martes, 12 de septiembre de 2017

Juegos que probamos en el pabellón de las LES

Las ludoteca de la Ludo Ergo Sum esconde grandes hallazgos. Bueno, no los esconde. Más bien al contrario. Los pone a disposición de todo el que asista para  que los juegue a placer.

Microrobots: Éste fue el primer juego al que nos picamos. Bueno, me piqué yo, porque los niños pusieron mucho empeño al principio, pero perdieron el interés en cuanto no fueron de sacar uno de los retos que propone. Consiste en intentar llevar al robot del color correspondiente a la ficha que se saca al azar y que puede estar colocada en lugares más o menos accesibles. Los robots tendrán que moverse en línea recta hasta chocar con otro obstáculo que puede ser un robot de otro color que hayas movido. Gana el que logre exponer cómo hacer llegar al robot correcto a la ficha en menos movimientos antes. Tiene su gracia. Ideal para piques.


Viajeros al tren. Primer viaje: Comencé la partida con muchos prejuicios porque pensaba que el original puede adaptarse perfectamente a los peques, pero salí encantada con él. Realmente es muy dinámico y las partidas son más cortas. Ideal para los más peques. Igual que en el primero, el juego consiste en completar recorridos entre ciudades europeas con vías de tren lo más rápido posible. Gana el que conecte seis rutas. La mecánica se basa en cartas de vías de colores y cartas de trayectos que vas robando o colocando según decidas en tu turno. A los chiquillos les gustó bastante. El que logre conectar antes alguna ciudad situada en el extremo oeste del mapa con alguna situada en el extremo del este gana puntos, pero eso no pudimos puntuarlo porque Daniel, el que ganó al hacer las seis rutas, recogió el tablero a los bestia antes de tiempo.


Titus Tentacle: El tablero de este juego llama mucho la atención. "¡Un kraken!" exclamé al verlo, pero mis hijos me miraron de soslayo y el pequeño me corrigió con expresión crítica: "Es un pulpo". Y sí, es un pulpo gigante... también llamados krakens, ejem. Pero parece que justo ese día, que ya mencioné que estaban algo tocanarices (salvajes hasta el extremo y se portaron fatalllll), preferían los pulpos a los kraken, qué vamos a hacer. Centrándonos en lo que nos ocupa, el tablero es 3D y conta de un recorrido alrededor de un mecanismo por el que el pulpo (kraken) acciona sus tentáculos y echa fuera de un pedazo de empujón a los monos piratas que están tratando de llegar al tesoro. Los peques no dejaban de dar porrazos al gran botón rojo con gran ímpetu y tirando monos, monedas y la paciencia de sus padres por la borda del tablero. Por fin, conseguimos convencerles (bajo la muy seria amenaza de quedarse sin tele) para que dejaran en paz el dichoso botoncito y pudimos colocar a los barcos de los monos piratas en la línea de salida y empezar a jugar. Cada jugador tira un dado que muestra un color diferente en cada cara y avanza hasta la mancha de ese color más cercana del tablero que esté desocupada (a veces avanzas dos y otras medio tablero o tablero entero) rumbo al tesoro. Pero cada vez que te salga el color rojo tienes la opción de colocar las patas del pulpo (o kraken) en el lugar más conveniente para tí y echar a patadas a uno o dos de tus contrincantes para que no consigan la moneda del tesoro. Los barcos expulsados vuelven a empezar y gana el que se haga antes con tres monedas. Muy sencillo y con un altamente atractivo botón rojo que lleva a la expulsión violenta de contrincantes. ¡Cómo no les iba a gustar a las fieras! Lo único malo que le vi es que con los tortazos que le arreaban mis hijos se acababan saliendo todos los barcos y monedas del tablero.



Flick'em up. Tierra de forajidos: Éste fue el momento en el que los churumbeles lograron desatar nuestras iras a fuerza de tirar setenta veces las piezas del escenario. Este juego es para mesas firmes y resistentes que no se muevan ni un milímetro ante los embates de niños inquietos. Tardamos más de media hora en mantener a los peques a raya y conseguir empezar a jugar. Entre que tiraban las piezas cada dos por tres y que luego los dos querían el equipo azul, pero luego los dos el rojo, luego los dos en el equipo de mamá porque papá estaba a punto de comérselo y no a besos precisamente. Cuando por fin comenzamos el juego (papá contra mamá, Iván y Daniel), quedó muy patente que los peques y yo carecíamos de la habilidad y puntería necesaria para tener alguna posibilidad de ganar. Así que se frustraron en su primer turno y se fueron a investigar los tesoros de las tiendas circundantes mientras nosotros seguíamos la guerra entre el sheriff y sus ayudantes y los forajidos. La primera fase del juego consiste en mover o disparar en tu turno usando unas fichas redondeadas. la de mover es más grande, se coloca sustituyendo a la figura y se lanza con cuidadito porque si da a algo no te mueves. La de disparar es bastante más pequeña y se coloca al lado de la figura. La empujas con el dedo y tiene que tirar a la figura contraria sin darte antes contra nada. El caso es que Raúl me daba a la primera y me los tiraba a todos y yo daba a todo, menos a los malvados cuatreros. No le fue nada difícil ir quitándome vidas hasta acabar con mi equipo de buenos y conquistar la ciudad del salvaje oeste. Cuando acabamos ojeamos otros escenarios, cada vez más complicados, y la verdad es que para el que tenga más habilidad y puntería que yo mola un montón.



