domingo, 13 de noviembre de 2016

Las posibilidades del contenedor de cartones

Hay una cosa en el parque al que más vamos que se ha convertido en objeto de deseo de mi hijo mayor y sus amigos: El contenedor de basura para papeles y cartones. A Iván no le llama tanto la atención. Él prefiere correr, saltar, trepar o jugar a espadachines con los palos.

Para su hermano mayor es un almacén de tesoros. En cuanto nos despistamos ya les tenemos construyendo una panadería, un refugio y quien sabe que otras mil cosas que salen directamente de su imaginación.

No negaré que a mí me encanta que jueguen así, pero me da nosequé que lo hagan con la basura, nunca sabes lo que te puedes encontrar. Además, aunque al final lo recojan todo, siempre hay algún adulto que les regaña por sacar la basura del cubo. A las mamis también nos han dado varios toques ya. Y lo veo normal. Donde yo ve unos peques pasándoselo pipa con juguetes sacados de material de reciclaje otro ven unos chiquillos llenando el parque de basura. Por eso no les dejamos ni acercarse.

Pero la otra tarde, estábamos sólos en el parque, y un amigo de Daniel se aburría como una ostra, así que se me ocurrió proponerles que buscaran tesoros. Yo me refería a piedrecitas, palos, piñas, hojas... Pero a ellos enseguida se les fue la mente a otra cosa: "¿podemos jugar con la basura?". "¡No!" exclamé horrorizada. "¿Podemos, podemos, podemos, podemos...?", "Bueeeeeno. Cedí yo. Pero sólo con la que hay fuera del contenedor". "Yujuuuuu", gritaron los dos. Y se fueron volando hacia al contenedor sin esperar el permiso de la otra madre.

Mientras los mayores contruían a placer, nosotras nos ocupamos de nuestros hijos pequeños que tenían ganas de jugar con sus mamás ese día.

Cuando recogimos para levantar el campamento por esa tarde nos encontramos con todo un refugio de cartón en un rincón del parque. ¡Hasta se habían quitado los zapatos para no ensuciarlo al entrar! Con el frío que hacía.

Nos encantó la creatividad de ambos niños, pero sospecho que no todo ese material estaba fuera del contenedor y que alguna manita poco inocente sacó cosas de su interior. Antes de recogerlo todo para dejar el parque bien limpio hubo una pequeña batalla entre los destructores pequeños y los mayores. Pero se solucionó rápido porque nos teníamos que ir.

Con estos peques ir al parque es toda una aventura.

4 comentarios:

  1. Pues yo confieso que no sé si los dejaría. Soy muy aprensiva para estas cosas. Jajaja. Besotes!!!

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    1. Bueeeno. Yo es que recuerdo con mucho cariño cuando mis hermanos, mis primos y yo, nos escápamos del campo de mis abuelos a correr aventuras y volvíamos con látigos hechos con gomas viejas, escudos de tapas de cubos de basura roñosos. espadas con palos cutres...

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  2. Cómo lo pasáis! cada día una ventura :)

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