Mi nombre es Marta Carballo Collar y dirijo Montaventura desde hace 20 años. Montaventura surgió en el año 98, ya desde pequeña el esquí era una de mis grandes pasiones. Con el paso de los años me formé como profesora de educación física, TD1 de media montaña, TD3 en formación, Tafad… pero lo más importante es que sigo con la misma ilusión que mi primer día que esquié. Llevo toda mi vida dedicándome al mundo del esquí.
Este proyecto lo comencé cuando apenas tenía 24 años y gracias al impulso que me dio mi padre, que fue él que al ver como disfrutaba, me animó a montar mi propio club. Anteriormente gestioné diferentes equipos de competición y trabajé endiferentes clubs de Madrid.Me encantan los niños y me apasiona ayudarles en su proceso de aprendizaje. No hay mayor recompensa para un profesor que ver cómo evolucionan sus alumnos: cuando los ves que empiezan a deslizarse por la nieve, les ves sus caras de ilusión al sentir la sensación que se siente al esquiar… en definitiva, los ves disfrutar de un deporte.
Montaventura arrancó desde cero, con pocos medios económicos, pero con un montón de ilusión. Mi gran amor por este deporte me ha enseñado a ser una persona perseverante. Cada temporada nos regala experiencias inolvidables, pero también vivimos momentos difíciles en los que aprendemos de nuestros propios errores. Pero siempre, tanto mi equipo como yo, seguimos con la misma ilusión y pasión con todas las actividades que hacemos.
¿Por qué cree que existen tantos problemas de autoestima en los niños en la actualidad?
El motivo fundamental por la que un niño tiene baja autoestima es porque no consigue cosas de un modo individual, en la sociedad en la que vivimos lo que sucede es que los niños tienen muchos estímulos y se les deja experimentar muy poco con su cuerpo, con sus ensayos y errores, tienen que hacer todo perfecto desde el principio, pero no se les deja el espacio para poder experimentar. Están acostumbrados a la inmediatez y cuando se encuentran con situaciones adversas, que requieren esfuerzo y tiempo el nivel de frustración es muy alto. Cuando nosotros éramos pequeños, salíamos a jugar al campo, trepábamos por las rocas, corríamos… sin ningún problema, pero también nos caíamos, nos manchábamos de barro…. Ahora tenemos una sobreprotección con los niños, con la que no les permitimos experimentar.
El niño tiene que caerse, levantarse, tiene que ver que no se puede subir ese peldaño, pero que si lo sigue intentando lo va a conseguir. La autoestima está muy relacionada con la motricidad y con la falta de movimiento, a menor movimiento mayor baja autoestima. En cuanto a los niños les dejas espacio para que jueguen, corran y experimenten ellos mismos, su autoestima mejora porque consiguen cosas por sí mismos. No les dejamos probar. Por eso el deporte en espacios abiertos es tan bueno, porque se sienten libres.
¿Cómo cree que influye el deporte en este sentido?
Inculcar a los niños la práctica regular de deporte, no sólo favorece su desarrollo físico y cognitivo, sino que les aporta otros muchos beneficios. No cabe duda de que los niños que practican algún tipo de deporte son en general más sanos, felices y tienen mejor rendimiento académico.
Como padres al igual que tenemos el deber de formarles académicamente, tenemos la obligación y responsabilidad de educarles en llevar una vida sana a través de la alimentación y el deporte. Socializan y mejoran sus habilidades para relacionarse, hacen que el niño sea más colaborador y menos individual, aprenden a trabajar en equipo, a valorar a sus compañeros, a ser mas abiertos, extrovertidos…
Durante la etapa infantil les enseñamos a conocer lo que es la pasión por un deporte, compañerismo, la generosidad, la independencia y la autonomía.
¿Podría recomendar algunos deportes en concreto y explicar en qué ayuda a los niños a aumentar su autoestima?
Senderismo, refuerza la autoestima muchísimo, lo primero porque estas en contacto con la naturaleza, los niños son capaces de llegar a un punto y volver a otro por poca distancia que sea, por sus propios medios, andando, con su esfuerzo, con su mochila, consigo mismos… y además si la ruta tiene rocas al que pueden subir, bajar, experimentar, mejor que mejor.
Todos los deportes que se tengan que realizar en contacto con la naturaleza, que les permita experimentar de sensaciones diferentes a las que viven a diario en la ciudad, son un gran refuerzo para nuestra autoestima.
