Tras hablar de rol con Julia, de Bebé a Mordor, llegó la hora de hablar de juegos de mesa, con Marq, de Padre en Estéreo, informático y extremadamente friki. Para empezar puso en relieve que hay juegos de mesa tan diferentes como la noche y el día, con temáticas infinitas y que desarrollan diferentes habilidades y aptitudes en los niños. Así que, a la hora de adquirir un juego, hay que tener muy claro que aspectos queremos reforzar en su educación y, evidentemente, los gustos del niños. Si le gusta la fantasía heroica y le compras uno de animalitos de granja seguramente te lo tirará a la cara sin contemplaciones, por muy bien que le venga genial para desarrollar su capacidad de concentración.
Dejando de lado que cada juego tiene finalidades y aprendizajes diferentes hay elementos que se dan en todos ellos, como, por ejemplo, el sentimiento de pertenecer a un grupo. Este aspecto es importantísimo para el ser humano, animal social, y mucho más para los niños que están aprendiendo a relacionarse y suele ser un campo de minas lleno de inseguridades. Quedar con amigos para sentarse alrededor de la mesa a desarrollar un juego, ya sea competitivo o colaborativo, hace surgir una identidad como grupo, crea fuertes lazos entre los miembros que lo componen y ayuda a la autoestima de los niños. Este sentimiento también se fortalece con los lazos familiares. No hay nada mejor para un chiquillo que sentarse a jugar con sus padres (Esas míticas partidas al trivial y al monopoly con mi madre, por ejemplo, qué recuerdos). Aunque hay que tener en cuenta que los adultos debemos adecuarnos al nivel de los peques y a sus edades. Nunca hay que dar nada por supuesto ni quitar importancia a sus dilemas y problemas. Lo que para nosotros es una mota de polvo para ellos es un mundo y eso hay que respetarlo.
A través de los juegos de mesa los peques asumen reglas que hay que cumplir para el buen desarrollo de la partida, aprenden a respetar los turnos, aprenden a controlar su frustración cuando pierde (a unos les cuesta más que a otros) y a tomar decisiones y desarrollar estrategias que le lleven a la victoria. El niño que quiere ganar tiene que estar muy atento a la explicación de las reglas, al transcurso del juego, a las tácticas del resto de los jugadores y concentrarse en lo que está haciendo. Dos hábitos que le viene genial para aplicarlos al colegio y las clases.
Aquí también se fomenta la empatía. Es habitual que el jugador sienta pena por el compañero que va perdiendo y alegría por el que va ganado, aunque luego se alíe con sus compañeros para machacarlo, pierda el norte y no se de cuenta de que otro jugador está tomando la delantera peligrosamente hasta que es demasiado tarde.... ejem, ejem... que me entusiasmo y me pierdo entre mis propias experiencias.
Los juegos de mesa fomentan grandes valores. Ni aun cuando se trate de juegos bélicos se puede decir que se esté animando a la violencia, ni mucho menos. En realidad, estos juegos lo que hacen es fomentar la capacidad táctica y estratega de los churumbeles.
Todo lo que nos contó Papá en Estéreo lo pudo comprobar cuando trabajó con un grupo de niños en situaciones de riesgo. Pudo constatar en primera persona como jugar a juegos de mesa les daba un sentimiento de unidad, de pertenencia a un grupo y de poder sentirse victoriosos.
Fue una charla espectacular. Igual que su predecesora e igual que la que vino después y que no estaba en el programa. Richard, gerente de Arkania, lanzó unas perlas de sabiduría que recogimos encantados. Nos habló de que cuando uno llega a casa, cansado del trabajo, lo más fácil es caer en la tentación de enganchar a los niños a la tele o a los videojuegos, pero si hacemos un esfuerzo y jugamos con ellos, no sólo disfrutamos más intensamente de ellos, sino que construimos los recuerdos más felices de su infancia. Que eso no quiere decir que no jueguen nunca con videojuegos, porque es otro tema del que se podría hablar largo y tendido y que, bien usado, tiene grandes beneficios en el desarrollo de los niños.
Acabó su pequeña exposición con una cita de Jerome Bruner, psicólogo estadounidense, que encajaba con todo lo expuesto allí ese día: El niño que no sabe jugar será un adulto que no sabrá pensar.
Pero ¿qué pasaba abajo mientras lo padres disfrutaban de las charlas? Os preguntaréis. Porque yo sí que me lo preguntaba y por eso sometí a mi hijo mayor a un tercer grados. En otro post os cuento lo poco que le saqué y la segunda parte de las Pequejornadas en las que jugamos a una selección de lujo de juegos de mesa en familia.
estoy deseando leer la tercera entrega, a ver que juegos probasteis y si puedo sacar de ahí alguna idea. En mi casa, mi mayor es muy "jugona" (como yo) pero al peque le cuesta más. Ahora en su 5º cumple le va a caer el "Wilde Wikinger", que ya lo probamos un día y le gustó, a ver si poco a poco nos lo llevamos al lado oscuro
ResponderEliminarA ese no hemos jugado. Me lo apunto para jugar este fin de semana en las Ludo Ergo Sum de Alcorcón. Muchas gracias por la recomendación :D
EliminarEn Arkania jugamos a muchos, pero los que más nos gustaron fueron Dino Race y la Escalera encantada
A ver si ve te veo en las jornadas de Alcorcon!
EliminarAprovecho, ¿hay que preinscribirse o puedes inscribirte allí directamente?
Gracias!
Creo que ponían que te podías inscribir allí directamente, pero que si no estás inscrito en la web no puedes comprar ni vender en el mercadillo solidario. Yo por si acaso me he preinscrito que se tarda un segundo. A los niños no se les puede preinscribir, así que, de todas formas vas a tener que hacer inscripciones in situ. Nosotros vamos el domingo todo el día. Ojalá nos veamos :D
EliminarLo dicho, eres muy grande!!! Necesitamos un video o algo la próxima vez!
ResponderEliminarMuchas gracias!!! Es que me miras con buenos ojos :D
EliminarHubo un vídeo, pero el sonido es tan malo que no se puede ni editar sniiif. Que pena... De todas formas Papá en Estereo está preparando unos vídeos con el contenido de su charla. Tendremos que esperar a que los publique :D