lunes, 11 de marzo de 2013

Tiempo para mamá

Por una vez, voy a ser un poco egoísta. Voy a pensar en mi misma. El viernes quedé con una amiga para ir a un spa a mimarnos un poco. A las dos nos había llegado por diferentes canales el mismo regalo: Un cofre, burbuja, chequeregalo o como se quiera llamar, de esos en el que te vienen unas cuantas opciones para elegir. En nuestros caso, se trataba de uno relax. Nos pusimos de acuerdo y, como ella trabaja, decidimos, tras consultar con los maridos, que el viernes por la tarde era el momento ideal para dedicarnoslo a nosotras mismas. Ella también es mamá como yo.

Pero el destino me puso las cosas difíciles. Cómo Daniel tenía piscina y no había que ir a recogerlo hasta las seis de la tarde, fui a buscar a Iván a las cuatro y media en vez de a las tres y media, como hago cada día. Resulta que ka chica que le cuida le había detectado unas manchas blancas sospechosas en al boca que pudieran ser hongos. Acongojada y al borde de la cancelación de la tarde de circuito termal y masaje volé hasta el centro de salud para ver si me lo atendían por urgencias (a la hora que fuera). Afortunadamente la agenda de la pediatra estaba inusualmente descargada y me lo atendió a las cinco por la vía normal (en realidad a las cinco y veinte porque se retrasó un poco). No eran hongos, eran llagas. Me recetó una cremita para el dolor y Dalsy si lo veía muy molesto. El chiquillo, nada más salir de la consulta, exigió su premio por portarse bien. Como había sido un imprevisto yo no llevaba nada así que me tocó volar a casa a por su anhelado aspito. La portera, tan maravillosa como siempre, me instó a que le dejara al bebé mientras yo subía a por la golosina. Incluso, se lo quedó en el portal mientras iba a la farmacia porque hacía un día de perros. Justo antes de entrar a por la crema me encontré con mi marido.

Ojeroso, mala cara, pálido... ¡Horror! Estaba resfriado. Me aseguró que no se encontraba tan mal y que por nada del mundo cancelara la sesión de mamis. Le mandé a casa mientras yo compraba la cremita y, de paso, Frenadol. Me tocaba ir a mí a por el mayor. Había quedado a las seis y cuarto a un cuarto de hora de mi casa. Iba bastante justa, pero no podía arroesgarme a que con la lluvia Raúl se pusiera peor. Me dirigí a la puerta del colegio rezando para que no llegara el autobús tarde. Llegó a su hora. Por fin algo que salía bien.

Le pedí a Daniel que fueramos deprisa a casa, pero él se plantó muy serio en la acera y alargó su manita exigiendo el huevo de chocolate (Su premio por ir contento a la piscina). Hasta que no se lo di no consintió en dar ni un paso. Con su tesoro entre las manos salió disparado para casa. Resultado: se atragantó horriblemente para susto morrocotudo de la madre.

Por fin llegamos a la puerta del piso. En cuanto la portera vio mi cara desencajada se hizo con el control de la situación. "Anda. Vete corriendo que ya subo yo al peque con su padre". Agradecida hasta el tuétano miré la hora y me di cuenta de que tenía que recorrer en cinco minutos la distancia que me separaba del metro donde había quedado con mi amiga.

Casi me dejo el hígado por el camino con la carrerita. Y ni así lo conseguí. Llegué tarde. Menos mal que a mi amiga no le importó y que se solidarizó conmigo cuando le conté mis aventuras.

Todo quedó olvidado cuando me sumergí en el agua de la piscian calentita llena de chorros masajeadores. A mí es que me sobra todo lo demás. Aunque ya que estaba allí también me metí en la sauna (Un horror), las duchas (me salía en cuanto el agua se enfriaba y volvía a meterme en cuanto se calentaba. Yo no había ido allí a sufrir), el plenilunio (caminito de piedras con chorritos que ni fu ni fa), piscinita de agua congelada (Pero que tortura es esa)... Siempre acababa volviendo a la piscina de agua calentita. Para rematar. un masaje en la espalda. La masajista me advirtió que la tenía fatal y que tenía que cuidarla para que no me dieran mareos, vértigos y dolores de cabeza. me explicó que un truco para descargar tensión es apoyar la espalda en una esquina saliente de la pared y moverse de un lado a otra como hacen los osos con los árboles para rascarse. Me temo que a día de hoy no hay mucha solución para mi espalda teniendo en cuenta que mis peques son dos mimosones.

Salimos como nuevas y para rematar nos tomamos una cervecita acompañada con patatas fritas y cuatro salsas. Si hubiera sabido que me iba a encontrar con un Raúl convaleciente al llegar a casa, a lo mejor hubiera pedido más cosas y llegaba cenada. O por el contrario, no me hubiera tomado la cerveza para llegar antes. ¡Que narices! Si llego a saber que mi marido se encontraba mal, no hubiera ido.

24 comentarios:

  1. Bueno, no te sientas culpable. Que por un resfriado tampoco va a pasar nada. A los hombres les encanta andar dando penita. Jajaja. Por cierto, a mí tampoco me gusta nada eso del agua fría. Será todo lo buena que quieran pero a mí que me dejen el agua calentita, dónde va a parar... Besotes y me alegro de que lo hayas disfrutado!!!