¿Cree que la rutina diaria de los peques cubre sus necesidades de quemar energía en general?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una hora de ejercicio físico moderado al día, para niños de entre 5 y 17 años, pero también señala que incrementar el tiempo dedicado a su práctica únicamente aporta beneficios para su salud. En los más pequeños los deportes aeróbicos son los más adecuados, pues les ayuda a desarrollar su coordinación, elasticidad, equilibrio y sentido del ritmo.
A partir de los 7-10 años los deportes de equipo y la competición pueden suponer un estímulo muy adecuado, fomentando el esfuerzo, la disciplina y la competitividad, al tiempo que les permite instaurar el hábito del ejercicio físico y mantenerlo cuando sean mayores.
¿Podría darnos algún consejo para mantener activos a nuestros hijos?
La práctica de un deporte en horas extraescolares es una opción más a incluir en los hábitos del niño, una rutina que el niño haga con la percepción de que la realiza porque le gusta, le apasiona, porque lo ha elegido o decidido él.
Les aleja del sedentarismo, reduciendo el tiempo que dedican a la tv y videojuegos, frenan los impulsos excesivos de los pequeños y les enseñamos a tener responsabilidades, horarios, constancia… en definitiva, rutinas. Además, les proporciona un mejor sueño.
¿Nos puede aconsejar deportes específicamente indicados para niños especialmente inquietos?
La escalada, el esquí, atletismo… Todos aquellos deportes que se realicen al aire libre, ya que los niños especialmente inquietos no deben de estar en espacios pequeños.
Montar en bici, en patinete, patinar… todas aquellas actividades que requieran concentrar su esquema corporal y coordinarlo con el movimiento de otro elemento les ayuda mucho.
En el esquí, los niños tienen que concentrarse muchísimo. Tanto en la Sierra como en las pistas Indoor, hemos podido comprobar que los niños necesitan un alto grado de concentración para desarrollar la actividad y por consecuencia, los niños salen relajados, calmados.
Para aquellos niños inquietos o con hiperactividad, el esquí es una práctica muy recomendable.
¿Qué otros beneficios reportan las actividades deportivas a los niños?
Tras 20 años de experiencia en el mundo del esquí, podemos afirmar que los niños disfrutan con este deporte, les entusiasma, ya que se realiza en la nieve, un entorno bucólico para ellos y es distinto a su rutina del día a día.
El deporte aporta a los niños valores como:
• Independencia.
• Autonomía.
• Esfuerzo.
• Sacrificio.
• Compañerismo.
• Respeto por la naturaleza, en el caso del senderismo y del esquí.
¿Cómo surgió Montaventura?
Montaventura surgió hace más de 20 años con la firme idea de disfrutar del esquí y de fomentar las relaciones con gente con la misma afición. Nuestra pasión por la nieve y por el esquí, nos regala cada temporada experiencias inolvidables. Desde los reencuentros con amigos de otras temporadas, nuevos amigos, grandes momentos de superación y viajes inolvidables a lugares de ensueño. Actividades que complementamos con rutas de senderismo, porque nuestra pasión por la montaña nos hace querer disfrutar de este entorno durante todo el año.
¿Qué aporta Montaventura a sus usuarios que le gustaría destacar?
Montaventura es algo más que un club de ski, es una una filosofía de vida en la que inculcamos unos valores que acompañan al niño en todas sus etapas de desarrollo, para eso contamos con un gran equipo humano formado bajo estos valores el cual es el mayor activo de nuestro club.
¿Podría contarnos algún ejemplo de cómo ayudó Montaventura a alguno de sus participantes?
Hay un caso de una niña ya adolescente que entró en en club con 4 años, era estrábica y tenía sus revisiones oftalmológicas cada 6 meses. En el Club detectamos que la niña no veía bien y se lo hicimos saber a su familia, la respuesta de la madre siempre fue que estaba revisada y que los profesionales decían que la niña no tenía ningún problema…hasta que la familia observó comportamientos no adecuados a su edad y se pusieron en manos de terapeutas y le detectaron que veía doble, en ese momento la niña ya tenía 8 años y ya estaba en el equipo de competición.
Gracias a todo el tiempo que le habíamos dedicado, la paciencia que habíamos tenido y la atención tan personalizada la niña había desarrollado una capacidad de superación y unas habilidades extraordinarias que le ayudaron en la rectificación de ese problema y la terapia fue mucho más rápido de lo normal.
Hoy en día una niña que veía doble que se superó incluso compitiendo, dentro de la elección de asignaturas para el bachillerato internacional, ha decido apostar por la de educación física obteniendo la máxima calificación en los exámenes oficiales.
Muy interesante. Si creo que les da autoestima, simplemente superarse se lo da, y el cuerpo necesita actividad.
ResponderEliminar