X-Men: Cogí éste porque sabía que la estética les iban a gustar a los churumbeles, y no me equivoqué. Les gustó tanto que usaron el tablero para desarrollar mil batallas en su imaginación con los pivotes, fichas y figuras, pero el juego en sí era demasiado soso y simple. Consistía en hacer un recorrido en tres fases con poquísimas trampas en las que si caías perdías uno o dos turnos, pero luego te daban comodines para librarte de las trampas finales que era perder más turnos o volver a la casilla de salida. Un rollete.

Kodama: es un juego monísimo que me gustó mucho. A este jugamos sólo los mayores porque los peques habían hecho de las suyas y se les castigó con un turno de juegos sólo para mayores (juas juas juas), pero no sufráis, que se entretuvieron la mar de bien con las muestras de los juegos que nos habían dado. Al final Kodama despertó su interés y observaron cómo nuestros árboles crecían llenos de nubes, serpientes, luciérnagas, estrellas... y se maravillaron con los preciosos kodamas de nuestras manos. El juego consiste en construir árboles teniendo en cuenta una norma diferente por cada estación (por ejemplo, que las ramas que tengan estrellas puntúan un punto extra), el número de motivos que se repiten seguidos desde la última carta que colocas hasta el tronco y el poder del kodama que elige el jugador de los cuatro que tiene en su mano al final de cada estación. Gana el que más puntos consiga a base de combinaciones ganadoras.




Ciudad Machi Koro: El gran descubrimiento. nos gustó a todos mucho y es muy difícil coincidir, somos una familia con gustos muy diferentes. Delante de cada jugador se colocan dos cartas de edificios con puntuaciones muy bajas y cuatro de edificios claves. Éstas últimas se ponen por la cara en gris. El jugador tira un dado y sale la puntuación que indica la parte superior de la carta de recurso que tengamos delante esa carta se activa. Puede ser que te dé dinero sólo a ti, que dé dinero a todos, o que te permita robar las arcas de tus competidores, e incluso sus edificios. Cuando consigues dinero para dar la vuelta a una de las cuatro cartas claves se desbloquea un poder especial, por ejemplo poder tirar dos dados, ya que se puede adquirir cartas que van del 1 al 12, cada una con sus acciones. El que consiga desbloquear antes las cuatro cartas principales gana.




Que yo sepa también jugaron a Virus y a Dino Race, dos juegazos muy recomendables para peques a los que hemos jugado en otras ocasiones y que nos gustan mucho. 




Otro juego que cogieron fue Leo va a la peluquería, pero a ese no han jugado conmigo aún y no puedo dar mi opinión.



6 comentarios:

  1. ¿Dónde está esa ludoteca? Porque menudos juegos más chulos y diferentes, porque no los conocía para nada...
    Besos

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    1. Son unas jornadas de un fin de semana de ocio alternativo. Se hacen muchas por toda España. Algunas son gratuitas, otras no. En estas te pedían un kilo de comida solidario como entrada, aunque no negaban la entrada a quienes no lo traían. Te copio y pego el link al blog de Bebé a Mordor, que cada mes publica un calendario con este tipo de eventos por toda España https://bebeamordor.com/2017/08/31/calendario-friki-septiembre-2017/

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  2. Pues tomo nota de esos juegos porque tienen muy buena pinta

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    1. Lo más importante es tener ganas de pasarlo bien jejeje
      Pero hay que admitir que hacen unos juegos flipantes hoy en día

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  3. Jo, qué guayyyyy. Al de la puntería no me apuntaría, eso sí que no. Soy un desastre. Jajajaja. Besotes!!!

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    1. A mí se me dio fataaaal. Lo mío no son los juegos de habilidad, pero es taaaan bonito, que aún así quise probarlo :D

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