Cual no sería mi sopresa cuando Daniel me suelta nada más sentarse en el carrito: "Paque no, casa sí". Le volví a preguntar si quería ir al parque una par de veces más para que me quedara claro que le había entendido y volvió a negar de nuevo. "Entonces...¿No vamos a por la moto?" "Moto no" "¿Ni a por el cubo y las palas" "Pala no" "¿¿Ni siquiera quieres los coches??" "¡¡¡Coches no, casa sí!!!" A estas alturas mi peque debía pensar que tenía una madre tonta. "¿Qué no entiendes mamá? ¡Que me quiero ir a casa a pasar una tarde entretenidísima con mis juguetes!" Parecía dar a entender su cara de pocos amigos. Bueno, pues si mi hijo no quiere ir al parque... ¿quien soy yo para contradecirlo?
Más contenta que unas pascuas me dirigí a casa. De todas formas, sólo para asegurarme, le volví a preguntar en el portal. "Paque nooooooooooooooooo" Vale, vale. Pues a casa. Ya en la puerta me soltó "Tina, tina". No creo que se refiera a la piscina porque ya hace mucho que se acabó la temporada veraniega, así que me eché a temblar. Sólo puede siginificar Cocina. Efectivamente, en cuanto lo solté fue directo a la cocina a sacarme las cosas de su sitio. Menos mal que le tenemos pedida una cocinita a los Reyes Magos. Estoy desenado que se la traigan. Probablemente no deje de hacer incursiones a la mía, pero tendrá la suya propia para entretenerse. Y de su tamaño.
Mi lumbago me pedía relax a gritos. La verdad es que me había venido genial que el peque no quisiera ir al parque. Se le veía cansado al pobre. Se notan las malas noches (a él y a mí). Jugándomela bastante me senté en el salón a leer un libro. Por los ruidos que hacía mi chiquitín podía adivinar si estaba jugando con los tuppers o había abierto un cajón prohibido. Así que gozaba de relativa tranquilidad. Al poco le oí salir de la cocina y dirigirse a su habitación o al cuarto de juegos. No me lo podía creer. Estaba jugando sólo... y con cosas no peligrosas. ¡Yujuuu!
Me dejó bastant tiempo para mí y mi lectura (un libro sobre actividades para hacer con tu hijo que me ha dado algunas ideas. Ahora sólo hace falta tener tiempo y ganas. Soy monotemática. Lo sé). Pero los milagros no duran para siempre y al rato se traía los juguetes al salón para jugar conmigo. Confieso que no me disgustó su iniciativa. Ya llevaba mucho tiempo a su bola y pasando de su mamá.
Al día siguiente lo mismo. "Paque no, casa sí" ¡Aaaaay! Cómo se notan las malas noches. Ni qué decir que tampoco me hice de rogar y ¡Ale! a casita. Otra vez lo mismo. Se entretuvo un ratito solo y otro ratito con mamá. Leímos cuentos y finalmente accedí a su ruego de ver Caillú . Otra tarde tranquila. A ver si esta noche duerme bien y mañana accede a volver al parque porque nos quedan pocos días buenos antes de que llegue el invierno.
Pues si, que bien te vino que no le apeteciera parque porque a esas alturas el cuerpo ya no aguanta tanto trote, que no es que en casa no de guerra pero si se entretiene con sus cosas tu aprovechas. POr cierto llevo un par de semanas sin aparecer por aqui así que me estoy poniendo al dia !!! besos blogueros!!
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