lunes, 19 de mayo de 2014

¿Un día sólo de tele?

El sábado, mi niño mayor se levantó al grito de "¡todo el día viendo la teleeee!". Lo cierto es que estaba de Rodríguez con los niños y los tres andábamos bastante cansados de toda la semana, así que no le protesté mucho su decisión. "Fin de semana relajado" pensé. Los dos peques desayunaron y los lugares más cómodos frente a la caja tonta. Si pensaba que me iban a dejar tranquila estaba de lo más equivocada. A los dos minutos ya me estaban llamando: "Mama, agua", "mamá, tete", "Mamá, siéntate aquí", "Mamá, galletas", "¡Mamáaaaaaaaaaa!"

Harta y desquiciada les quité la tele. ¡Hala! ¡A jugar! Si no vais a estar idiotizados, prefiero que me llaméis haciendo algo interesante. Muchas peleas después, decidí que donde mejor estaban mis fieras era en el parque, así que allá que nos fuimos. Al principio todo fue bien y me felicité a mi misma por tan gran idea, pero volvieron las peleas por el mismo juguete y di por terminada la sesión al aire libre muy quemada con mis dos churumbeles. A sus trifulcas se sumaba que estaban especialmente desobedientes, así que tras unos cuantos gritos incontrolables de la mami volvieron a aterrizar delante de la tele.

Hice la comida con mil interrupciones y comieron estupendamente. Les puse pasta con tomate y eso siempre triunfa. Encantada de la vida, empaqueté al bebé en la cama y le puse el ordenador al mayor entre las manos. Pero tan sólo media hora después me sentí un poco culpable por tenerlo matando ninjas alegremente. Luego me quejaré de su inclinación hacia la violencia...

Recordé que el jueves había hecho magdalenas con su padre y había pedido decorarlas. Le propuse la actividad culinaria y aceptó encantado dejando el ordenador de lado. Nos decoramos las magdalenas en menos de media hora y ya nos quedamos sin nada que hacer. A Daniel se le ocurrió hacer una manualidad de decoración de monstruos con goma eva, pegatinas, plumas... A la media hora ya teníamos hecho el monstruo... Total: que terminamos los dos delante de la tele, hasta que se levantó Iván.

Entonces dimos buena cuenta de las magdalenas entre los tres. La nocilla les daba un sabor buenísimo. Y entonces ya sí que se engancharon a la televisión y no hubo manera de despegarlos de allí. Se ve que los dibujos que ponían les gustaban más que los de la mañana. Ni quisieron ni oír de ir al parque.

Cuando los metí en la cama estaban repletos de energía y les costó mucho dormirse. El pequeñajo me dio una noche terrorífica. Y encima se levantaron a las siete con más energía que con la que se acostaron. "¡Teleeeeee!" Exclamaron a dúo. "¡Nada de tele!" berreé yo. Ahora mismo todos al parque. Desayunamos (café doble para la mami), nos vestimos (a ellos les vestí yo), cogimos los juguetes... ¡ y al parque! Lo pasamos tan bien que estuvimos rebozándonos en la arena dos horas y media. Cuando les dije de regresar me pusieron mala cara, pero me siguieron hasta casa con la promesa de un delicioso arroz con tomate (lo sé. Fui por el camino culinario más fácil, otra vez, para evitar discusiones en la mesa). Esta vez les dejé rodeados de libros mientras hacía la comida, para que no hubiera tanta tele en sus tiernos cerebritos. Luego me arrepentí con una hoja arrancada en una mano, el libro damnificado en la otra y una lagrimilla colgando del ojo.

La siesta del más peque la pasó el mayor disfrutando de su adorado ordenador, pero en cuanto se levantó Iván y logré que merendaran se encontraron de nuevo en el parque casi sin saber cómo. No querían salir de casa, así que tuve que hacerles el socorrido truco de: "Pues ahí os quedáis solos porque mami se va". Nunca falla. Al poco los tenía a los dos trotando detrás.

Con tanto parque estaba decidida a cansarlo a base de bien para que cayeran como sacos en sus camitas. Pero a la hora de dormir me lo pusieron muy difícil. ¡No tenían nada de sueño! Les di la mano hasta que se durmieron, pero no me enteré de cuando fue eso porque yo caí antes que ellos. Cuando abrí el ojo el dolor de espalda había alcanzado cotas inimaginables.

Al final, no sale a cuenta engancharles a la tele.

13 comentarios:

  1. Estos niños de hoy en dia no pueden vivir sin tele, lo cual es una pena pero la verdad es muy socorrido cuando necesitamos hacer algo o simplemente un poco de tiempo para nosotros.
    Pena que el parque no funcionara mucho para que cayeran rapidamente dormidos, esta claro que tenían ganas de guerra tus niños
    Besos

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    1. Y está claro que yo era su enemigo :S

      Menos mal que hoy estaban más mimosos y me han dado cariñitos jajaja

      Con estos peques es una de cal y otra de arena ;)

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  2. Para otro día de esos q quieras cansarlos de verdad ;-) ... este sábado he descubierto un método ... ir a un parque nuevo, había quedado con una amiga para ir a ver una exposición y al salir fuimos a un mega-parque q no conocíamos ... éxito total!! no pararon ni un minuto :-)

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    1. Me apunto tu truco jejeje

      La próxima vez ¡parque nuevo! y que se cansen pasandoselo bomba jejeje

      Muchas gracias!!

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  3. Si es que tienen demasiada energía como para estar todo el día quietecitos delante de la tele, y más con Dora la Exploradora que les hace saltar y correr y mil cosas más. Jajajaja. Besotes!!!!

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    1. Es verdad jajajaja

      Lo dibujos animados de ahora les tiene todo el tiempo saltando y haciendo aspavientos jajaja

      No lo había pensado!!

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  4. Estos niños no tienen fin. Jeje. Yo tb a veces agradeceria que mirara un ratito la tv y me dejara tranquilita un poquito. Jajajaja. Que mala madre...

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    1. De mala madre nada!!! Persona
      Que las madres también somos personas. Y eso que la mayoría de las veces que enchufamos a nuestros churumbeles a al tele es para limpiar y ordenar Sight!

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  5. Peque se emboba a base de bien con la tele, hay que racionar cosa mala, jajajajaja!
    Estaban marchosos el finde, eh??? Como para descansar! XD
    Muas!

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    1. Y tanto que estaban marchoso. Como que han dejado a su mami para el arrastre!! jajaja

      Aquí lo que tenemos que racionar es el ordenador y la tablet.

      Con decirte que cuando recojo al más pequeño de la guarde me dice todos los días " mami, casa, almohada, tete, bibe y tablet"

      Flipa con esto nativos digitales!!!

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  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  7. Si es que por mucho que no queramos la tele engancha, y a veces pues que quieres que te diga, ponerles la TV mientras tu dejas morir en el sofá con una revista, pues no viene mal.

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    1. Yo firmo por eso, pero es que en mi casa muy poquitas veces pasa. Sobre todo porque estos dos pichones tiene gustos muy muy diferentes aaarg!!!

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