martes, 15 de mayo de 2018

JGA 2018, juegos, magia, piratas y un escape room sorpresa (Parte 2)

Tras una mañana intensa en el colegio Valle del Miro disfrutando de múltiples y variadas charlas y talleres de las JGA 2018, llegó la hora de ir a comer, pero como nos gusta darle trabajo a la sinhueso cuando por fin arrancamos hacia el comedor estaba hasta la bandera. ¿Eso nos preocupo? Pues nada de nada. Aprovechamos la ocasión para darnos unas salto al Bosque encantado donde se hacían demostraciones de muchos tipos de juegos de mesa. Los había para todos los gustos.

Nos sentamos a jugar una partidita a When I dream, mientras acababa el primer turno de comedor y nos lo pasamos genial sudando la gorda gorda para adivinar las palabras, dar pistas buenas o malas según nuestras intenciones y, lo peor de todo, hilar un sueño recordando las palabras. ¡Telita!

Cuando acabamos la partida ya no había problemas de espacio para ir a comer y allí que nos encaminamos. Pero no perdimos mucho tiempo recuperando fuerzas porque al poco estábamos de nuevo en el Bosque dándole al vicio. Esta vez gracias a Manu Palau y sus juegos (Brain Picnic). Anda que no nos echamos una risas con Ikonikus y Spoilers. A éste último no había jugado y me gustó mucho. ¡Vaya guiones esperpénticos! Que ida de olla con los argumentos. Las respuestas son de lo más sorprendentes.

Me hubiera gustado quedarme más, pero había charlas a las que acudir, así que me fui corriendo a Didáctica mágica, de Michael T. Bennet, sobre cómo conseguir la atención de tus alumnos por medio de la ilusión y la magia. Nada más entrar nos enseñó unas cartas en las que se reflejaban las partes del cerebro y las funciones básicas que se relacionaban con cada parte. Con ayuda de unos voluntarios nos enseñó, cómo, por mucho que cortásemos los mazos y descartásemos dos cartas con cada corte, las dos últimas cartas siempre serían una parte del cerebro y las funciones básicas relacionadas con ella. De verdad, que no tengo ni idea de cómo lo hizo. Flipante.

Tras dejarnos a todos con la boca abierta, nos explicó que el truco está en conocernos a nosotros mismos y explotar nuestras virtudes, además de hacer nosotros mismos nuestros propios materiales. Al final pidió ayuda a sus compañeros magos para que cada uno nos enseñara un truco relacionado con mates, ciencias sociales o lengua.


Yo me uní al grupo de lengua porque como ya he dicho en el anterior post soy de letras. Nuestro simpático mago nos enseñó una baraja compuesta por tres cartas de pronombres demostrativos en rojo y seis cartas de pronombres posesivos en negro. Las juntó de forma alterna, le dio la vuelta a dos boca arriba, cortó el mazo, volvió a darle la vuelta a dos, cortó el mazo, y así hasta que se cansó. Luego escribió en dos papeles dos predicciones que no se desvelarían hasta el final del truco. Nos explicó que entonces le decíamos a los alumnos que  íbamos a adivinar que cartas había boca abajo y cuales boca arriba por el tacto.

Haciendo mucho teatro nos llevamos las manos a la espalda con el mazo y vamos colocando una carta entre el dedo pulgar y el anular, otra entre el anular y el corazón, y así sucesivamente. Al final juntamos ambos mazos y lo sacamos a la vista. Separamos las cartas boca arriba de las de abajo y deben salirnos justo la mitad del total, en este caso seis boca arriba y seis boca abajo. Pero no sólo eso, sino que los pronombres demostrativos están todos en un mazo y los posesivos en el otro... chachachaaaaaan. Y ahí no queda la cosa, porque cuando desvelamos las dos predicciones, en una pone seis y en la otra que los dos tipos de pronombres se separan. Toma, toma, tomaaaa. Pues que sepáis que me salió el truco, pero ahora no sé si lo lograría de nuevo.

Y ya por último me fui a Jueducación aplicada, de Oscar Recio, más conocido como Mr Wolf. En su aula nos convertimos todos en piratas y nos batimos en duelo en una batalla de insultos divertidísimas en la que los abucheos, ovaciones y aplausos animaron a los valerosos contendientes. La dinámica consistía en copiar cinco insultos a elegir entre una lista de doce y sus correspondientes respuestas, a cada cual más ingeniosos. Luego, los que iban a luchar se subían a sus sillas. El que empezaba retaba al otro con un "Te elijo a ti, prepárate a morir" y le soltaba un insulto de su lista. Si la víctima tenía la contestación en su lista no sólo esquivaba el golpe sino que le asestaba otro muy certero al atacante. Si no tenía la respuesta en su lista, el que acababa herido era él. El que recibía la estocada dialéctica se sentaba y subía su padrino a la palestra. Con dos toques acababan contigo.

Con la atención del público más que ganada, procedió a explicar de una forma muy amena en qué consistía su proyecto "Monkey Island" para enseñar inglés y sociales uniendo juego de rol, videojuego, cartas... y un montón de recursos alucinantes que puedes encontrar en su blog. ¡Una pasada! nos puso de ejemplo el ejercicio en el que un compañero tenía que pasarse el juego siguiendo las instrucciones en inglés que le daba otro. Si no se habían estudiado el vocabulario y no eran capaces de pronunciar bien se veían en serios problemas. Además, debían entender lo que los personajes del juego les decía, en inglés, por supuesto todo en inglés. ¡Me puedo imaginar que el lenguaje de signos triunfaría en sus conversaciones! jajaja

Pero estos ejemplos son sólo una gota en el océano del proyecto de Oscar Recio (océano en el que también aparece cthulhu, ya que todo el mundo sabe que es una especie marina protegida. ¡Que chispa!). Al finalizar, los ganadores del juego fueron convocados para crear un flipante juego de mesa que mezcla Monkey Island con Clash Royal y que se usó para examinar a los piratillas. El juego lo diseñó Carlos Chivas y les quedó espectacular.

Y allí nos hubiéramos quedado escuchando a este genial maestro cuando nos convocaron al salón de acto para el acto de clausura. ¿Ya? ¿Tan pronto? El día se me había hecho cortísimo. Cuando nos tuvieron a todos reunidos procedieron a repartir los premios de todos los concursos y sorteos. Pensábamos que ya era el triste final cuando nos encerraron allí y empezó un simpático escape room en el que cada casa tenía que juntarse y cada grupo de animal mágico resolver un enigma. Nuestro equipo resolvió el enigma sin dificultad gracias a San google, pero no nos enteramos de la dinámica del juego hasta después de que se acabara. Aún así se lo curraron muchísimo para hacer un Escape room para más de 160 personas. Alucinante.

Y ahora sí que sí fin de unas jornadas increíbles. ¡Estoy deseando asistir a la siguiente edición!


4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Nos contaron unas cosas alucinantes. Cómo se curran las clases!!!

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  2. ¡Qué guay! Hay que ver lo bien que te lo pasas... qué recuerdos me has traído de las batallas de Monkey Island, donde había que ganar a los piratas insultando y como no te supieras el insulto ibas frito. Jajajajaja. Besotes!!!

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    1. Jajaja Es verdad. Yo también jugaba a ese juego cuando era mucho mas pixelado jajaja

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