremos que se vallan! pero al menos pasaron un buen rato!! besos!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cierto. Fue muy breve, pero ya estábamos seguros de que este verano no tocaba vernos así que fue una sorpresa muy agradable pasar el día juntos :D

      Eliminar
  2. Pobres! se les hizo cortito...los peques no entienden de tiempos ni de distancias .. pero se ve q lo disfrutaron a tope :-)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Síiii. Es que los primos se llevan muy bien. Da gusto verlos juntos.

      Eliminar
  3. La verdad es que ha estado bastante fresquito el fin de semana... Aun así ya veo que no os dejasteis amilanar y lo disfrutasteis a tope. Qué bonitas son las reuniones familiares cuando se vive lejos. Un besote!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo prefiero el fresquito al calor. La pena fue que no llevé chaquetas y pasó un pelín de frío, pero por lo demás se estaba más a gusto que a treinta y pico grados :S

      Sí que son bonitas las reuniones con familiares que casi no ves.

      Eliminar
  4. Me encantan los peluches!!!!
    Que día más molón, a mí lo de las barcas me tienta, pero con lo patosa que soy, no sé yo...;)
    Muas!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Son graciosísimos. por lo visto existe una tienda en madrid de lo más original que te venden peluches desde el virus del ébola al plasma.

      Yo también soy muy patosa. me temo que la combinación Dácil más Iván hubiera sido zambullida segura :D

      Eliminar
  5. Ooohh si es que cuando estas a gusto el tiempo pasa volando!

    ResponderEliminar
  6. Tortilla de patata y filetes empanados!!! menú playero, piscinero, campero, y reiterero, jajajja. Me alegro que lo pasarais bien y disfrutaras de la familia, que es lo mas importante.

    Un besete

    ResponderEliminar
  7. También hoy se han ido nuestros familiares de Fuerteventura,... tienes razón todo lo bueno se acaba, aunque a los peques les cuesta un poco más digerirlo.

    Bss

    ResponderEliminar

Me encanta saber lo que piensas.