martes, 19 de julio de 2022

Alex Katz y Arte Americano en el Thyssen

Teníamos muchas ganas de visitar la exposición temporal de Arte Americano que se está exponiendo en el Thyssen, además nos la había recomendado mi amiga tuitera Trifi, que de arte sabe un rato. 

Los niños no estaban tan entusiasmados, pero donde vamos nosotros, ellos vienen. Son generación actual 100% y necesitan estimulación de los sentidos 360 grados (buf) para sentirse motivados. 

Además, desde el confinamiento se han han vuelto más caseros y reservados. No sé si por los meses de aislamiento o porque es su personalidad de ahora y no hay que buscarle más vuelta. 

El caso es que los arrastramos con nosotros mientras nos regalaban los oídos con protestas y gruñidos. 

Una vez allí nos metimos antes en otra exposición temporal: la de Alex Katz. Para rebajar malos humos les propuse una juego: encontrar su obra preferida y argumentar por qué. No es el mejor juego que se me ha ocurrido nunca, pero al menos sirvió con el más pequeño, que se dedicó a estudiar hasta el más mínimo detalle para poder elegir bien.


La verdad es que este artista tiene un estilo curioso. Según el folleto de la visita es un precursor del arte pop y una de las figuras más eminentes del arte norteamericano del siglo XX. 

En las salas encontramos cuadros de gran formato de retratos, flores y paisajes muy chulos. De hecho Iván y yo elegimos el mismo cuadro como nuestro preferido. El peque se plantó delante y me preguntó: "¿Qué opinas? ¿Son cuervos u hojas?". Y con esta incógnita nos ganó.

Y eso que la composición de retratos que encontramos en otra sala también me convenció mucho, pero me quedé con el árbol misterioso.

La exposición de Arte Americano me gustó más, seguramente por la variedad de estilos que reflejaba. Algunas obras podrías quedarte mirándolas tiempo y tiempo por sus detalles, expresividad, colores... 

Los paisajes eran maravillosos. En uno de ellos Iván descubrió un vaquero muy escondido que no se veía a primera vista y que nos sorprendió muchísimo. Lo mejor de todo es que estaba saludando. Hay que fijarse mucho para verlo.

En la parte de representación de la cultura india encontré el cuadro que iba a elegir como mi preferido, sólo porque me flipó la intensidad de las emociones de todos los protagonistas del mismo. Hasta los caballos transmitían preocupación, miedo y angustia.

A veces nos sentábamos en un banco a comentar alguna obra con más detalle. Iván se ofuscaban asegurando que nos inventábamos las cosas, no había manera de hacerle entender que lo que te trasmite el arte es algo muy personal de cada uno. Lo que a mí me trasmite tristeza serena, a otro angustia comedida y así con todo. Se dieron unas discusiones divertidísimas entre padre e hijo sobre lo que podía significar caos, qué orden o por qué el gris no siempre significa aburrido o rutinario.

El mayor, por su parte, hizo lo de siempre, alejarse de nosotros para poder ver las exposiciones sin interferencias de familiares molestos y muy habladores. En cuanto nos veía acercarnos a él, huía a la siguiente sala.

También encontramos de esos cuadros que a mí personalmente me parecen tomaduras de pelo por muy innovadores y rompedores que sean. 

Por ejemplo, el que le encantó a Raúl que estaba pintado dejando que la ley de la gravedad siguiera su curso de una forma un poco determinada.

O uno que pintaba haciendo agujeros en sus botes de pintura y haciéndolos rodar por el lienzo. Todo muy espontáneo y novedoso, peeeero, oye, que a mí no me convence mucho. Pero qué risas nos echamos los excepticos, Iván y yo, comentándolos ante la expresión de "señor, dame paciencia" del progenitor.

En uno de estos momentos fue cuando Daniel me dejó totalmente con la boca abierta cuando Iván me preguntó por un cuadro estilo pop art y va y suelta: "El pop art es un movimiento artístico que refleja escenas cotidianas, pero sacándolas de contexto para expresar una crítica social". Eso lo había leído en algún cártel fijo. Pero anda que no se quedó con nosotros el crío.

Mi sensación fue que lo pasamos muy bien recorriendo las salas y comentando los cuadros, aunque, nada más salir, los peques nos pusieron de torturadores para arriba por haberles llevado allí. Y cuando se enteraron que la próxima parada era Caixaforum más que se enfadaron. ¡¡Otra exposicióoooon!! Pues no, ¡otras dos! Muy chulas y flipantes, aunque se haga los duros, que bien que se fijaban en todo mientras las recorríamos.

¡Ah! Casi se me olvida. Fuera de estas dos exposiciones encontramos un cuadro de una salida tapada que era un pasada. El efecto de relieve es alucinante.










1 comentario:

Me encanta saber lo que piensas.