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    1. Si el pobre ni crujió ni mujió, pero dio penita cuando me lo encontré malito al llegar a casa. Es que da rabia la casualidad...

      Desde luego, nunca entenderé lo del agua fría en los Spa.

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  2. aYYY quien pillara un spa!!a mí seguro que me sacan dormida de alli..jeje
    vaya odisea pasaste hasta llegar a relajarte! pero bueno aunque por poco tiempo el caso es que lograste desconectar y relajarte con tu amiga a que si?
    Cómo está tu maridín? y el peque? que mejoren pronto!
    Besosssss

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    1. Sólo desconecté y me relajé el tiempo que estuve en el spa y tomando la cervecita. Luego me dieron una noche criminal y se acabó el relax :D

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  3. Todas necesitamos tiempo para nosotras mismas y no por ello somos egoistas, somos mujeres!!!
    Un besazo,
    Marialu

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    1. Tienes toda la razón, pero a veces me da la impresión que desde que soy madre he dejado de ser todo lo demás. Besos.

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  4. Di k sí! Nos lo merecemos de vez en cuando! El agua fria va bien para la circulación y la celulitis pero vaya mal trago... Jeje!!
    No te sientas culpable, tu cuidas de los niños aunque estes moribunda, no? Pues ellos también pueden! Por un dia que nos escapamos nosotras... Un besazo guapa

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    1. Lo cierto es que Raúl no se quejó en ningún momento, pero a mí me dio rabia que justo el día que escojo para salir un ratito los astros se conjuren contra mí y pasen todas estas cosas. Pero sí que es verdad que me sirvió para desconectar :D

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  5. No te sientas mal, tienes derecho a un ratito para tí, un momento de relax, una cervecita con una amiga, sin niños corriendo a tu alrededor, es más no debería ser un derecho sino una obligación de vez en cuando un ratito para nosotras. Piensa que hiciste tooodooo lo de siempre salvo quedarte con ellos toda la tarde, pero piénsalo bien les recogiste del cole, les llevaste al médico, pasaste por la farmacia,... todo. Que él está resfriado?? ¿Acaso se queda él con todo tu trabajo cuando estás tú resfriada?

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    1. Si el no se quejó ni nada. Al contrario, quería que me fuera pasara lo que pasara, pero es que me parece increíble que coincidan tantas cosas justo el día que había quedado. ¡A que es increíble!

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  6. Vaya aventura! Sin duda lo mejor la cervecita con las patatas y las cuatro salsa, jejeje, pero no te sientas culpable por Raúl, seguro que si se hubiera encontrado muy mal te hubiera llamado, y por un día que quedas para dedicártelo a tí misma...

    Un abrazo guapa!!

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    1. No sé con que me quedo. Si con las cervecitas o la piscina de agua calentita y chorros. La verdad es que pese a todo ¡valió la pena! :P

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  7. si señora, seguro que os lo merecéis si es que tie caver tiempo pa to.

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    1. Sí, pero te puedes creer que todo va bien hasta que decido que voy a dedicarme tiempo para mí?? Esto es una conspiración del destino :S

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  8. Aiinnnsss que envidia(pero de la mala que en la otra no creo,jeje) Me alegro que disfrutaras y siento ese agridulce del final, pero no te sientas mal!!necesitamos un poquito de relax a veces...

    Besotes!

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    1. El final ya me lo esperaba. No que Raúl estuviera malo, pero acabábamos de comentar mi amiga y yo que el relax se acabaría en cuanto llegásemos a casa. ¡Y así fue! ;)

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  9. Esos momentos no tienen precio...Seguro que tu marido enseguida se puso bueno con tus cuidados de mujer hidratada y serena, jejejeje...
    Muas!

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    1. En realidad, tras una cruda noche, volví a ser la leona desmelenada y gruñona de siempre :P

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  10. Madre mía que día! Te merecías el masaje y el circuito termal como la que más!

    Un besazo!

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  11. Madre mía qué odisea. Si es que rara vez podemos disfrutar plenamente sin preocuparnos por lo demás.
    Que sepas que a pesar de todo el trajín no sabes la envidia que me has dado. Un par de amigas y yo llevamos planeando algo así desde hace muuucho tiempo y al final nunca encontramos ocasión. Solo leyéndote me imaginaba esos chorros y ya quería yo relajarme. Espero que pronto podamos ir!!
    Un besazo y espero que todo tu maridín ya esté recuperado ;)

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    1. No lo dejes! Porque al final el día nunca llega. Nosotras fuimos porque se nos caducaba el cheque regalo jajaja.

      Ya nos contarás tu momento relax.

      Raúl ya está como una rosa. Le duran muy poco las convalecencias. ¡Que suerte!

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  12. Qué disfrute! Me alegro de la relajación aunque después tocó ser enfermera. Besos

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    1. Pero por poco tiempo porque al día siguiente ya se encontraba mejor. ¡Cómo yo no tenía plan! jajaja

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